Sorpresa dorada

 


Sí, dorada y áurea fue la sorpresa que muchos nos llevamos a eso de las 5:00 de la mañana, hora española, del pasado lunes 3 de Marzo, cuando unos (mal) envejecidos Billy Crystal y Meg Ryan abrieron el sobre que contenía el nombre de la gran ganadora de la noche: “Anora”.  Claro, que, en realidad, el camino al éxito de la cinta dirigida por Sean Baker había comenzado un rato antes, cuando se le otorgó el Oscar al Mejor Montaje.  Y diréis… ¿qué tiene que ver una cosa con la otra?  Pues os lo explico en un momento.  Tradicionalmente, los llamados “oscars menores”, los premios técnicos, se entregan por dos razones: o bien por estricto merecimiento, o bien para engrandecer la cuenta ganadora de la que va a ser la triunfadora de la noche.  Este año las rivales de “Anora” en la categoría del montaje eran “The Brutalist”, “Cónclave”, “Emilia Pérez” y “Wicked”, y, desde mi punto de vista, cualquiera lo merecía mucho más que ella.  Además, como resulta que el montaje o edición del film lo había realizado el propio director, se dio la circunstancia de que, en la persona de Baker, que también era productor de su film, recayeron un total de cuatro galardones, encumbrándole como director, guionista, montador y productor.  Toda una hazaña, sin duda.  Otra cosa es la percepción que cada uno tenga de esta resolución, y es que, como dice el dicho, nunca llueve a gusto de todos.  A mi “Anora” me pareció una película original, diferente, fresca y bien escrita y realizada, pero nunca me la imaginé recibiendo el máximo galardón.  Que sí, que había ganado en Cannes, pero allí no se enfrentaba a “The Brutalist”, “Cónclave” o “Wicked”, para mi superiores y más “oscarizables”.  En concreto, “The Brutalist” me parecía y me sigue pareciendo una ganadora más digna y completa, por mucho que tenga cosas que asimismo me disgustaron, pero había mucho en ella que te trasladaba a otros tiempos, a unos tiempos de grandeza y épica cinematográfica que se antojan cada día más depauperados.  ¿Por qué los pronósticos, las quinielas, que hace un par de meses favorecían unánimemente a “The Brutalist” han ido cambiando tan radicalmente?  No quiero pensar mal, pero el hecho de que en “Anora” uno de los personajes principales sea un ruso que al principio parecía un villano pero acaba siendo quien más beneficia a la protagonista, a mi, personalmente, me hace sospechar…  Bromas aparte, y aunque “Anora” me parece mucho, muchísimo mejor, lo de este año me recuerda a casos como los de “En tierra hostil”, “Moonlight”, “Coda” o la insoportable “Todo a la vez en todas partes”, en los que se glorificó a cintas “pequeñas” o que partían como aparentes derrotadas, como parte de una estrategia para convencernos de que en los Oscar nunca se puede dar nada por sentado.  Eso sí, muchos de los premios “cantados”, especialmente los primeros en ser entregados, cumplieron a rajatabla con las predicciones: “Flow” como mejor película de animación, Kieran Culkin por “A Real Pain” y Zoe Saldaña por “Emilia Pérez” como mejores actores secundarios, “Cónclave” como mejor guión adaptado, “Anora” como guión original y Adrien Brody como mejor actor protagonista.  La mencionada “Emilia Pérez”, que había obtenido la friolera de 13 nominaciones, “sólo” materializó dos de ellas, y todo el mundo piensa que fue seriamente damnificada por los tuits racistas de su protagonista. El balance que muchos hacen no es que obtuvo dos galardones, sino que perdió once, todo un récord en lo negativo.  Con todo, yo ya dije que, para mi, la más digna ganadora del premio interpretativo femenino hubiera sido Karla Sofía Gascón, polémicas aparte, pues pienso que realiza una composición fantástica e inolvidable, si bien la incorrección política de sus demasiado ágiles dedos tuiteros hicieron que muchos trasladaran la condición de favorita a la ya veterana Demi Moore.  Y no, no creo tampoco que la Mikey (pronúnciese “Maiki”) Madison de “Anora” mereciese el guerrero dorado más que Moore.  Prueba de que, a pesar de que parte de su interpretación se había beneficiado de la Inteligencia Artificial, la estatuilla de Mejor Actor tenía el nombre grabado de Adrien Brody por “The Brutalist”, su joven oponente Timothee Chalamet se atrevió a burlarse del Destino luciendo un vistoso traje amarillo.  Y qué cara se le quedó a Mick Jagger cuando, en lugar de entregarle el Oscar a la Mejor Canciòn a su amigo sir Elton John, se lo tuvo que dar a Camille y Clément Ducol, los compositores de “El Mal” de “Emilia Pérez”.  Para lo que nos hemos quedado, querido Mick…


Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Zapatero a Fidel Castro

Banda Sonora: "PIRATAS DEL CARIBE, La Maldición de la Perla Negra"

Cine: mi comentario sobre "PIRATAS DEL CARIBE: En el fin del mundo"