Tras no pocas vicisitudes, por fin se concreta esta adaptación al cine de la famosa novela de Stephen King, que personalmente me aterrorizó hace 30 años. Quizás recordéis una antigua versión que dirigió Tommy lee Wallace, pero he de recordaros que se trataba de una miniserie que en España se distribuyó resumida en un largometraje que, bueno, se recuerda con cariño pero no hacía justicia al libro. La nueva versión la ha dirigido Andrés Muschietti y su primer trailer tiene este terrorífico aspecto:
Un espacio sobre la vida, el cine, el fútbol, la política, los comics y todas esas otras pequeñas cosas que ocupan nuestro tiempo
jueves, 30 de marzo de 2017
miércoles, 29 de marzo de 2017
PÍLDORAS DE CINE: Marzo 2017 (y II)
Últimas píldoras de cine de este
mes de Marzo aquí en “Historias e Historietas”.
La oferta del día es irrechazable:
tres películas por el precio de una.
“EL BAR”
A pesar de la enorme simpatía que
me suscita el bilbaíno Alex de la Iglesia, he de reconocer que sus últimas
películas, todas, han ido defraudando mis expectativas. Lejos han quedado los tiempos de la inolvidable
“El día de la Bestia”, revalorizable en cada nuevo visionado pero cuya
genialidad contrasta con la irregularidad de trabajos tan decepcionantes como
la fallida “Mi gran noche” o la horrenda “La chispa de la vida”. “El bar”, desde luego, no ha supuesto un
regreso a los orígenes en cuanto a calidad se refiere. Nuevamente hay que destacar la habilidad de
De la Iglesia para la planificación, la creación de atmósferas y la dirección
de actores, pero de nuevo la estructura de su guión no consigue mantener el
interés durante todo el metraje. ·”El
bar” pretende ser una réplica castiza a las películas catastrofistas
norteamericanas, pero aquí los personajes sometidos a una terrible situación límite
no tienen todos la misma entidad ni están dibujados con la misma
precisión. De hecho, la película empieza
a decaer en el momento en que la acción se concentra en unos pocos personajes
prescindiendo del resto, y entre los elegidos se mantiene al desagradable mendigo
interpretado por Jaime Ordóñez, responsable directo de los momentos que menos
me gustaron. Lástima que un film con un
arranque tan prometedor y algunos momentos que me dejaron simplemente boquiabierto
derive en una macabra y maloliente aventura con un final de todo menos
inspirado.
Calificación: 6 (sobre 10)
“LA BELLA Y LA BESTIA”
Más o menos lo contrario de lo
que he escrito sobre “El bar” podría aplicarse a mi comentario acerca de esta
versión de “La Bella y la Bestia”.
Aunque muchos pensamos que lo que está haciendo Disney (reconvertir en
imagen real sus famosos clásicos animados) es una pérdida de tiempo y un
desperdicio de talento, lo cierto es que los remakes de “El Libro de la Selva”,
“La Cenicienta” y, en menor medida, el título que hoy comentamos, tienen la
virtud de desplegar un universo equilibrado entre el clasicismo y la virguería
infográfica (terreno en el que naufragaba Tim Burton con su “Alicia en el País
de las Maravillas”), en el que el diseño de producción, el vestuario y la
fotografía rayan a un muy alto nivel. Vale
que Emma Watson es un terrible error de casting (nada tengo en contra de esta
actriz, pero el concepto mismo de “Bella” le viene grandísimo) y que los
mejores momentos no son sino una vuelta de tuerca al maravilloso film de animación,
pero las excelentes interpretaciones de Luke Evans y Josh Gad logran que este
entretenido espectáculo vaya un pasito más allá.
Calificación: 7 (sobre 10)
“KONG: SKULL
ISLAND”
En 1976, el productor
italoamericano Dino De Laurentiis se atrevió a producir un remake en color del
clásico de culto de Ernest B. Schoedsak y Merian C. Cooper. “King Kong”. 40 años después y como consecuencia del éxito
comercial de “Godzilla”, Warner Bros. ha dado luz verde a lo que parece ser una
especie de tardía precuela del citado film de John Guillermin, por cuanto está
ubicado temporalmente en 1973 y los diseños de producción y movimientos de
cámara parecen ser sospechosamente similares.
Eso sí, la tecnología ha avanzado de manera alucinante y el acabado
formal de esta “Kong: La Isla Calavera”
es simplemente irreprochable. El guión
es una patética acumulación de mil y un tópicos y absolutamente ninguno de los personajes
tiene la más mínima entidad ni carisma, pero al director Jordan Vogt-Roberts
hay que reconocerle su habilidad para filmar la acción pura y dura y su
creatividad en cuanto a las innovaciones estéticas empleadas. El temible Kong, Rey indiscutible de la Isla
Calavera, luce más imponente que nunca.
