Cine actualidad/ "TRON LEGACY"
Cuerpo digital, alma ausente Hace pocas semanas volví a ver “Tron”, de Steven Lisberger, un director que, no por casualidad, tenía un nombre y un apellido que parecían constituir una especie de cacofonía de los del famosísimo Rey Midas de Hollywood. La primera vez que la ví, allá por 1982, me resultó una experiencia ciertamente deslumbrante en lo visual, pero bastante decepcionante en lo argumental. A quien sí debió entusiasmarle fue a un tal Joseph Kosinski, quien, 28 años después, y con el beneplácito de Lisberger, ha firmado esta secuela que no es sino más de lo mismo. Tanto la primera entrega como esta tardía continuación pretenden revolucionar la técnica cinematográfica, pero es evidente que los méritos de la una y de la otra no pueden ser evaluados según el mismo baremo. El primer “Tron”, con todos sus defectos, fue uno de los primeros films en incorporar efectos infográficos, muy pedestres si se quiere, pero sorprendentes y revolucionarios para aquellos incipientes años