Cine actualidad/ "HIT MAN"

 



Asesino por casualidad

Lo confieso: si detrás de “Hit Man, Asesino por casualidad” no estuviese la figura de Richard Linklater, el famoso y prestigioso director de la trilogía de “Antes del amanecer”, jamás me hubiera planteado redactar estas líneas.  Pero, ya puestos, he de decir que el argumento del presente film, por muy rocambolesco que pueda resultar, tiene una base real que le da un toque de cinéma vérité que lo hace casi tan atractivo como sus dos principales protagonistas.  Pero empecemos por el principio.  En el año 2001, la revista Texas Monthly publicó un artículo escrito por el periodista Skip Hollandsworth que narraba la historia de un tal Gary Johnson, un profesor de Psicología de Houston que, en sus ratos libres, colaboraba como voluntario para la oficina del Fiscal del Distrito, donde desempeñaba habitualmente aburridas tareas burocráticas.  Pero, un día, a Johnson le propusieron dar un paso adelante y hacerse pasar por un (falso) asesino a sueldo con el fin de impedir la consumación de posteriores delitos.  La eficacia de este hombre (que, repetimos, no era ni siquiera policía, sino un aburrido profesor universitario) como agente encubierto fue tal que llegó a posibilitar la realización de más de 70 detenciones, que evitaron otros tantos asesinatos.  El modus operandi de este caballero era, como mínimo, ingenioso.  Primero hacía correr la voz de que era el más frío y despiadado sicario de la zona, dejando sus señas para que quienes necesitaban resolver un “asuntillo” pudiesen ponerse en contacto con él.  A continuación, adecuaba su aspecto y sus maneras a lo que pensaba que cada cliente podía esperar de él, disfrazándose y modulando su voz y sus gestos de manera sorprendente.  Finalmente, quedaba con cada uno de sus contratantes en un sitio público y, llevando encima un micrófono y un transmisor, sonsacaba a cada uno de ellos cuál era el “trabajito” que pretendían que realizara, conseguía que le entregaran un sobre con la cantidad de dinero pactada y, entonces, hacían acto de presencia los verdaderos policías, que detenían al malhechor y así impedían la muerte de su víctima.  Fue el actor Glen Powell (al que acabábamos de ver en “Cualquiera menos tú”) quien no sólo tuvo la idea de convertir en película el artículo de Hollandsworth, sino que, además, co-escribió el guión junto a su amigo Richard Linklater, con el que había trabajado en “Todos queremos algo”.  La apuesta de ambos ha sido convertir la historia real en una comedia en la que se potencia en exceso el (falso) romance que el protagonista mantiene con una de sus clientas, encarnada por la sensual Adria Arjona (hija de Ricardo Arjona).  Justo es ahí donde flaquea la película, al conceder demasiada importancia y demasiado metraje a la parte que, precisamente, no llegó a existir, pues el verdadero Gary Johnson en ningún caso fue un conquistador guaperas, sino un hombre anodino con serios problemas personales (se casó tres veces y fue infeliz todas ellas) que, incluso a la hora de morir, fue tan discreto que nadie se enteró de su fallecimiento, que sólo trascendió cuando fueron a buscarle para la producción de su biografía.

Luis Campoy

Calificación:  *** (sobre 5)

Nota:  Este artículo lo publiqué inicialmente en el número de Julio de 2024 de la revista "La Placeta de Lorca"

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