Cine actualidad/ "WAR HORSE (Caballo de batalla)"
Guerra
de emociones
Exactamente igual que ocurriera
hace unos meses con "Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio", el cartel
anunciador de "War Horse (Caballo de batalla)" presenta en grandes caracteres
el título del film, mientras que el nombre de su realizador aparece en una
tipografía casi imperceptible. Cuesta
creer que un talento como el de Steven Spielberg no se utilice como reclamo
para llevar a la gente al cine, aunque quizás es cierto que no están los
tiempos para historias "blancas" y familiares como la que aquí se nos
narra...
En los días previos al inicio de
la Primera Guerra Mundial, un adolescente británico es testigo del nacimiento
de un potrillo. Pocas semanas después,
el joven Albert, que así se llama el muchacho, recibe como regalo de su padre
precisamente a dicho caballo, al que bautiza como Joey y al que tendrá que
adiestrar y enseñar a labrar la tierra.
Pero la precariedad económica y el estallido de la guerra lo cambiarán
todo, y Joey será vendido al ejército inglés, lo cual marcará el inicio de una
odisea a través de la cual la fe y la amistad tendrán que superar no pocas
pruebas de fuego.....
Un director como Steven Spielberg
(que, recordémoslo una vez más, ha sido el creador de "Tiburón",
"En busca del arca perdida", "E.T." o "Parque
Jurásico") debe recibir cada mes decenas o centenares de guiones esperando
convertirse en su próxima película. Por
qué se decidiría por la adaptación de esta novela infantil de Michael Morpurgo
constituye un misterio insondable, aunque no tanto: en realidad, en el argumento de "Caballo
de batalla" subyacen no pocos elementos propios del carácter
spielbergiano, tales como la aventura, la familia, la amistad, la ternura, la
esperanza o incluso la guerra (si bien, a diferencia de la magistral crudeza
manifestada en el tratamiento de las escenas bélicas de "Salvar al soldado
Ryan", aquí Spielberg opta por utilizar todo tipo de elipsis que impidan
que la violencia tiña de sangre la pantalla).
Supongo que gran parte de la fría
acogida comercial que ha tenido esta cinta proviene, precisamente, del tono
empleado, de su vocación de film familiar que no haga daño ni ofenda a nadie,
que no contenga escenas de violencia ni de sexo, ni insultos o provocaciones de
ningún tipo. Se trata, deliberadamente,
de una fábula moralizante con final feliz, de una especie de cuento de hadas
para el que el público del siglo XXI no parece estar preparado. Pero, no lo olvidemos, nos hallamos ante una
película de Steven Spielberg, y el ya veterano realizador (65 años) sabe de
sobras cómo trascender las limitaciones del argumento. La puesta en escena de "Caballo de
batalla" es simplemente espectacular, utilizando al máximo las
posibilidades de la pantalla panorámica y volviendo a lograr ese virtuosismo en
la composición de planos que es tan habitual en Spielberg. Eso sí, en esta ocasión se atreve a ir un
poco más allá, y tanto él como sus íntimos colaboradores (el insigne compositor
John Williams y el director de fotografía Janusz Kaminski) se toman la libertad
de emplear todas las armas a su alcance para provocar la emoción del
espectador, lo cual también es posible que haya irritado a algunas
personas. Así, cada gesto, cada nota
musical y cada tonalidad cromática han sido concebidos expresamente para
provocar una respuesta emocional, para generar un sentimiento, lo cual deja al
espectador totalmente a merced de un cineasta que no duda en manipularle a su
antojo. Porque, si bien es cierto que ya
en la novela (Y en su exitosa representación teatral londinense) se cuenta una
historia cuyos avatares y vicisitudes son de todo menos realistas y creíbles,
el bueno de Spielberg la reinterpreta rociándola de arte conmovedor, depredador
del escalofrío y la lágrima. No cabe
duda de que, o se entra de lleno en el juego, o no se puede disfrutar
plenamente un producto como éste. Y a
Spielberg hay que darle un margen de confianza, que lleva casi cuarenta años
ganándoselo a pulso….
Los actores humanos (Jeremy
Irvine, Emily Watson, David Thewlis, Peter Mullan, Tom "Loki"
Hiddleston o Benedict "Sherlock Holmes" Cumberbatch) están bastante
correctos en sus papeles, pero quien se lleva la palma es el caballo Joey, que
debería recibir un Oscar especial a la mejor interpretación animal. Heredera de ficciones equinas como
"Tonka" o "Belleza negra", "Caballo de batalla"
es, ante todo, una gozada sensual, en cuanto a regocijo de los sentidos,
perpetrada según unos cánones quizás algo trasnochados pero que, no nos
engañemos, en su momento fueron utilizados con excelentes resultados por John
Ford, Victor Fleming y Frank Capra. ¿No
tiene derecho Steven Spielberg a recibir la misma consideración?.
Luis Campoy
Lo mejor:
la música de John Williams, la fotografía, el color
Lo peor:
la puesta en escena está muy por encima de un argumento que no deja de
ser infantil
El cruce:
“Tonka” + “El imperio del sol” + “Salvar al soldado Ryan” + “La legión
invencible”
Calificación: 9 (sobre 10)
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