martes, 23 de noviembre de 2021

Cine actualidad/ “ULTIMA NOCHE EN EL SOHO”

El cine que necesitábamos

 


Last Night In Soho

Reino Unido, 2021

Director:  Edgar Wright

Productores: Tim Bevan, Eric Fellner. Nira Park, Edgar Wright

Guión: Krysty Wilson-Cairns, Edgar Wright

Música: Steven Price

Fotografía: Chung-hoon Chung

Diseño de Producción:  Marcus Rowland

Montaje: Paul Machliss

Reparto: Thomasin McKenzie (Eloise “Ellie” Turner), Anya Taylor-Joy (Sandie), Matt Smith (Jack), Diana Rigg (Alexandra  Collins), Terence Stamp (Lindsay), Michael Ajao (John), Rita Tushingham (Peggy Turner), Synnove Karlsen (Jocasta)

Duración: 116 min.

Productora: Focus Features / Working Title

 

La joven Eloise, “Ellie” para los amigos, vive con su abuela en Cornualles tras el suicidio de su madre.  Enamorada de la música y el estilo de los años 60 y del ambiente que se respìraba en el Londres de aquella época, Ellie se marcha a estudiar moda a la capital británica y alquila un estudio en el barrio bohemio del Soho.  Muy pronto, la joven descubrirá que su fascinación por la movida londinense de seis décadas atrás le permite establecer una especie de conexión con Sandie, una aspirante a artista que vivió intensamente la noche en 1968…

 

Nacido en el condado de Dorset, Inglaterra, en 1974, Edgar Wright se dio a conocer cuando dirigió la serie “Spaced” en 1999, y poco después obtuvo el beneplácito de la crítica y el público gracias a “Zombies Party” (2004), una comedia de horror a la que seguirían títulos como “Arma fatal” (2007) y “Bienvenidos al fin del mundo” (2013) (los tres últimos, conformando la denominada “Trilogía del Cornetto”), “Scott Pilgrim contra el mundo” (2010) o “Baby Driver” (2016).  Ya en 2007. Wright comenzó a darle vueltas a una historia que de alguna manera homenajeaba a los títulos míticos del “giallo” italiano, con “El gato de las 9 colas” y “Suspiria”, ambos de Dario Argento, en el pensamiento, y ubicando la trama en la década prodigiosa de 1960.  Para escribir el guión, se puso en contacto con Krysty Wilson-Cairns (“Penny Dreadful”, “1917”), a la que le sugirió que la parte que transcurre en los años sesenta no tuviese diálogos y sólo fuese audible la maravillosa música de la época, si bien la guionista le hizo desistir de tan peregrina ocurrencia.  Otra de las ideas de Wright sí llegó a materializarse, concretamente la de bautizar a la película con el título de alguna de aquellas míticas canciones, siendo el mismísimo Quentin Tarantino, experto en bandas sonoras epatantes, quien le sugirió “Last Night In Soho”, como el tema de 1968 que popularizaron Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich.

 

Para protagonizar la película, Wright enseguida pensó en la cada vez más popular Anya Taylor-Joy (“La bruja”, “Gambito de dama”) para dar vida a la fascinante Sandie (nombre que alude, cómo no, a la pizpireta Sandie Shaw, intérprete de “Marionetas en la cuerda”, que se escucha en el film), contratando a continuación a Thomasin McKenzie (“Jojo Rabbit”, “Tiempo”) para interpretar a la protagonista Ellie, diminutivo de Eloise, evidente homenaje a la canción de Barry Ryan que en España versionó Tino Casal.  Para rematar el juego de los nombres, recordar que el personaje de Taylor-Joy en “La bruja” se llamaba precisamente… ¡Thomasin! (¿casualidad o no?).  Otros miembros del reparto de “Ultima noche en el Soho” son Matt Smith (“Dr. Who”), Terence Stamp (“El coleccionista”, “Superman II”), Michael Ajao (“Attack The Block”) y las veteranas Rita Tushingham (“Un sabor a miel”, “Doctor Zhivago”), que encarna a la abuela de Thomasin, y Diana Rigg (“Los Vengadores”, “007 Al servicio secreto de Su Majestad”, “Juego de Tronos”), en la que acabaría siendo su última aparición en la pantalla dado que falleció poco después de concluir el rodaje.

