Cine actualidad/ "UN COMPLETO DESCONOCIDO"
Conociendo a Bob
Aunque resulte
paradójico, uno de los músicos, compositores y poetas más conocidos del mundo
(y de la Historia), Bob Dylan, es a
quien se refiere el título de la película “Un
completo desconocido”. Claro que, en
la época que retrata el film, los primeros años sesenta, a Dylan,
efectivamente. no lo conocía aún casi nadie, y el mundo no estaba preparado
para su poesía, su rebeldía, su voz rota y su ambición. El imparable Timothee Chalamet, recién salido del éxito monumental de “Dune” y su continuación, es el encargado
de dar vida al joven Dylan, incluso a la hora de interpretar sus primeras
canciones. Monica Barbaro encarna a Joan Baez y un recuperado Edward Norton personifica a Pete
Seegeer. Los tres han resultado
nominados a los Oscar, si bien sólo Chalamet tenía alguna mínima posibilidad,
siempre a la sombra del megafavorito Adrien Brody de “El brutalista”.
“Un completo desconocido” (me niego a
llamarla como quiere la distribuidora española, empeñada en no tener que
reimprimir los carteles en inglés que se refieren a ella como “A Complete Unknown”) toma su título de
una estrofa de la canción de Bob Dylan “Like
A Rolling Stone”. Se trata de un film
“generacional” que, de paso, retrata la sociedad norteamericana de una de las
“décadas prodigiosas”, la cual se debatía musicalmente entre el folk acústico y
un rock más eléctrico que, en principio, fue rechazado de plano por los
puristas. El director ha sido James Mangold, a quien conocemos por “Logan” o la última entrega de Indiana Jones y que ya había tanteado el
género del biopic con “En la cuerda floja”, biografía de Johnny
Cash, quien, por cierto, también aparece en “Un completo desconocido”, al igual que Woody Guthrie o Al Kooper.
A pesar de las
muchas expectativas que había levantado, “Un
completo desconocido”, ha vuelto a pinchar en los recientes Oscar, como ya
le sucediera en los Globos de Oro y en los BAFTA. Este “fracaso”, por así llamarlo, no tiene
nada que ver con la entrega total de sus actores. Timothee Chalamet afirma que ha dedicado
cinco años de su aún corta vida (tiene 29) a preparar su interpretación de
Dylan, incluyendo la mimetización de su voz y su peculiar manera de
cantar. También Edward Norton, Boyd Holbrook como Johnny Cash y, sobre
todo, Monica Barbaro se lucen en sus respectivos papeles, pero tal vez el tipo
de biografía que Mangold plantea no es la que el público está acostumbrado a
degustar. Para empezar, la historia no
se desarrolla de una manera suave y sutil, sino que parece que va como a
ráfagas, a tirones, saltando bruscamente de una escena a otra sin que a veces
estén claras las circunstancias de los personajes. Pero lo que sí queda claro es que este Bob
Dylan, al que tan exitosamente representa Chalamet, es un tipo interesado y
egoísta que utiliza y se aprovecha de las personas para progresar en su
carrera, sin importarle lo más mínimo si las decepciona o las daña. La reconstrucción histórica es perfecta y la
banda sonora extraordinaria, pero, si no puedes identificarte o incluso
enamorarte del que se supone que es el héroe de la función, me consta que un
sector bastante amplio del público se puede llegar a sentir desconcertado y
hasta disgustado.
Luis Campoy
Calificación: 7 (sobre 10)
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