La vida es como el mar
La vida es como el mar: olas que vienen, olas que van. A veces se trata de olas distintas, otras veces son las mismas que ya una vez lamieron nuestra orilla. Sobre la arena de nuestra playa queda la huella húmeda del pasado que se fue y no volverá, o tal vez sí, o quién sabe de qué otra manera. Somos libros que se escriben desde atrás hacia delante, pero a veces la brisa pasa las hojas a su antojo y la página que nos toca escribir es en realidad la misma que anteayer creímos finalizada y superada. Sin apenas darnos cuenta, descubrimos que los pilares del futuro los hemos ido edificando con frágil barro que, reblandecido por el vaivén de la marea, con frecuencia se agrieta y nuestro presente se convulsiona y se pone a temblar. O tal vez sea el vértigo, el vértigo de quien cree que ha recorrido un largo trecho y repentinamente siente que lo único que ha hecho ha sido caminar en círculos. Nada acaba del todo y todo empieza de nuevo cada día, lo bueno y lo malo, lo que aprendemos de verdad