Anticristianos
Lorca, que es mi ciudad (en realidad no la he comprado y ni siquiera he nacido en ella, pero es donde vivo) anocheció ayer convertida en un clamor. Gritos, pitos y bocinazos fueron, durante dos horas, la apasionada banda sonora en la que incluso los que detestan el fútbol no tuvieron más remedio que sumergirse, si bien al menos un loco exaltado también se sumergió en la ya famosa Fuente del Ovalo. España, la España futbolística en la que los que cortan el bacalao son los jugadores del Fútbol Club Barcelona, ya está en Cuartos de la Copa del Mundo de Fútbol. Yo ví el partido en casa, en familia, y me sorprendió el hecho de que mis hijos, tan poco futboleros, se contagiaran de la locura roja y salieran al balcón a gritar como posesos "¡Españaaaaaaaaaaaaaaaaaa!". También me sorprendió, ya entrando en materia deportiva, el larguísimo (casi eterno) tiempo que el seleccionador Vicente del Bosque mantuvo en el campo al que, nuevamente, fue el mayor lastre para el equipo, el ex &q