Calificación: 7 (sobre 10)
sábado, 25 de marzo de 2017
Lorca acoge la VI Edición del certamen "A corta distancia"
Como en años anteriores, el Cine
Club Paradiso (al que, cada vez más, me honro en pertenecer), tuvo el
privilegio de auspiciar en el Teatro Guerra de Lorca la que es ya conocida como
“la gran noche del cine lorquino”, consistente en la proyección de los últimos
trabajos de los más conocidos cortometrajistas en activo de la Ciudad del
Sol. Se trata ya de la sexta edición del
certamen “A corta distancia”, del que sin duda se espera que recorra una
distancia larguísima en cuanto a supervivencia en el tiempo.
Tras la presentación a cargo del
presidente del Cine Club, Jesús Martínez, y unas breves palabras de los
cineastas participantes, abrió el fuego mi queridísimo José Ruiz Montalván “Monty” con “La enciclopedia”, una vez más palpitante de entusiasmo y entrega, y
en esta ocasión con la aparición estelar de la más rutilante Estrella de su
firmamento. A continuación, el joven Pablo Natale, compañero de mi hijo
Jorge y debutante en el certamen, nos sorprendió con “La esperanza”, un homenaje en blanco y negro al espíritu poético de
la época dorada de Buñuel y Dalí. Otro
que debutaba en el evento era Nico
Ramírez con “Shh”, un policíaco muy
sugerente, ambientado en Murcia, en el que brillaba una excelente Silvia
Conesa. Luego llegaría “Fredo”, de Alvar B. Scriche & Salva Feltrer, que ya sólo por su
inspiradísima elección de casting se merecería una mención especial. Pocas cosas quedan por decir acerca de “The Airplane”, el corto multipremiado de
mi amigo Jesús Martínez “Nota”, que
se erige en imaginativo pero brutal alegato contra la guerra de Siria y todas
las guerras en general; lo bueno, si
breve, dos veces bueno. Twin Freaks
Studio es la boyante productora murciana que nos trajo la siguiente mini-película,
“A golpe limpio”, a cargo de los
hermanos Pedro y Juan Poveda, “los
Coen de La Hoya” como los definió Jesús Martínez; una delirante historia de brutalidad, sangre
y fascinación. Uno de los más
reconocibles cineastas del panorama lorquino, Bernardo Hernández, exhibió no una sino dos de sus obras, ambas con
guión del novelista local Fran J. Marber:
en “La cruda realidad” se nos
cuenta algo así como la historia alternativa de un decadente Russell Crowe
(interpretado por Juan Francisco Piernas) cuyo éxito en “Gladiator” hace mucho
que quedó atrás, mientras que “Un buen
amigo”, cuya premisa argumental coincide parcialmente con la de la reciente
“Mine” de Fabio Guaglione y Fabio Resinaro, nos traslada a un Afganistán en el
que dos soldados encarnados por los populares Fernando Guillén Cuervo y Jordi Rebellón
escenifican un relato de rivalidad y celos.
Llegó el turno para el nuevo trabajo del muy reconocido Dany Campos, quien, como suele suceder,
nos dejó boquiabiertos con “Avería”,
donde un percance automovilístico sirve de excusa para un despliegue de talento
interpretativo (a cargo de Elena Rayos y Mónica Caballero) y un aluvión de
buenos diálogos que se merecieron un encendido aplauso. “Mayela”,
de Juan Bermúdez, posée una
estructura de thriller que me recordó a los buenos tiempos del “polar” francés,
con una trama nada edificante de atracos y atracadores nuevamente muy deudora
de un casting sobresaliente. Para
finalizar el certamen, se proyectó el primer corto rodado por mi entrañable
colega Domingo Jiménez (quien protagonizara
una primera versión de mi por siempre inédita “Sangre”) y que, tras exhibir hace unos años su largo “40 grados” nos regaló su luminosa fábula
“François Doiphaire”, rodada en
francés y exhibida con subtítulos en castellano, con un acabado visual
imponente pero que, a mi entender, debió ubicarse en un orden mucho más adelantado.
Fueron, en fin, once trabajos de
diez cineastas adscritos al ámbito de la Ciudad del Sol, cuyo amor al cine ha
sido capaz de superar mil y una dificultades y una preocupante falta de apoyos
que no ha logrado empañar su ilusión. A
todos ellos, muchas gracias por seguir creyendo y, si puede ser, ¡hasta el año
que viene!
jueves, 23 de marzo de 2017
Cine actualidad/ “MOONLIGHT”
En los Oscars de 2016, estalló
una enorme polémica como consecuencia de la nula representación dela gente de color en las candidaturas
principales. Un año después, las
películas con afroamericanos han inundado las carteleras y sobre todo la
mayoría de las entregas de premios. “Figuras
ocultas”, “Fences” y, sobre todo”, “Moonlight” han cosechado montones de
galardones, llegando esta última a proclamarse como la mejor del año.
