“Tierra de nadie” pertenece al subgénero
que podríamos denominar “amigos de antaño que militan en bandos opuestos de la
Ley”, con la única salvedad de que, en esta ocasión, a diferencia de lo que
suele ser habitual, los susodichos amigos lo siguen siendo en la actualidad y
están dispuestos a mantener su amistad en el futuro, pase lo que pase y le pese
a quien le pese. Mateo “El Gallego” es un capitán de la Guardia
Civil destinado en Cádiz, Juan “El
Antxale” es narcotraficante y Benito “El
Yeye” ejerce de intermediario entre ambos, dada su condición de depositario
judicial. Sus vidas se desarrollan más o
menos plácidamente hasta que un cártel mexicano se instala en la zona y pone el
negocio de la droga patas arriba…
Desgraciadamente, el
tráfico de drogas en el Estrecho constituye uno de los temas preferentes de la
actualidad, y de vez en cuando nos vienen películas sobre este deplorable
fenómeno. La novedad que aporta “Tierra de nadie” es que se trata de una
coproducción entre España y México, supongo que debida a la participación de
los temibles cárteles mexicanos en la trama.
Así, además de actores españoles como Luis Zahera, Karra Elejalde
y Jesús Carroza, que interpretan a
los tres amigos protagonistas, aparecen también los chicanos Damián Alcázar
y Jero Medina, que asimismo figuran
en el poster promocional del film, eclipsando al otro gran secundario, Vicente Romero. El argumento pretende dotar de humanidad
tanto a los “buenos” como a los “malos”, explicando las carencias
presupuestarias y de seguridad de las que adolecen los guardias civiles, las
cuales en algunas ocasiones les obligan a hacer “la vista gorda” si pueden
recibir alguna compensación por parte de los narcos, quienes, por su parte, no
siempre son villanos sin escrúpulos sino que también tienen sus familias y su
corazoncito. El guión lo ha escrito el
granadino Fernando Navarro y el
director ha sido el catalán Albert Pintó,
realizador de “Matar a Dios”, “Malasaña 32” Y “Nowhere”.
A excepción de un
inicio algo titubeante y de la imposibilidad de entender algunos diálogos
(parece que los actores han sido adiestrados por el profesor de dicción de
Mario Casas… es coña), “Tierra de nadie”
me pareció estupenda y me sorprendió agradablemente. A veces se le notan un poco algunas
variopintas influencias, desde “La isla
mínima” hasta “Los intocables de
Eliot Ness” pasando por “Heat”,
pero se agradece la valentía del director a la hora de presentar secuencias
larguísimas fabulosamente planificadas y ejecutadas, sin importarle que eso
obligue a espaciar los momentos de acción pura y dura, que también los hay, y
muy buenos. Mi aplauso, pues, para esta
película valiente y magistralmente dirigida y actuada, en la que, por ponerle
algún “pero”, sólo puede uno quejarse de la poca relevancia que tienen los
papeles femeninos, reducidos a meras comparsas decorativas.
Luis Campoy
Calificación: 7 (sobre 10)
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