Mientras escucho buena, buenísima música de cine (nada menos que al venerable maestro John Barry), me pide el cuerpo (y el alma) la redacción de una nueva dosis de nuestras mágicas y curativas PÍLDORAS DE CINE, así que, sin más preámbulos y antes de que las ganas se me pasen más rápido de lo que tarda en decirse “sólo sí es sí”, ¡vamos al lío!
“BLACK PANTHER: WAKANDA FOREVER”
Hace 4 años, en 2018, Marvel Comics dedicó su primera película en solitario a un personaje que ya había aparecido en “Capitán América: Civil War” (2016), y que pasaba por ser nada menos que el monarca de un poderoso reino ficticio de Africa: Wakanda. “Black Panther”, en la que, lógicamente, todos los protagonistas estaban absolutamente racializados, entusiasmó a la comunidad negra de Hollywood, hizo una taquilla espectacular y hasta ganó 3 premios Oscar. Estaba cantado que Pantera Negra volvería en una segunda aventura, pero ¡ay!, el destino fue muy cruel con su protagonista principal, Chadwick Boseman, que falleció de cáncer en 2020. Seguramente, y, dado que el mecanismo de producción de la secuela ya estaba en marcha, lo más fácil hubiera sido simplemente (como ha sucedido miles y miles veces) reemplazar a Boseman por otro actor, pero el director Ryan Coogler y el productor Kevin Feige prefirieron rendir un homenaje al malogrado intérprete y continuar la historia de otra manera, haciendo que otro personaje asumiera el trono de Wakanda y el disfraz de superhéroe. Con tanta corrección política y tantas ganas de complacer a todo el mundo, no es extraño que el producto final vuelva a perderse en el habitual océano de buenismo e inclusión forzada que viene caracterizando al Universo Cinematográfico de Marvel de los últimos tiempos. Así, además del (lógico) protagonismo que ostentan las personas de color, se suma también el componente feminista de la nueva heroína, además de sutiles (o no tanto) connotaciones lésbicas y, por si fuera poco, para ganarse a los espectadores latinos, el nuevo antagonista del film, Namor, que en los comics originales es un atlante con aspecto de hawaiano, ahora es ¡mexicano! y lo representa un actor que se llama Tenoch (Huerta) en honor a Tenochtitlán, la mítica ciudad azteca, y que, durante la promoción del film, no ha parado de repetir que los españoles deberíamos pedir perdón por la conquista de su país. En fin, ¿qué queréis que os diga?, la película conserva gran parte de la capacidad de fascinación y belleza visual de su predecesora, pero las buenas secuencias de acción no logran salvar del todo sus chapuzas de guión, sus diálogos risibles y su tono excesivamente infantil. No, no sólo vale tratar de quedar bien con todos los públicos y minorías, sino que también hay que lograr construir una película realmente buena, y eso esta vez no se ha logrado.
Calificación:
6 (sobre
10)
“AMSTERDAM”
Dirigida
por David O. Russell (“Tres reyes”, “The Fighter”, “El lado bueno
de las cosas”, “La gran estafa
americana”), “Amsterdam” es un
ejemplo. Un ejemplo de cómo confundir al
espectador con una narración que no se sabe si es dramática o cómica. Un ejemplo de cómo alargar de manera
absolutamente superflua la duración de un film sólo para dar entrada a un
montón de innecesarias subtramas y personajes.
Y, sobre todo, un ejemplo de cómo desperdiciar un super elenco actoral
de primer nivel (Christian Bale, Margot Robbie, John David Washington, Robert
De Niro, Rami Malek, Anya Taylor-Joy, Taylor Swift, Mike Myers,
Zoe Saldaña…) en el contexto de una
película evidentemente fallida que no se sabe bien si sólo será disfrutada por
un público rematadamente listo… o rematadamente tonto.
Calificación:
6 (sobre
10)
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