Series TV/ "EL CASO ASUNTA"
El día 22 de Septiembre de 2013, Asunta Basterra Porto
(llamada originalmente Yong Fang), una niña china de doce años adoptada por un
acaudalado matrimonio español formado por la abogada Rosario Porto y el
periodista Alfonso Basterra, apareció muerta en una pista forestal de
Galicia. Desde el primer momento, el
juez instructor del caso, José Antonio Vázquez Taín, puso el foco en los padres
adoptivos como principales y únicos sospechosos de su asesinato, iniciando un
proceso judicial que culminó con la detención de los susodichos, posterior
juicio y condena a dieciocho años de prisión para cada uno de ellos. Coincidiendo con el décimo aniversario de
aquel mediático caso que conmocionó a España, la productora española Bambú Producciones puso en marcha una
miniserie televisiva de seis capítulos, creada por Ramón Campos, Gema R. Neira,
Jon de la Cuesta y David Orea, y con Carlos Sedes y Jacobo
Martínez como realizadores. El
reparto lo encabezan Candela Peña
como Rosario Porto, Tristán Ulloa
como Alfonso Basterra, Iris Wu como
la niña Asunta y Javier Gutiérrez
como el juez José Luiz Malvar, un trasunto del verdadero juez Taín. Además, en papeles más o menos relevantes,
tenemos también a María León, Carlos Blanco, Francesc Orella, Alicia Borrachero
y Raúl Arévalo.
“El caso Asunta”,
la serie, acaba de estrenarse en Netflix
y parece que está obteniendo un importante éxito de audiencia. No me sorprende porque, como dije al
principio, el suceso en sí fue muy mediático hace relativamente poco tiempo y,
digámoslo ya, se trata de una producción muy cuidada, realizada con bastante
gusto y sorprendentemente bien interpretada.
Al director de casting al que
se le haya ocurrido contratar a Candela Peña y Tristán Ulloa para encarnar al
matrimonio de presuntos asesinos habría que inflarlo a premios, lo digo en
serio. Javier Gutiérrez hace de Javier
Gutiérrez, o sea, desempeña un papel escrito a su medida, que, por cierto, ha
sido bastante criticado por las licencias que se toma con relación al auténtico
juez. Y es que, sin cuestionar la
libertad de los creadores de cualquier obra escrita o audiovisual, habría que
preguntarse por qué con los datos, las fechas y algunos personajes son tan
escrupulosamente exactos y perfeccionistas y por qué con otros, sin embargo, se
permiten desarrollar tal caudal de imaginación.
Yo, personalmente, no lo entiendo, pero es cierto que, vista en
conjunto, la serie me ha interesado y creo que ostenta unos niveles de calidad
bastante aceptables. Tampoco entiendo
por qué la teórica protagonista, es decir, la propia Asunta, sale tan poco,
poquísimo, casi totalmente aislada de sus circunstancias vitales y, por
ejemplo, sin que se haga especial mención al hecho de que, tan jovencita,
escribía un blog en el que mostraba
su peculiar y envidiable inteligencia. Otra
cosa que no me acabó de gustar es el empeño de los guionistas por mantenerse en
un terreno de cierta neutralidad, sugiriendo datos y dando pistas a medias, sin
decidirse a tomar partido por una hipótesis concreta. Al fin y al cabo, se trata de una obra de
ficción, como lo demuestran las licencias argumentales ya expuestas, de modo
que creo que se echa en falta mayor determinación a la hora de narrar unos
hechos y no solamente de sugerir cómo pudieron ser.
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