Cine actualidad/ “CATS”


Crónica de un desastre (musical) anunciado

He confesado más de una vez mi devoción al cine en general y al subgénero musical en particular, y el causante de todo ello tiene un nombre:  Andrew Lloyd Webber.  Porque fue la banda sonora de la adaptación de 1973 de “Jesucristo Superstar” lo que me hizo enamorarme de ese particular universo en el que las emociones se expresan cantando y, frecuentemente, bailando.  Todavía en la década de los setenta, Lloyd Webber aportaría otras dos composiciones que me encantaron:  la banda sonora de “Odessa” (una película sobre nazis que nada tuvo que ver con el género que nos ocupa) y, sobre todo, la que habría de ser una de sus obras magnas:  la popularísima “Evita”.  Eso fue en 1976, y sólo 5 años después entré en Discos “Merlín” de Alicante para adquirir el novísimo trabajo de Sir Andrew, un doble LP en el que en su impactante portada, sobre fondo negro, se reproducían dos amarillos ojos felinos en cuyas pupilas se veía a dos figuras danzantes.  Cats” era su título, y se trataba de una musicalización de una colección de cuentos y poemas de T.S. Eliot titulada “El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum”.  Aquel mismo año 1981 se estrenaba el musical en Londres, en 1982 en Broadway y tuvo tal éxito que logró ostentar el récord de mayor número de representaciones en la historia de las tablas.

Los “Jélicos” (Jellicles en inglés) son una tribu de gatos urbanos de nombres pintorescos (Munkustrap, Grizabella, Macavity, Bomballurina, Mr. Mistoffelees, Rum Tum Tugger, Bustopher Jones, Skimbleshanks) que habitan las calles del Londres de la posguerra.  Cada año se reúnen para contar su historia particular (una historia, una canción) y participar en el “Baile Jélico” en el que el patriarca, el Viejo Deuteronomio, elegirá al gato que ascenderá a la Capa Celestial para vivir una nueva y mejorada vida gatuna…

En el teatro, todos los intérpretes de “Cats” lucían disfraces y maquillajes felinos, destacando las increíbles coreografías que muy pronto se hicieron famosas, casi tanto como su bellísima canción estrella, “Memory”, mil veces versionada, entre otros, por Barbra Streisand.  Ya en 1998 se grabó una primera adaptación cinematográfica que no se estrenó en salas y que es de donde provienen la mayoría de los videos que se pueden encontrar en YouTube.  Pero la fama de la obra iba creciendo y el mismísimo Steven Spielberg adquirió los derechos para rodar una visualización en dibujos animados que nunca llegó a hacerse, y finalmente quien se ha atrevido a llevar el proyecto a la gran pantalla no ha sido otro que el británico Tom Hooper, que al parecer disfrutó tanto con el rodaje de “Los Miserables” (2012) que estaba deseando involucrarse en otro famoso musical que pudiera otorgarle fama y prestigio.  La fama, desde luego que la ha obtenido con esta “Cats” de 2019, pero lo del prestigio es más que discutible, a juzgar por el aluvión de críticas negativas y, lo que es peor, burlas despiadadas…

Los Miserables” de 2012 y “Cats” de 2019 tienen en común, además del mismo realizador, el hecho de que sus actores se vieron obligados a grabar en directo las canciones, repitiendo y repitiendo hasta que todos quedaron mínimamente satisfechos.  En el elenco elegido por Hooper destacan nombres famosos como Ian McKellen, Judi Dench, Idris Elba, James Corden, Jennifer Hudson o Rebel Wilson así como los cantantes Taylor Swift y Jason Derulo, junto a sorprendentes “desconocidos” como Francesca Hayward, Robbie Fairchild o Laurie Davidson, que son quienes se acaban llevando el gato al agua (valga la socorrida expresión).  Pero ¿cómo darles un aspecto gatuno que resultara original y llamativo en la gran pantalla?  Descartados los dibujos animados que Spielberg pretendía y también los elaborados maquillajes teatrales, a Hooper se le ocurrió la “genial” idea de que en los rostros conservaran la mayoría de sus rasgos humanos, pero que en los cuerpos tuvieran vello y pelaje.  Las reacciones al primer trailer, publicado en julio de este año, fueron unánimemente negativas y consiguieron que incluso quienes ni siquiera conocían la existencia del musical se posicionaran abiertamente en contra de la película.  Una vez estrenado el film, tanto las primeras reseñas como la respuesta del público no han sido las que la productora (Universal) había llegado a esperar tras cinco meses de chanzas interminables… sino mucho, muchísimo peores.  El batacazo en taquilla ha sido, asimismo, de los más monumentales que se recuerdan, y ayer mismo saltaba la noticia de que Universal había optado por retirar a “Cats” de cualquier certamen, convocatoria o categoría en las que pudiera aspirar a algún tipo de premio.  Una debacle en toda regla (“Cats-ástrofe”, se mofaba un crítico).

Pero, objetivamente, ¿es tan, tan, tan mala “Cats”?  Yo la vi anoche y tengo la respuesta:  no, no y NO.  De hecho, puedo afirmar que a mí incluso me gustó.  Hombre, es innegable que la sensación de ver a actores (mal) caracterizados digitalmente como gatos de rostro lampiño y cuerpos peludos no es muy agradable hasta que consigues acostumbrarte (si es que te acostumbras).  Luego, te haces una pregunta:  dado que algunos “gatos” (Bustopher Jones, Grizabella, Gus, Macavity, Rum Tum Tugger…) van vestidos, ¿los que no llevan ropa (Victoria, Bomballurina, Munkustrap…) quiere decirse que están completamente desnudos?  Este tipo de cuestiones implican una aproximación al mal gusto que secuencias como la canción de Jennyanydots (“The Old Gumbie Cat”, en la que el personaje a cargo de Rebel Wilson se come golosamente ante la cámara varias cucarachas antropomorfas) no hacen sino reafirmar.  Sin embargo, y a pesar de que lo que hacen Judi Dench o Ian McKellen es de todo menos cantar y de que muchos de los arreglos suenan un pelín cutres, las melodías de Andrew Lloyd Webber siguen siendo bellísimas, y para un aficionado como yo es un regalo verlas representadas en la pantalla.  Por no hablar del precioso colorido, el fantástico diseño de producción (también criticado por lo desproporcionado de algunos elementos en relación al tamaño real de los felinos) y las divertidas coreografías de Andy Blankenbuehler, en las que se lucen la debutante Francesca Hayward y el extraordinario Robbie Fairchild, la gran revelación del film.

A estas alturas y con la que está cayendo no me atrevería a recomendaros expresamente una película como “Cats”, una apuesta arriesgada y que para muchos puede ser simplemente indigerible (no olvidemos que, aparte de su estética y efectos visuales, se trata de un musical a la vieja usanza, en el sentido de que el 90% del tiempo se está cantando y bailando).  Pero, como fan de tantos años de la obra original, tengo que admitir que a mi me emocionó y a ratos hasta me fascinó, y ni mucho menos me arrepiento de haber pagado la entrada.

Luis Campoy

Lo mejor:  las canciones de Andrew Lloyd Webber;  Francesca Hayward y Robbie Fairchild;  el diseño de producción y el color
Lo peor:  la caracterización de los personajes;  las nulas cualidades vocales de Judi Dench e Ian McKellen;  la atmósfera envolvente que para algunos puede ser onírica y para otros, pesadillesca
El cruce:  Los Miserables” + “The Rocky Horror Picture Show” + “El Rey León (2019)
Calificación:  6,5 (sobre 10)

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