Cine actualidad/ "FAST & FURIOUS X"
Este humilde Navegante debe confesar que ya se ha subido, a
todo gas, en esos coches rápidos y furiosos que centran la acción del décimo
capítulo de la franquicia “Fast & Furious”. Hay quien dice que estas películas,
simplemente, no son cine, y a éstos debo responderles que el Séptimo Arte, para
bien o para mal, es la conjunción de una serie de elementos como son la imagen,
la historia, el sonido y los efectos especiales, y, de alguno de estos, el
presente film va bien sobrado. Bueno, puede
que la historia sea de una simplicidad casi grotesca, que sus diálogos parezcan
improvisados y que los actores apenas se esfuercen por aparentar que están
interpretando, pero pienso que al cine hay que ir sabiendo a lo que se va.
Dudo que haya alguien en su sano juicio que piense que
cualquier entrega de “Fast & Furious”
va a ser nominada al Oscar a la Mejor Película, al Mejor Guión o a la Mejor
Interpretación, y, sin embargo, las salas en las que se exhiben están casi
siempre abarrotadas. ¿Por qué? Pues porque la gente de a pie sabe que se
trata del tipo de películas a las que la diminuta pantalla de sus móviles o
incluso de sus televisores (por muchas pulgadas que éstos tengan) se les van a
quedar pequeñas, y que la calidad y sobre todo el volumen del sonido que
requieren no se los puede proporcionar ningún equipo doméstico. Los motores de estos endiablados vehículos
tuneados rugen mejor en una sala de cine, y, para muchas personas, que se
merecen tanto respeto como los cinéfilos más puristas, si hay que ir a ver una
película al cabo del año, debe ser, sí o sí, una de éstas.
Además, aunque los personajes de Dominic Toretto y su
peculiar familia de ladrones motorizados son tan originales como unas
alpargatas de esparto, lo cierto es que Vin
Diesel y compañía se las apañan para resultar innegablemente carismáticos,
y al público le encantan sus poses entre duras y cómicas, que sirven de relleno
a esos pocos momentos en los que no se
produce una trepidante y excitante persecución, que ya se intuye que será más
espectacular que la que se había producido apenas unos minutos antes. Verosimilitud, lógica y realismo tienen más
bien poco o ninguno, pero cada película de “Fast
& Furious” posée algo por lo que estos “plebeyos” desacomplejados están
dispuestos a pagar: acción a mansalva y entretenimiento a cascoporro. Y si aquéllo que les depara todo éso y más no
es cine… que vengan Tony Scott y Michael
Bay y lo vean.
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