“Moonlight”, la película, adapta
la obra de teatro de Tarell Alvin McCraney “In moonlight black boys look blue”
(“A la luz de la luna, los chicos negros parecen azules”), que narraba las
vicisitudes de un joven de color llamado Chiron desde que es un niño en un
barrio deprimido de Miami hasta que, ya adulto, se traslada a vivir a Atlanta
dispuesto a emprender una nueva existencia.
El film se desarrolla en tres períodos perfectamente diferenciados, a
los que da título cada uno de los apodos de Chiron en las primeras etapas de su
vida: “Little”, para la parte que narra
su infancia, “Chiron” a secas para el episodio de su adolescencia y “Black”
para el fragmento acerca de su madurez. No
por casualidad, el director Barry Jenkins se esfuerza por comenzar el relato
con un tono casi como de cuento de hadas, con una fotografía luminosa plagada
de brillos y contrastes, y poco a poco va oscureciéndolo paulatinamente, aunque
es cierto que la última parte transcurre casi enteramente de noche, lo cual no
implica forzosamente que el porvenir de Chiron vaya a acabar sumido en la
penumbra.
El arranque de “Moonlight” me
pareció de una pedantería insoportable: una serie de travellings circulares tan
virtuosos como innecesarios se suceden sin ningún otro propósito que el de
explicarnos lo pequeño que es el mundo en el que se va desarrollar la infancia de
nuestro protagonista. Sin embargo, es entonces
cuando más se disfruta la película, que se beneficia de la magnética presencia
del gran Mahershala Ali (visto también la citada “Figuras ocultas”), justísimo
ganador del Oscar como Mejor Actor Secundario por cuanto borda cada una de sus
apariciones, componiendo una especie de carismático mentor del protagonista, a
quien, lógicamente, dan vida tres actores diferentes para cada uno de sus
períodos vitales: Alex Hibbert de niño,
Ashton Sanders de adolescente y Trevante Rhodes cuando ya es un hombre. El tema de la homosexualidad de Chiron (que
sus condiscípulos perciben incluso antes que él mismo) es abordado de manera
natural y cotidiana, como si se tratase simplemente de otro rasgo más (quizás
a consecuencia de la ausencia de su padre y de la creciente adicción a las
drogas de su madre, el pequeño Chiron es sumamente introvertido y poco
comunicativo). Lo cierto es que, a
medida que se va desarrollando el metraje, el tono va alejándose de la fantasía
visual del inicio y desemboca en una secuencia final rodada casi con desgana,
en la que también los diálogos suenan excesivamente familiares. Es aquí donde se echa de menos el espíritu,
pleno de poesía, de “Boyhood”, rodada durante 12 años pero poseedora de un
hálito mucho más uniforme.
A veces sucede que, para tratar
de compensar un error del pasado, se ensalza con exceso a un producto del
presente. Esa es mi opinión acerca de
esta “Moonlight”, interesante sin duda y hermosa en ocasiones, pero a la que me
temo que le viene grande ese Oscar que en principio se atribuyó a “La La Land”. La comunidad afroamericana respira tranquila
y su problemática, si bien no menos traumática, por lo menos ha quedado más
visible y expuesta.
Luis Campoy
Lo mejor: Mahershala Ali, un actorazo como la copa de un pino
Lo peor:
promete más de lo que aporta
El cruce:
“Boyhood” + “Los chicos del barrio”
Calificación: 7 (sobre 10)
miércoles, 8 de marzo de 2017
PÍLDORAS DE CINE (Marzo 2017)
¡Menuda semanita! Cuando aún no se han apagado del todo los ecos
del séptimo Oscar endosado por error a "La La Land”, ahora toca enfrentarse a un
psicópata al que ni la lluvia le lava la mala conciencia, a un superhéroe en la
recta final de sus heroicidades o a un adolescente mujeriego que lleva a su pobre
tío por el camino de la amargura. Son
nuestras ¡píldoras de cine!
“EL GUARDIÁN INVISIBLE”
Adaptación de la novela homónima
de Dolores Redondo, “El guardián invisible” es la nueva película de Fernando González
Molina, autor de “Palmeras en la nieve”.
