Pasado arácnido
Spider-Man: No Way Home
USA, 2021
Director: Jon Watts
Productores: Kevin Feige, Amy
Pascal
Guión: Chris McKenna & Erik
Sommers, según los personajes creados por Stan Lee
Música: Michael
Giacchino
Fotografía: Mauro
Fiore
Diseño de Producción: Darren Gilford
Montaje: Leigh
Folsom Boyd & Jeffrey Ford
Diseño de Vestuario: Sanja Milkovic Hays
Efectos
Especiales: Daniel Sudick
Efectos Visuales: Ed
Bruce
Reparto libre de spoilers: Tom
Holland (Peter Parker / Spiderman), Zendaya (MJ), Benedict Cumberbatch (Doctor
Extraño), Jacob Batalon (Ned Leeds), Marisa Tomei (Tía May Parker), Willem
Dafoe (Norman Osborn / Duende Verde), Alfred Molina (Dr. Otto Octavius / Doctor
Octopus), Jamie Foxx (Max Dillon / Electro), J.K. Simmons (J. Jonah Jameson), Jon
Favreau (Happy Hogan), Benedict Wong (Wong), Tony Revolori (Flash Thompson), Angourie
Rice (Betty Brant)
Reparto con spoilers: Tobey Maguire (Peter
Parker / Spiderman), Andrew Garfield (Peter Parker / Spiderman), Charlie Cox (Matt
Murdock / Daredevil), Tom Hardy (Eddie Brock / Veneno), Thomas Haden Church (Flint
Marko / Hombre de Arena), Rhys Ifans (Dr. Curt Connors / Lagarto)
Duración: 148 min.
Productora: Marvel Studios – Sony Pictures – Pascal Pictures
La trilogía iniciada en 2017 con “Spiderman:
Homecoming” llega a su fin cuatro años después. Tras décadas presenciando cómo el Hombre
Araña, su buque insignia, su icono más reconocible en las historietas que venía
publicando desde 1962, tenía una carrera audiovisual totalmente desvinculada de
su control creativo (y financiero), Marvel Studios había logrado llegar a un
acuerdo con Sony Pictures, propietaria de los derechos, para incorporar al
lanzarredes a su floreciente y envidiado Universo Cinematográfico (sí, el famoso
MCU). Lamentablemente, al menos desde el
punto de vista de quien ésto suscribe, el tratamiento otorgado al bueno de Peter
Parker fue bastante superficial, relegándolo al simplismo de convertirse en un adolescente
caprichoso que quiere ser famoso a costa de unirse a un popular equipo de super
héroes (Los Vengadores). Tampoco sus
otros parámetros vitales (el sentimiento de culpabilidad al sentirse
responsable de la muerte de su tío Ben, el cuidado de su anciana tía May, su
trabajo como fotógrafo en un periódico cuyo editor le odia) se cumplieron, ni asimismo
las características de su alabadísima galería de secundarios. Por suerte, la inevitable secuela (“Spiderman:
Lejos de casa”, 2019) mejoraba bastante los resultados de su predecesora y
además finalizaba con un potentísimo cliffhanger: el teórico héroe Quentin Beck/Mysterio culpaba
de su muerte a Spiderman y revelaba al mundo su identidad secreta, poniendo
patas arriba las vidas de sus allegados.
“Spiderman: Sin camino a casa” da
comienzo justamente allí donde acababa “Lejos de casa”, y nos muestra a
Peter Parker (Tom Holland), su joven tía May (Marisa Tomei), su
novia MJ (Zendaya) y su mejor amigo Ned Leeds (Jacob Batalon)
siendo interrogados tras ser acusado de la muerte de Quentin Beck. El hecho de que ahora todo el mundo sabe que
Parker es Spiderman les ha sumido en el ojo de un huracán mediático del que no se
puede escapar por arte de magia. ¿O sí? Desesperado, Peter recurre al Hechicero
Supremo, el Doctor Extraño (Benedict Cumberbatch) y le suplica que
realice un conjuro para que todo el mundo olvide su identidad
superheroica. Sin embargo, el hechizo no
sale ni mucho menos como se esperaba y queda abierta una brecha multiversal a
través de la que comienzan a “colarse” en nuestra realidad una serie de
personajes procedentes de otros universos en los que también hay Hombres Araña
y, evidentemente, criminales que pretenden destruirle y apoderarse del mundo
(de sus respectivos mundos y, ahora, también del nuestro…)
Al igual que está sucediendo en el seno de
la Distinguida Competencia (DC Comics), en la que Michael Keaton volverá a ser
Batman en la próxima película de The Flash, el concepto del Multiverso se ha
puesto de moda también en Marvel. Es
decir, ¿para qué conformarse con las actuales encarnaciones de los héroes y
villanos más famosos del mundo, si podemos repescar también a las versiones que
de ellos hemos conocido años o décadas atrás?
Desde que el film animado “Spiderman: Un nuevo universo” (2018) lograra
reunir a varias versiones dibujadas de Spidey y sus aliados y enemigos, y desde
que, al año siguiente, la propia “Vengadores: Endgame” nos mostró cómo los
protagonistas eran capaces de retroceder en el tiempo para alterar la línea temporal
presente, la posibilidad de fusionar el hoy con el ayer ha resultado demasiado
tentadora como para resistirse a ella, y ya la primera serie “oficial” de
Marvel Studios, “Bruja Escarlata y Visión” dejó bien claro que esta
posibilidad podía llegar a materializarse.