 

Mi experiencia personal viendo por primera vez en el cine “Ultima noche en el Soho” será para siempre maravillosa e inolvidable.  Desde el principio, las extraordinarias canciones que se suceden casi sin parar (y además, sonando mejor que nunca) me cautivaron, como lo hizo la interpretación de Thomasin McKenzie, tan vulnerable pero tan valerosa a la vez. Y bueno, en cuanto aparece la glamourosa Anya Taylor-Joy, su presencia arrebatadora traspasa la pantalla y, por si fuera poco, la actriz exhibe unas dotes asombrosas para el canto, marcándose un par de asombrosas imitaciones de Petula Clark (“Downtown”) y Cilla Black (“You’re My World”); si la señorita Taylor-Joy merecía que se le siguiera la pista, ahora más, mucho más.  Pero, dejando aparte las actuaciones e incluso el argumento en sí, lo realmente extraordinario de “Ultima noche en el Soho” es su envoltura tanto visual como sonora.  Se trata de un viaje inmersivo a un mundo mágico de luces de neón y de colores abigarrados exquisitamente retratados (por el coreano Chung-hoon Chung, “Old Boy”, “La doncella”, “It”) en el que lo nuevo se funde con lo viejo y las líneas temporales parecen entremezclarse, en el que las canciones del ayer suenan infinitamente mejor que las actuales y en el que, sin tratarse de un film de terror propiamente dicho, se pasa más miedo que en la mayoría de películas de ese género.

 

De vez en cuando me tropiezo en mi camino cinéfilo con títulos que no sólo cuentan una historia sino que poséen una belleza y una inventiva que impresiona por lo que contienen de ruptura, de evolución e incluso de revolución a todos los niveles.  Lo fueron “Under The Skin” (Jonathan Glazer, 2013), “madre!” (Darren Aronofsky, 2017), “El sacrificio de un ciervo sagrado” (Yorgos Lanthimos, 2017) o el remake de “Suspiria” (Luca Guadagnino, 2018).  Ultima noche en el Soho” ingresa con honores en este selecto club, el club de las películas que no sólo me gustan sino que me fascinan, me maravillan y, más que encantarme, y si me lo permitís, me hipermegaencantan.  Esto es Cine, amigos:  creación, riesgo, belleza e innovación.

 

Luis Campoy

 

Lo mejor:  la belleza incuestionable de lo sensorial (la imagen, el color, la música, el sonido…)

Lo peor:  algún giro de guión previsible y arquetípico, concretamente en sus últimos 15 minutos

Calificación: 9 (sobre 10)

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Píldoras de Cine:  NOVIEMBRE DE 2021

 

Llega Noviembre y ya se me han vuelto a acumular un montón de películas sobre las que aún no os hablado.  Mi libro “El cine en PANTALLA GRANDE” ya está más cerca de ver la luz, pero primero permitidme que os expida una ración de nuestras inimitables… ¡¡PILDORAS DE CINE!!

 




ETERNALS

Que las películas basadas en los innumerables comics de Marvel han tenido y tienen un éxito arrollador es un hecho innegable.  Que, asimismo, son muchos sus detractores y cada vez más numerosos los resentidos que desean que dichas películas comiencen a perder su hegemonía taquillera, es también una realidad incuestionable.  Cuando se supo que la compañía había encomendado la dirección de la puesta de largo de uno de sus títulos menos conocidos, “Los Eternos” (creado por el genial Jack Kirby en 1976) nada menos que a Chloé Zhao, realizadora de la intimista “The Rider” y la oscarizada “Nomadland”, esta última ciertamente en las antípodas de lo que se presupone debe ser un film de super héroes, los antimarvelitas comenzaron a afilar los colmillos, llegando al punto de hincar el diente con extrema fiereza a un producto que, sin haberlo visto siquiera, calificaron de “ñoño” y “aburrido”.  Pero creedme, “Eternals” no es para nada aburrida y, por una vez, el empeño de Marvel en particular y de Disney en general de abanderar la inclusión y la diversidad no resulta forzado ni cargante.  Ikaris, Sersi, Thena, Ajak y compañía están certeramente representados, su poder resulta fascinante y ni su raza ni su orientación sexual chirria en ningún momento.  De hecho, para mi “Eternals” está bastante más conseguida que la sobrevaloradísima “Shang-Chi”, cuyo ruido mediático aún no he logrado asimilar.

