Cine actualidad/ "MI SEMANA CON MARILYN"
Una
diosa con pies de barro
Pocas horas después de que se
entregaran los Oscar en Los Angeles, me fui al cine a ver una de las películas
nominadas: “Mi semana con Marilyn”, por
la que Michelle Williams aspiraba al principal premio interpretativo.
En 1956, Marilyn Monroe, la
actriz más famosa del mundo en aquellos momentos, llegó a Inglaterra para
participar en el rodaje de “El príncipe y la corista” a las órdenes de Sir Laurence
Olivier. En contra de lo que su
personaje cinematográfico pudiera aparentar, Monroe era una mujer frágil e
insegura que necesitaba desesperadamente apoyarse en alguien. Un joven ayudante de dirección se convertiría
en su mano derecha, y las experiencias del muchacho serían plasmadas
posteriormente en un libro autobiográfico que ahora se ha convertido en
película.
“Mi semana con Marilyn” es el
debut cinematográfico del realizador televisivo Simon Curtis, que ha seguido
bastante al pie de la letra lo reflejado en las memorias de Colin Clark, al que
encarna en la ficción el joven Eddie Redmayne.
A Marilyn la interpreta de modo bastante meritorio la irregular Michelle
Williams (la esposa de Heath Ledger en “Brokeback Mountain”), y el gran Kenneth
Branagh da vida a un muy convincente Laurence Olivier. Lo mejor del film, con mucho, son las
espléndidas secuencias en las que se reflejan las incidencias de aquel
tormentoso rodaje, en el que todo debía girar en torno a una estrella
descentrada incapaz de entenderse a sí misma y mucho menos a su personaje. El elenco de secundarios incluye a Judi
Dench, Emma Watson (sí, Hermione en la saga de Harry Potter), Dougray Scott y
una envejecida Julia Ormond interpretando a Vivien Leigh, esposa de Olivier y
que en sus buenos tiempos llegó a ser tan famosa como la Monroe, cuando encarnó
a la Escarlata O’Hara de “Lo que el viento se llevó”. Sin embargo, el film pierde fuelle cuando se
centra en la poco creíble relación de la diva y el don nadie. Es como el cuento de la Cenicienta vuelto del
revés, y sus tópicos avatares restan protagonismo a una trama de cine-dentro-del-cine
que hace disfrutar al buen cinéfilo y a los mitómanos en general.
Luis Campoy
Lo mejor: Michelle
Williams, Kenneth Branagh
Lo peor:
el exceso de secuencias sobre la fragilidad de Marilyn
El cruce:
“Dos semanas en otra ciudad” + “La noche americana” + “Celebrity”
Calificación: 8 (sobre 10)
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