Cine actualidad/ “BUGONIA”

 


¿Negacionista o afirmacionista?

 

¿Qué significa la palabra “bugonia” (o, mejor dicho, “bugonía”)?  El poeta romano Virgilio (nacido el año 70 a.C.), en su libro de poemas “Las Geórgicas”, exponía la (alocada) teoría de que las abejas nacen espontáneamente a partir del cadáver de un buey, lo cual es exactamente el significado de la palabra griega bougonia: “progenie nacida de un buey”.  Dicho de otra manera: la vida surge de la muerte.

 

En “Bugonia”, la película, Jesse Plemons interpreta a un apicultor conspiranoico que secuestra a una ejecutiva de una empresa farmacéutica (Emma Stone), convencido de que es una extraterrestre de la galaxia de Andrómeda.  Con ayuda de su primo autista (Aidan Delbis), somete a la mujer a una serie de brutales torturas con la pretensión de que ella confiese su origen alienígena…

 

Bugonia” es la nueva película del director griego Yorgos Lanthimos (52 años), y la cuarta vez que colabora con la actriz Emma Stone (37).  La certeza de esta reiterativa (re)unión entre realizador y musa me causa una desagradable sensación de falsario compadreo, por cuanto deja bien claro que las supuestas torturas que sufre Stone tienen de auténticas lo que yo de crédulo.  O sea, ya sé que en ésta, como en todas las películas, lo que sucede es pura ficción, evidentemente, pero tanto colaborar el uno y la otra, por sistema y por costumbre, creo que les resta credibilidad, autenticidad, verosimilitud.

 

Confieso que no me ha gustado nada (absolutamente nada) “Bugonia”.  Sí, mi cabeza y mi cinefilia me dictan que tiene buenos diálogos (basados en los de la película coreana “Save The Green Planet”, en la que se inspira), que Emma Stone y Jesse Plemons realizan buenas interpretaciones y que, por supuesto, Yorgos Lanthimos filma de maravilla, pero mi corazón no para de transmitirme sensaciones negativas.  La ejecutiva a la que encarna Stone es de lo más repelente (pero no se merece sufrir así), el descerebrado de Plemons es tan estúpido como cruel y a éste sí te dan ganas de verle sufrir, y el primo a cargo de Delbis me parece muy mal interpretado (pero claro, como el actor es realmente autista, esto no se puede decir para no resultar políticamente incorrecto).  Las torturas te encogen el alma, los golpes de violencia son tan catárticos como innecesarios y nunca acabo de tener claro si me hallo ante una comedia negra o ante un drama macabro con muy mala leche.

 

En cuanto al final (que no voy a spoilear), me cuesta trabajo creer que algo tan absurdo, pueril, inmaduro, ridículo y cutre haya podido tener cabida en una película como esta.  Todavía no me lo explico.

 

Luis Campoy

Calificación: 4 (sobre 10)


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