Calificación: 7,5 (sobre 10)

 


WAY DOWN

El (desmesurado) éxito de “La casa de papel”, a nivel tanto doméstico como internacional, podría haber dado lugar, como durante un tiempo se rumoreó, a la realización de un remake foráneo de la serie, pero, de momento, hemos de “conformarnos” con “Way Down”, película española de engañoso título anglófono y que, obviamente, mimetiza los esquemas de la ficción protagonizada por los enmascarados dalinianos.  Con un insólito Jaume Balagueró al frente, “Way Down” sigue los pasos de un grupo de atracadores que pretende robar el banco de España justamente el mismo día en que nuestro país está jugando la final del Mundial de Sudáfriuca de 2010, acontecimiento que les va a dar cobertura para sus planes.  Con un reparto encabezado por Freddie Highmore (“The Good Doctor”) y Liam Cunningham (“Juego de Tronos”) pero en el que los que más acaban destacando son José Coronado, Emilio Gutiérrez Caba y, cómo no, Luis Tosar,  el film tiene una puesta en escena modélica en la que los decorados, el montaje y los efectos especiales son de primerísimo nivel, logrando resultar sumamente ameno y entretenido.  Ahora bien, la previsibilidad del guión, la inconsistencia de los diálogos y el nulo carisma de Highmore, Astrid Bergés-Fabray y Sam Riley juegan en contra y hacen que, en el momento en que se acaba la película, te olvides completamente de ella, porque, al fin y al cabo, lo que les sucede a sus personajes no te importa lo más mínimo.  Un gran acabado formal para un producto carente de alma, en la que la única emoción real es la que se vuelve a sentir cuando Iniesta marca el gol que le hizo inmortal.

Calificación: 6 (sobre 10)

lunes, 8 de noviembre de 2021

Cine actualidad/ “EL ULTIMO DUELO”

Tres versiones

 


The Last Duel

USA, 2021

Director:  Ridley Scott

Productora: Jennifer Fox

Guión: Matt Damon, Ben Affleck y Nicole Holofcener, según el libro de Eric Jager

Música: Harry Gregson-Williams

Fotografía: Dariusz Wolski

Diseño de Producción:  Arthur Max

Montaje: Claire Simpson

Reparto: Matt Damon (Sir Jean de Carrouges), Adam Driver (Jacques Le Gris), Jodie Comer (Marguerite de Carrouges), Ben Affleck (Pierre d’Alençon), Harriet Walter (Micole de Carrouges), Alex Lauther (Rey Carlos VI), Marton Csokas (Crespin)

Duración: 152 min.

Productora: Forum Hungary / Walt Disney

 

En el año 2004, el profesor y ensayista estadounidense Eric Jager (nacido en 1957), especialista en literatura medieval, publicó su libro de no-ficción “El último duelo”, basado en un suceso real acaecido en 1386 que pasaría a la historia como el último duelo por combate que se celebraría en Francia.  Variante de origen alemán de las clásicas justas medievales, los juicios por combate pretendían dilucidar la inocencia o culpabilidad de una persona (generalmente de la aristocracia) apelando a la inspiración supuestamente divina:  el acusado y su acusador se enfrentaban a muerte a espadazos, y al que sobrevivía se le presuponía bendecido por la gracia de Dios y, por tanto, poseedor incuestionable de la verdad y la razón.

