"Pretender que "Kick-Ass" puede ser accesible y agradable para cualquier tipo de espectadores es una utopía, porque no a todo el mundo le gustan las películas de superhéroes ni las comedias adolescentes ni mucho menos los thrillers violentos con niñas repartiendo estopa..." Eso decía en mi artículo sobre el primer "Kick-Ass" en el momento de su estreno (Junio de 2010)... y lo mismico es totalmente válido para esta secuela que nos llega ahora. Para quien no conozca el comic y la película anteriores, decir que la historia pretendía enmarcarse en la realidad cotidiana de cualquier gran ciudad de nuestros días, en la que el crimen y la delincuencia campan prácticamente a sus anchas sin que los pocos policías honrados puedan erradicarla por sí solos. Un muchacho aficionado a los comics de superhéroes decidía un buen día hacerse un traje cutre y echarse a las calles a impartir justicia a palos... pero resultaba ser él el apaleado, aunque ni siquiera tras ese incidente desistía de su empeño. Entraban en escena un par de enmascarados más experimentados, Big Pappy y su hija pequeña Hit-Girl, y, junto a ellos, Kick-Ass se enfrentaba al peligroso gangster Frank D'Amico y a su hijo, el ridículo villano enmascarado Bruma Roja. La batalla final devenía en brutal carnicería, pero ni así a los héroes y villanos supervivientes se les han quitado las ganas de dar guerra. La pequeña Hit-Girl ha sido obligada por su tutor a abandonar el rollo superheroico, Kick-Ass se ha unido a otro grupo de vigilantes disfrazados y el resentido Bruma Roja se ha convertido en el más peligroso y sanguinario Hijo Puta. ¿Volverán a unirse los caminos de estos tres personajes...? ¿Seguirá siendo posible que anónimos ciudadanos, ocultos bajo máscaras, se enfrenten solos a los criminales más despiadados...?