Vencer sin convencer

Todavía estoy ronco tras mis gritos de anoche: "¡Goooooooool!", "¡Villaaaaaa!", "¡Barçaaaaaa!".... España ganó. Se cubrió el expediente. Y poco más. A continuación, voy a enumerar algunas de las conclusiones que saqué:



- David Villa, flamante jugador azulgrana, sigue siendo el mejor delantero español en estos momentos, a pesar de haber fallado ese penalty que le hubiera permitido empatar con Higuaín como mejor artillero del Mundial.

- Si el nuevo Presidente del Barcelona, Sandro Rosell, se empeña en fichar a Fernando Torres, será su primer gran error y la primera gran decepción que me causará. ¡La de goles hechos que desbarató el madrileño! Lo siento, sé que es el futbolista español con más predicamento en el mundo mundial, pero a mí jamás me ha convencido, y nunca he logrado entender a qué se deben su prestigio y su caché.

- Xavi sigue sin estar en su mejor momento. Ya sé que hay gente impresentable que va diciendo que es porque no siente los colores de la bandera española, pero yo más bien lo atribuyo a un agotamiento físico y psíquico. Propondría dejarlo sin jugar el próximo partido para intentar que se recarguen sus pilas, pero hay que reconocer que, cuando ayer fue sustituído, el equipo dio un bajón de padre y muy señor mío.

- En la segunda parte, coincidiera o no con la salida de Xavi, España se hundió física y anímicamente. O tenían una pésima preparación o se conformaban con el exiguo "2-0" que estaban consiguiendo, o simplemente Xabi Alonso, Busquets y Cesc Fábregas fueron incapaces de lanzar hacia delante a sus compañeros.



Hoy en la radio he escuchado decir a algún valiente lo que yo ya apunté el otro día: esta Selección no es la misma que ganó la Eurocopa. Ayer sólo lo fue en contados momentos del primer tiempo, pero es inevitable reconocer que, tras las innumerables ocasiones falladas (casi todas, por Fernando Torres), ni el más pintado aguanta la concentración, y la patriótica motivación se sacia con la (exigua) renta de dos goles, que luego nos parecerán insuficientes.



Hay que trabajar más en los entrenamientos, señor Del Bosque. Menos novias, menos días de descanso, y más ejercicio específico para recuperar la condicion física. Y si Silva no está en forma y Torres tampoco, pues se recurre a Llorente, o a Pedro, que lo que importan son los goles y no la fama que envuelve a algunos de nuestros seleccionados. El viernes a las 20:30 tenemos la ocasión perfecta para demostrar si seguimos siendo tan buenos como fuimos, o si todo ésto es el enésimo "bluff" de una prensa deportiva ávida de vender periódicos.

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