Cine/ "AUSTRALIA"
Lo que Pearl Harbor se llevó Hay dos motivos por los que la duración de una película puede aproximarse a las tres horas: uno, que exista tanto que contar que un metraje convencional no sea suficiente; y dos, que sus responsables estén tan convencidos de la respuesta del público y de la crítica van a ser ten abrumadoras que piensan que en 180 minutos pueden caber el doble de taquillaje y de premios que en 90. Un ejemplo: Peter Jackson, el director neozelandés de “ El Señor de los Anillos ”, triunfó en Hollywood con su maravillosa adaptación de la voluminosa saga de J.R.R. Tolkien, y cada uno de los tres episodios lograba mantener el ritmo y se hacía sumamente entretenido, porque había realmente muchas cosas que narrar; sin embargo, el mismo Jackson se estrelló estrepitosamente en su siguiente proyecto, una nueva versión de “ King Kong ” que pecó de grandilocuencia y megalomanía y a la que le sobraban, de largo, no menos de cincuenta minutos llenos de alardes tecnológicos inútiles y esce