(CD LCF11074)
Muchas veces, una interpretación
exagerada del amor y la generosidad nos lleva a cometer las mayores locuras.
Cuando nos gusta algo, cuando nos gusta verdadera y profundamente, podemos sin
darnos cuenta devenir en una especie de fascismo sentimental que obliga a
quienes nos rodea a compartir nuestras aficiones, sin tener la menor opción de
negarse o resistirse. Claro que, como digo, ¿puede ser realmente censurable un,
digamos, licito intento de compartir nuestras pasiones con aquéllos a quienes
queremos....?