 

Jean de Carrouges y Jacques Le Gris son amigos y escuderos del noble Pierre d’Alençon.  Tras una serie de vicisitudes, Carrouges contrae matrimonio y alcanza el grado de caballero, mientras que Le Gris, reconocido vividor y mujeriego, logra ascender socialmente merced al patrocinio de d’Alençon.  Durante una ausencia de Carrouges, su esposa Marguerite afirma haber sido violada por Le Gris, afrenta que en aquella época solía permanecer occulta por miedo a que la violentada fuse considerada “provocadora”, pero que Marguerite decide relatar a su marido.  Carrouges denuncia a su antiguo amigo y el tribunal dictamina que la cuestión deberá ser zanjada mediante combate singular a vida o muerte…

 

En 2015, once años después de haberse publicado el libro de Jager, se supo que Shaun Grant (“Los asesinos de Snowtown”, “Jasper Jones”, “Mindhunter”) había escrito el guión para una adaptación cinematográfica que iba a dirigir Francis Lawrence (“Soy leyenda”).  Sin embargo, el proyecto no salió adelante y los derechos recayeron en el tándem de guionistas formado por los también actores Ben Affleck y Matt Damon, oscarizados responsables del libreto de “El indomable Will Hunting”.  Affleck y Damon contactaron con Disney para producir la película, y el elegido como realizador fue ni más ni menos que el octogenario Ridley Scott (nacido en 1937), quien había dirigido a Damon en “Marte” y no sólo había demostrado su oficio en el cine de época (“Gladiator”, “El reino de los cielos”) sino que también era experto en representar personajes femeninos con necesidad de reivindicarse (“Alien”, “Thelma & Louise”).

 

El último duelo”, la película, adapta con bastante fidelidad el libro de Eric Jager pero introduce el recurso de la narración a tres bandas (inspirado en el “Rashomon” de Akira Kurosawa) para contar los respectivos puntos de vista del marido cornudo, el donjuán supuestamente violador y la mujer maltratada, cuyo testimonio se nos presenta como la verdad sin fisuras.  Matt Damon asume el rol de Jean de Carrouges, Adam Driver es el villano Le Gris y una extraordinaria y sorprendente Jodie Comer (“Killing Eve”, “Free Guy”), haciendo honor a su apellido, se “come” la pantalla y, de paso, a todos sus compañeros de reparto en la piel de la ofendida Marguerite.  El inseparable compadre de Damon, Ben Affleck, se ocupa de dar vida al sibilino pero irresistible “señorito” de la comarca, Pierre d’Alençon.

 

La realización de Ridley Scott, que bebe directamente de su alabado estilismo de “Gladiator” así como de la brutalidad de similares secuencias de combate de “El reino de los cielos” es tan efectista como indudablemente efectiva, componiendo arte a partir del salvajismo bestial de la más oscura Edad Media, una época que, sin embargo, está exquisitamente iluminada por el operador polaco Dariusz Wolszki, presencia habitual en el cine de Scott (“Prometheus”, “Alien Covenant”, “Marte”, la serie “Raised By Wolves”…).  Harry Gregson Williams (“El reino de los cielos”, “Prince of Persia”, “Marte”) compone la también estupenda banda Sonora.

 

Con una duración que supera las dos horas y media pero que nunca llega a resentirse en nuestras posaderas, “El ultimo duelo” más parece una obra filmada por un joven apasionado que por un anciano en el declive de su carrera.  Su espectacularidad, evidenciada en las terribles y cruentas batallas pero también en el retrato de los lujosos castillos y mansiones, se complementa con el intimismo de sus escenas dialogadas, y abraza sin dudarlo la imparable corriente del #MeToo, dispuesto a potenciar un personaje femenino orgulloso de su género y que de su presunta fragilidad construye un férreo muro de fortaleza.

 

 

Luis Campoy

 

Lo mejor:  Jodie Comer, Matt Damon, las espectacular escenas de duelos y batallas

Lo peor:  nada en particular

El cruce:  El reino de los cielos” + “Gladiator” + “Rashomon

Calificación: 8,5 (sobre 10)