Cine actualidad/ “CRY MACHO”
Vaqueros en el ocaso
Cry Macho
USA, 2021
Director: Clint Eastwood
Productores: Clint Eastwood
& Holly Hagy
Guión: N. Richard Nash & Nick Schenk, según la novela del primero
Música: Mark
Mancina
Fotografía: Ben
Davis
Montaje: Joel
Cox, David S. Cox
Diseño de Producción: Ronald
R. Reiss
Reparto: Clint Eastwood (Mile Milo), Eduardo
Minett (Rafael “Rafo” Polk), Dwight Yoakam (Howard Polk), Natalia Traven (Marta),
Fernanda Urrejola (Leta), Horacio García Rojas (Aurelio)
Duración: 104 min.
Distribución: Warner Bros. Pictures
Nathan Richard Nash
fue un escritor y dramaturgo estadounidense nacido en 1913 que, entre otros films,
escribió “Helena de Troya” (1956), “El farsante” (1956), “Porgy
and Bess” (1959) o “Amor de verano” (1976). En 1972, Nash redactó un guión titulado “Macho”,
en el que un cowboy reconvertido en estrella del rodeo recibía el encargo de su
jefe de viajar a Mexico para traerle a su hijo adolescente, díscolo y problemático. Como por aquel entonces no consiguió que
nadie se interesara por su historia, la transformó en novela, que, con el
título de “Cry Macho” fue publicada por Delacorte Press en 1975. Fue entonces cuando, poco a poco, el libro fue
despertando el interés de varias estrellas de Hollywood, a quienes tentó la idea
de convertirse en el emblemático Mike Milo.
Uno de ellos (estamos ya en 1988) fue Clint Eastwood, que
entonces tenía 58 años pero acabó decantándose por el tardío regreso de Harry
el Sucio en “La lista negra”, siendo otros aspirantes Burt Lancaster, Roy
Scheider, Pierce Brosnan o incluso Arnold Schwarzenegger.
El caso es que la adaptación
cinematográfica de “Cry Macho” no llegó a hacerse realidad hasta que, en
2020, 45 años después de su publicación y 32 después de haber podido convertirse
en un vehículo óptimo para Clint Eastwood, el veteranísimo director e
intérprete decidió que había llegado el momento de llevarla por fin a la
pantalla. Tal vez el insigne artífice de
“Sin perdón” pensó que no se le iba a notar la diferencia con respecto a
1988, cuando sí hubiese resultado creíble como protagonista, pero, lamentablemente,
hay que reconocer que la edad le ha pasado factura, al menos en lo físico. He dicho “creíble” y lo remarco, y es que el
gran problema de “Cry Macho” es que uno no se la cree. No te crees que un ranchero chanchullero de
Texas (el cantante de country y actor ocasional Dwight Yoakam) le confíe
a un anciano de 90 años la tarea de emprender un largo viaje en coche a Mexico
él solo. No te crees que dicho anciano
(un Eastwood venerable, sí, pero al que da pena ver tan envejecido y
apergaminado y que parece que se vaya a morir entre un plano y el siguiente)
acepte el encargo como si tal cosa. No
te crees que Milo y el chaval mexicano (Eduardo Minett, “La Rosa de
Guadalupe”) conecten tan rápido y tan bien.
No te crees que los villanos sean tan torpes y tan cutres pero tan
comedidos y respetuosos para con la tercera (o cuarta) edad. No te crees que Milo, a quien incluso le
cuesta mantenerse en pie, se suba a un caballo para domarlo y dejar en mal
lugar a los “jovenzuelos” que no fueron capaces. Y, por supuesto, no te crees que una mexicana
aún lozana de 52 años (Natalia Traven, “Daño colateral”) se
cuelgue del abuelo enjuto y achacoso hasta el punto de irse a la cama con él, y
ni siquiera que bailen apretujados como dos tortolitos al ritmo del “Sabor a
mi” que versionaron Eydie Gorme y los Panchos en 1964.
Si Eastwood hubiera interpretado la
película cuando estaba en sazón o si, ya nonagenario, hubiese comprendido que él
no estaba ya para esos trotes interpretativos y hubiese delegado en un señor de
50/60 años, tal vez le hubiese salido una película aceptable. Al fin y al cabo, es nada menos que el tío
Clint, no sólo un actorazo en multitud de westerns, sino también un realizador excepcional
que nos ha legado la citada “Sin perdón” pero también “El fuera de la
ley”, “El jinete pálido”, “Los puentes de Madison” o “Gran
Torino”. Pero, por mucho que nos
hallemos ante una leyenda viva del Séptimo Arte y por mucho que me parecería exagerado
tildar el film de “pésimo” o “repulsivo”, ni siquiera la buena fotografía que firma
Ben Davis (“El exótico hotel Marigold”, “Guardianes de la
galaxia”, “Tres anuncios en las afueras”) o la partitura musical compuesta
por Mark Mancina (“Speed”, “Dos policías rebeldes”, “Tarzan”),
que no por casualidad suena muy parecida a “Sin perdón” o “Los
puentes de Madison”, salvan de la quema a un título ciertamente menor dentro
de la amplia filmografía del maestro, con algunos instantes entrañables pero
con demasiados que bordean el ridículo.
Dicho todo esto, sólo me queda desear
que ojalá el mítico Clint tenga todavía una última oportunidad para despedirse
del Cine a lo grande… aunque no sea el improbable
protagonista de ella.
Luis Campoy
Lo mejor: algunos apuntes de guión sobre el cambio de
roles en la masculinidad actual
Lo peor: la imposibilidad de creerse al viejo Eastwood
como protagonista
El cruce: “Rambo: Last Blood” + “Sin perdón”
Calificación: 4,75 (sobre
10)
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