Un día se me ocurrió revisar la “Ben-Hur” original de Fred Niblo, que protagonizó el mexicano
Ramón Novarro en 1925. Buscando información sobre este último, leí
que su macabra muerte había sido narrada por el primero cineasta y después
escritor estadounidense Kenneth Anger
en su libro “Hollywood Babilonia”,
uno de esos volúmenes que pululaban por mi biblioteca sin haber sido leídos. Anger publicó por primera vez “Hollywood Babilonia” en Francia allá por
1959, y pasaron siete años hasta que vio la luz en su país natal. Se dice que uno de los motivos por los que lo
escribió fue la venganza, porque algunos de los famosos a los que retrata en la
obra habían tenido conflictos personales con él en los años en los que produjo
y dirigió sus casi cuarenta cortometrajes, en los cuales predominaban temáticas
un tanto escabrosas como la homosexualidad, el satanismo, el fetichismo y el
sadomasoquismo. El libro cubre un
período de tiempo comprendido entre 1919 y 1969, y se nutre de todo tipo de
escándalos que estremecieron a la meca del Cine y que afectaron a algunas de
sus mayores estrellas: consumo desmesurado de alcohol y drogas, perversiones
sexuales, prostitución, suicidio, asesinato…
Casos tan tristemente famosos como los de Fatty Arbuckle, el senador
McCarthy, Clara Bow, Luoe Vélez, Lana Turner y Johnny Stompanato, Rodolfo
Valentino, Errol Flynn, Charles Chaplin, Frances Farmer, Jayne Mansfield, Sharon
Tate y Charles Manson o el citado Ramón Novarro no podían faltar en tan tremendista
recopilación. A los familiares de
algunos de los implicados no les gustaron absolutamente nada las versiones que
daba Anger de las desventuras de sus seres queridos, y otros le acusaron
directamente de exagerar o mentir acerca de tamaños sucesos. Las demandas interpuestas por los más airados
lograron que el libro fuera prohibido durante diez años, pero Anger no se
arredró y en 1984 todavía se atrevió a publicar “Hollywood Babilonia II”, que obviamente transitaba los mismos
senderos. Bajo su inconfundible y provocadora
portada, con esa foto del escotazo de Jayne
Mansfield “retocada” al más puro estilo Andy Warhol, el libro constituye una lectura muy amena, redactada
en un estilo cínico y corrosivo, con doble encolumnado en cada página y profusión
de fotos en blanco y negro de muchos de los actores y acontecimientos que lo
protagonizan. Puede que no todo lo que
cuenta sea estrictamente cierto y posiblemente es deliberadamente exagerado,
pero “Hollywood Babilonia” complacerá
sobradamente a los cinéfilos más curiosos y a los nostálgicos de los primeros
tiempos de Cinelandia.

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