Face to face
No fue ni mucho menos decisivo, pero los índices de audiencia están ahí: 13 millones de personas (sumando el número total de espectadores que lo vieron en Televisión Española, en Cuatro y en la Sexta) presenciaron el cara a cara entre Zapatero y Rajoy. Había hambre de confrontación política de primer nivel, aunque lo que se dijo no fue sino una especie de resumen o repetición de los consabidos argumentos que ambos líderes llevan disparándose mutuamente desde hace no sólo meses, sino años. Me pregunto si no les resultará tan cansado decir las mismas cosas como a mí escucharlas. Porque si aburrido y reiterativo es oir cómo Rajoy esgrime su archiconocida retahíla de acusaciones y descalificaciones, hay que reconocer que no es menos soporífero el modo en que el Presidente (perdón, el candidato socialista) recopila sus argumentos defensivos mientras convierte en armas arrojadizas los puntos negros de la actuación de los anteriores gobiernos populares. Es un toma y daca casi infantil, pero,