En esta era en la que las noticias vuelan,
en la que todo o casi todo se acaba sabiendo antes de tiempo y en la que es
prácticamente imposible mantener algo en secreto, todo el mundo era tan
consciente de la inminencia del Multiverso que Marvel se vio obligada a
confirmar que, al menos, algunos de los icónicos villanos que hemos odiado/amado
desde el estreno del “Spiderman” de Sam Raimi (2002) iban a volver a
aparecer en “Sin camino a casa”, incluso interpretados por los intérpretes
originales que les dieron vida en aquel entonces. Así pues, en los trailers pudimos ver por fin
al Doctor Octopus de Alfred Molina, al Duende Verde de Willem Dafoe y al
Electro de Jamie Foxx. Sólo por eso, más
de un fan ya babeaba (babeábamos) de placer, pero ¿qué pasaría con los actores
que se habían enfundado el traje y la máscara rojiazul en aquellas dos sagas? ¿Era cierto que tanto Tobey Maguire como su
sucesor Andrew Garfield iban a volver a ser Spiderman, tal como la rumorología
afirmaba, día tras día, mientras ambos actores lo negaban?
ALERTA: ¡SPOILERS! (estáis avisados si
seguís leyendo)
Incluso a sabiendas (repito: TODOS lo
sabíamos, e incluso los habíamos visto en los trailers y en las entrevistas
promocionales) de que Octopus, el Duende y Electro iban a volver a aterrorizarnos,
el momento en que, paulatinamente, cada uno va apareciendo está resuelto por
Jon Watts con una habilidad digna de elogio.
Vale, son los malos, pero ¡qué gusto da volver a ver a Molina, Dafoe y
Foxx en su salsa., y a alguno de ellos con un traje bastante mejorado! Pero no seríamos humanos si no ambicionáramos
algo más, si no anheláramos el premio gordo de volver a ver a Tobey y Andrew
retomando sus icónicos roles. Por eso,
el instante en que (¡sí!) tanto el uno como el otro hacen acto de presencia
hizo que la reacción del público (y la mía, ¿qué diablos?) fuese prorrumpir en
un aplauso espontáneo de ésos que te dejan las palmas de las manos enrojecidas,
y en un griterío enfervorizado que me hizo emocionarme como si fuese un crío,
como si volviera a tener 10 años y disfrutase de los tebeos de Spiderman por
primera vez. Bueno, para entonces ya
habíamos visto también que Charlie Cox, el protagonista de la aclamada serie “Daredevil”
de Netflix) sí interpretaba de nuevo a Matt Murdock (¡qué mentirosillo que eres,
Charlie!), aquí limitándose a ejercer de “simple” abogado defensor de Parker/Holland. Otra de las cuestiones a saber era si las
versiones digitales del Hombre de Arena y el Lagarto iban a volver a ser complementadas
con algún tipo de actuación a cargo de Thomas Haden Church y Rhys Ifans (ésta
sí me la callo, tendréis que ir al cine para saberlo), y, de paso, aprovecho
para expresar una gran duda existencial que me embarga: ¿por qué el gran J.K.
Simmons, ANTES de que se abriese el Multiverso, ya volvió a interpretar a J.
Jonah Jameson, como hiciera en la trilogía original de Maguire/Raimi, al final
de “Lejos de casa” (y naturalmente, de nuevo en “Sin camino a casa”)? ¿Cómo diantres se explica eso?
FIN DEL SPOILER
Aunque no comí pipas mientras la veía (sí
otra clase de “porquerías”, lo admito), confieso que me lo pasé “pipa” mientras
veía “Spiderman: Sin camino a casa”.
La película es un regalo (¿qué digo regalo?, ¡un regalazo!) para los
amantes del comic de super héroes en general y de Spiderman en particular. A pesar de su larga duración (2 horas y
media, que se pasan en un suspiro), nunca se hace pesada y siempre resulta
amena y entretenida, o más aún, divertida.
Hay que reconocerle a Tom Holland el mérito de haber madurado hasta
convertirse por fin en un Peter Parker al que le importan más sus semejantes
que todo lo que atañe a él mismo, e incluso a mi “odiada” Zendaya (le tengo a
esta chica una manía persecutoria que no puedo reprimir) haber sido capaz de
ofrecer una composición romántica y abnegada de una heroína a la que merece la
pena salvar. Jon Watts logra orquestar
los muchos elementos a su disposición de la mejor manera posible, otorgando a
la épica y al dramatismo las dosis justas y precisas, si bien, para mi gusto,
en ocasiones el humor tiene demasiado protagonismo, como a la hora de
caracterizar a los villanos (caso del Doctor Octopus, de quien Peter y sus
amigos se burlan sin pudor alguno). En
cualquier caso, bienvenida sea una película de mi amigo y vecino Spiderman en
la que la acción y la aventura vuelven a tener sentido gracias a las gotas exactas de valor y responsabilidad, que, al fin y al cabo, son la auténtica esencia
de mi personaje de comic favorito.
Luis Campoy
Lo mejor: la
necesidad del público asistente a la sala a prorrumpir en aplausos, y en mas de
una ocasión; ¡no en todas las películas de super héroes sucede algo así!
Lo peor: para
mi, demasiado humor en algunos momentos en los que no era necesario
Calificación: 8,5 (sobre
10)
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