Cine actualidad/ "J. EDGAR"


Testigo y guardián del siglo XX

A punto de cumplir 82 años, el viejo cowboy Clint Eastwood sigue cabalgando y casi en plena forma, dándonos, éso sí, una de cal y una de arena, rasgo característico de su carrera como director.  Tras las endebles "Más allá de la vida" e "Invictus" regresa a la dirección con "J. Edgar", biopic del famoso director del FBI, J. Edgar Hoover.

John Edgar Hoover, al que da vida Leonardo Di Caprio, dirigió con mano de hierro la Federal Bureau of Investigation (Ojavascript:void(0)ficina Federal de Investigación), más conocida por sus siglas, F.B.I., la cual se creó, ya con él como cabeza visible, en el año 1924.  Desde entonces y hasta el final de sus días, lidió con comunistas, gangsters, secuestradores, terroristas, enemigos de América en general y con hasta siete presidentes, a los que tenía poco menos que amedrentados gracias a la información confidencial que poseía sobre cada uno de ellos.  Sin embargo, su vida personal no fue en absoluto dichosa.  Bajo la falda de su madre dominante, no llegó a casarse nunca, y su pertinaz y recalcitrante soltería dio pie a no pocas especulaciones sobre su orientación sexual.  "J. Edgar", la película, con guión a cargo de Dustin Lance Black, pasa revista a 50 años de historia de los USA tomando a Hoover ya sea como protagonista o como testigo de la acción, centrándose especialmente en cuatro momentos:  los agitados años 20 (con el pánico a los agitadores comunistas), la época de la Depresión (los años de mayor auge del gangsterismo, así como el secuestro del hijo del aviador Charles Lindbergh), la presidencia de John Fitzgerald Kennedy y la llegada al poder de Richard Nixon, que coincidió con el final de su trayectoria vital.  Tomando como excusa la redacción de un libro biográfico, Hoover rememora su juventud y madurez, narrando a su manera los sucesos de los que fue partícipe pero omitiendo los entresijos de su relación con el hombre y la mujer que nunca le abandonaron:  su íntimo amigo y lugarteniente Clyde Tolson (Armie Hammer) y su leal secretaria Helen Gandy (Naomi Watts).  Según el guión de Dustin Lance Black, Hoover y Tolson no sólo vivieron un romance platónico sino que formaron una pareja de hecho bien avenida;  si llegaron a consumar o no tan duradero amor no es exteriorizado por el guionista y el director, que se quedan en el plano sutil de las miradas, las caricias contenidas y los apretones de mano.  En cualquier caso, de las propias palabras de los personajes se desprende que ellos mismos lucharon con todas sus fuerzas contra sus propios sentimientos, tan arraigada estaba su convicción de que la homosexualidad era pecaminosa y antinatural.

A diferencia de lo sucedido en "La dama de hierro", donde la acción se narraba de atrás hacia delante y de delante hacia atrás, alternando diversas épocas sin orden ni concierto, "J. Edgar" sí logra un equilibrio dramático en su plasmación de los últimos tiempos de Hoover, cuyos recuerdos se visualizan a modo de ordenados flashbacks.  Técnicamente, Eastwood ha bebido en sus propias fuentes (la no nunca bien ponderada “El intercambio”, que me encantó) y ha sabido recrear medio siglo de historia e histeria estadounidense con un gusto exquisito, cuidando especialmente el vestuario y la fotografía.  Sobre el maquillaje, nominado al Oscar, no entiendo muy bien por qué están tan logradas las caracterizaciones de Leonardo Di Caprio y Naomi Watts, pero, por el contrario, la de Armie Hammer ha quedado tan artificial y tan ridícula, como si el maquillador estuviese ocupado y hubiese delegado en el último aprendiz recién llegado.

Sin ser su mejor trabajo, lo cierto es que la interpretación de Leonardo Di Caprio es correcta como de costumbre, demostrando por qué es uno de los actores más requeridos del Hollywood actual, y, desde luego, el que mejor elige sus trabajos.  Naomi Watts continúa explorando con éxito su vena dramática, Armie Hammer parece un poco perdido como si ni siquiera el propio actor entendiera realmente la orientación sexual de su personaje y la gran Judi Dench se luce, como en ella es habitual, incorporando a la posesiva madre del protagonista.  Como curiosidad, la participación en papeles muy breves de Dermot Mulroney ("La boda de mi mejor amigo"), Josh Lucas ("Poseidón") y Lea Thompson ("Regreso al futuro"), ésta última simplemente irreconocible.

Luis Campoy

Lo mejor:  la fotografía y la ambientación
Lo peor:  el maquillaje de Armie Hammer
El cruce:  "El intercambio" + "Enemigos públicos" + "Watchmen"
Calificación:  8 (sobre 10)

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