APARICIONES QUE NO APARECEN


Allá por Septiembre de 2021, cuando dí por terminado (completado) mi cuarto libro “El cine en PANTALLA GRANDE” (que, no obstante, no saldría a la venta hasta Mayo del año siguiente, 2022), comencé a trabajar en lo que pretendía ser el quinto, una novela que iba a ser de terror.  Y sí, está siendo terrorífico el proceso de creación del mismo, terrorífico por la falta de ganas y/o inspiración.  Los tres primeros capítulos me salieron más o menos fluídos, y creo que en ellos se incluyen algunas de las mejores líneas que he redactado jamás.  Sin embargo, paradójicamente, fue empezar mi prejubilación, que, inocentemente, decía a todo el mundo que iba a consagrar a escribir, e ir poco a poco desvinculándome de “Apariciones”, la novela en la que debería estar trabajando.  El caso es que escribir, cuando escribir no es lo que te da ni te va a dar de comer, pienso que no debe ser una obligación.  Cuando haces algo por obligación, lo haces a regañadientes, a disgusto, sin disfrutar lo que deberías.  No creo que ponerse a diario ante el ordenador, con la pantalla en blanco poniéndose en negro al superarse el tiempo de apagado automático, sirva realmente para nada.  A mi me gusta escribir, claro que sí, pero cuando tengo ganas, cuando me apetece.  Y, últimamente, lo que me apetece sigue siendo hablar de cine, de películas, y crear historias terroríficas me cuesta un horror.  En fin, poco a poco iremos zambulléndonos de nuevo en las peripecias de Natalia Ferrer, mi protagonista, y recorriendo junto a ella los días previos al Golpe de Estado de Febrero de 1981, que es donde he enmarcado la acción de mi inconclusa pero no abandonada novela…

Comentarios