En esta ocasión, el escenario no puede ser más opuesto al de “Palmeras…”: por obra y gracia del cine, la acción se
traslada de la soleada Guinea Ecuatorial a la muy pluviosa Navarra. En el misterioso valle del Baftán, un
psicópata se dedica a asesinar niñas (bueno, seamos precisos: adolescentes) siguiendo unos patrones de
conducta que llaman la atención de la inspectora de la Policía Foral, Amaia Salazar,
natural de esa misma zona…. No he leído
(todavía) la novela en cuestión, pero
admito que la película ha suscitado mi atención, en base a unas bellísimas localizaciones, una fotografía excelente y unos personajes que se antojan muy
reales. Marta Etura encabeza con
solvencia un reparto en el que conviven algunas interpretaciones sobresalientes
(Elvira Mínguez, Francesc Orella) con otras más bien mediocres (Carlos Librado),
al servicio de una historia en la que lo que se narra en flashbacks (la
protagonista siendo maltratada por su madre) adquiere casi más interés que la
trama principal, afectada ésta por no pocos detalles de planificación que
remiten a “El silencio de los corderos” de Jonathan Demme o a “Se7en” de David
Fincher. Por si faltaba algo, incluso al
final la película se ha visto beneficiada por esa estúpida polémica en torno a
la participación de la actriz Miren Gaztáñaga en cierto programa de la ETB, lo cual ha redundado en un intento
de boicot que al parecer, y por fortuna, ha tenido el efecto contrario.
Calificación: 7 (sobre 10)
“LOGAN”
En 1999, durante el rodaje de “X-Men”,
el actor australiano Hugh Jackman se calzó por vez primera las patillas y las
garras de adamantium del héroe de Marvel Comics Lobezno, siendo, con mucho, el
más beneficiado por el éxito de aquel film.
18 años después, y tras múltiples apariciones como el fiero mutante
canadiense, Jackman anuncia que “Logan” será su despedida de la franquicia,
anuncio que, a juzgar por la taquilla cosechada, ha sido acogido con apasionamiento
por los fans. Adaptación de la miniserie
“El viejo Logan”, creada por Mark Millar (guión) y Steve McNiven (dibujo), “Logan”,
la película, nos presenta un futuro alternativo en el que los superhéroes y la
mayoría de los mutantes han desaparecido, quedando nuestro protagonista
relegado al rol de simple conductor de limousinas. Sin embargo, la aparición de una niña con
fantásticos poderes hará que Logan se replantée de nuevo su existencia, lo cual
implica que sus garras volverán a teñirse de sangre… El director James Mangold, que ya firmase la
anterior aventura de Lobezno en solitario, “Lobezno inmortal”, repite detrás de
las cámaras, y lo hace siguiendo el patrón que ya encumbró a su colega Tim
Miller en “Deadpool”: violencia salvaje
y brutal, en ocasiones ejercida por niños e incluso sobre niños, lo que le
proporciona al producto un aire valiente y transgresor. Además, el entorno postapocalíptico remite
una y otra vez a ese Oeste sucio y polvoriento que escenificaban las películas
de “Mad Max”, componiendo un cocktail atípico si lo comparamos con el resto de
las adaptaciones comiqueras al uso. Muy
bien, como siempre, Hugh Jackman y el veterano Patrick Stewart, secundados por
la niña de ascendencia española Dafne Keen y un ascendente Boyd Holbrook,
destinado a llegar muy alto en la galaxia cinematográfica. El viejo Logan entona finalmente su canto de
cisne… ¡viva Logan!.
Calificación: 7,5 (sobre 10)
“MANCHESTER FRENTE AL MAR”
Posiblemente, los Oscar menos
cuestionados de este año (Guión Original y Actor protagonista) han servido para
encumbrar a esta sencilla producción (8,5 millones de dólares de presupuesto),
escrita y dirigida por Kenneth Lonergan.
“Manchester frente al mar” no transcurre en la célebre ciudad británica
donde Pep Guardiola y José Mourinho parecen haber aplacado su vieja rivalidad,
sino en una localidad homónima situada en el estado de New Hampshire, USA, a
donde un hombre solitario debe regresar para hacerse cargo de la custodia de su
sobrino adolescente tras la muerte de su hermano. Como he dicho antes, los mayores alicientes
de “Manchester frente al mar” son su historia y la interpretación de su
protagonista, Casey Affleck. El
hermanísimo del último Batman se luce dando vida a un personaje dolorido e
introvertido, en una composición que, para variar, no abusa de histrionismos ni
se recrea en la exposición de taras físicas o mentales. Eso sí, los méritos de Affleck se han visto
empañados al revelarse ciertos detalles oscuros de su pasado (un episodio de
violencia machista no lo suficientemente probado, pero que le acompañará
durante mucho tiempo), razón por la cual el director del film ha salido
públicamente en su defensa. Con todo, me
parece más lograda la labor del citado Kenneth Lonergan como escritor que como
realizador, ya que, si bien la historia se engalana con excelentes diálogos y
carismáticos personajes, la realización adolece de una morosidad que me parece
innecesaria: prácticamente todas las
escenas se prolongan uno o dos minutos más de lo preciso, con lo cual la
película acaba sobrepasando las dos horas de metraje que, de haberse reducido,
podrían haber sido más y mejor disfrutadas.
Calificación: 8 (sobre 10)
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