Todavía más revueltos
Se nota que la tercera temporada está tocando a su fin, porque todas las tramas de “Amar en tiempos revueltos” , el culebrón socio-romántico-político de las sobremesas de la 1 de Televisión Española, se han acelerado y precipitado como si los guionistas las hubiesen empujado por una pendiente engrasada con pieles de plátano. A pesar del modo más bien cobarde con que despacharon a Margarita, la desdichada disminuída psíquica de la que hablé en mi anterior artículo, he de reconocer que, en capítulos como los emitidos ayer y hoy, he podido ver algunas de las mejores secuencias ofrecidas en estos meses. Alguna vez he alabado el modo en que todos estos culebrones, la mayoría tan faltos de auténtica calidad en sí mismos, sí consiguen implicar emocionalmente al espectador en su diario vaivén, logrando el hecho casi imposible de que uno pueda llegar a empatizar con los personajes hasta el punto de reir, emocionarse y sufrir al unísono. Seguro que no fui el único en contener una lagrimilla cuan...