Cine actualidad/ “DOCTOR SUEÑO”
Hotel,
dulce hotel
El mismo día de su publicación en
España, compré ansioso el nuevo libro de Stephen
King, “Doctor Sueño” (2013), que
leí entre clínicas y hospitales durante un período particularmente delicado de
la salud quebradiza de mi madre. El día
antes, domingo, había leído una reseña en El País Semanal en la que se
anunciaba que “Doctor Sueño” era el
apodo que recibía un Danny Torrance ya adulto, por lo que la novela no era sino
una muy tardía continuación de “El
resplandor”…
Dan Torrance, alias “Doc”, el
niño del triciclo y el flequillo, ya es un cuarentón que, sin embargo, continúa
viviendo traumatizado por los sucesos acaecidos más de tres décadas atrás. También sigue sufriendo el misterioso don al
que llama “el resplandor”, que, entre otras habilidades, le permite conocer
sucesos pasados o futuros y comunicarse sin tener que despegar los labios. Es de esta manera como traba conocimiento con
Abra Stone, una niña que también “resplandece” y que revela a Dan la existencia
de una misteriosa comuna de vampiros espirituales que, en lugar de sangre, se
alimentan del “vapor” que obtienen al torturar y asesinar a niños con poderes
precognitivos. Sólo Dan y Abra podrán
hacerles frente, y sólo en un determinado lugar en el que habitan poderosas
fuerzas sobrenaturales: cierto hotel
situado en las montañas de Colorado…
Nada más publicarse “Doctor Sueño”, los ejecutivos de Warner
Bros. se hicieron con los derechos cinematográficos de la novela, con la
intención de poner en marcha una muy demorada secuela de la maravillosa “El resplandor” (1980) de Stanley Kubrick, una de las películas de
terror más famosas, admiradas e influyentes de toda la Historia. Lo primero que tuvieron que hacer fue
convencer a Stephen King, que, como todo el mundo sabe, acabó airadamente
enfrentado con Kubrick a causa de los cambios que introdujo con respecto al argumento
original. Por suerte, el director
asignado al proyecto, Mike Flanagan
(n. 1978) enseguida supo ganarse a King prometiéndole que la película no sólo
sería razonablemente fiel al libro sino que recuperaría parte de los elementos
que el director de “2001, odisea del
espacio” profanó al llevar a cabo su personalísima adaptación.
Después de leer el libro en 2013
y revisar “El resplandor”, el film,
hace apenas un par de semanas, vi por fin “Doctor
Sueño” el sábado por la noche, advertido por un par de amigos que se me
habían adelantado y a quienes se les había atragantado bastante. Con todo, he de decir que a mi me encantó la
película casi de principio a fin, con algunos puntuales titubeos compensados (y
recompensados) con algunas secuencias excelentemente resueltas. “Doctor
Sueño” se permite la licencia de re-rodar las escenas más mitificadas de “El resplandor”, haciendo gala de un
trabajazo épico en materia de diseño de producción, decoración, vestuario,
iluminación, fotografía y sonido; sólo
por eso se merece, de entrada, todo mi respeto y admiración. Pero hay más.
Bastante más.
En el inicio de “Doctor Sueño”,
el espectador tiene la oportunidad de conocer cómo se está desarrollando la
existencia adulta de Dan Torrance (correcto Ewan McGregor), heredero del frenesí alcohólico que arrasó a su
padre Jack, pues sólo el alcohol consigue aletargar los poderes que tanto le
incomodan y traumatizan. Pero también
conocemos a los terríficos integrantes del “Nudo verdadero”, los bebedores de
almas cuya iconografía nos remite inevitablemente a la de la celebrada “Los viajeros de la noche” de Kathryn
Bigelow. Es en esta pintoresca secta
donde se integran dos personajes que fascinan y aterrorizan a partes
iguales: su bellísima pero letal
lideresa, Rose la Chistera (descomunalmente bella Rebecca Ferguson) y su segundo de a bordo y ocasional amante, Papá
Cuervo (el televisivo Zahn McClarnon). La verdad es que, comenzando por una
presentación que homenajea al “Frankenstein”
de James Whale, todas las escenas del Nudo están filmadas con una mezcla de
horror y lirismo que remite al romanticismo oscuro del siglo XIX. Completando el elenco de personajes
protagónicos, la niña Kyliegh Curran
(13 años) interpreta a Abra con bastante soltura y desparpajo.
A pesar de alguna que otra
arriesgada (y fallida) decisión (traer de vuelta a ciertos personajes pero
interpretados por actores que no siempre dan el pego), “Doctor Sueño” sabe reflejar muy bien el infierno al que es capaz de
descender un persona aterrorizada por un don que nunca pidió tener, pero
también el modo en que otros poseedores de ese mis poder pretenden utilizarlo
para sus propios y maléficos fines.
Drama, tragedia y no pocas dosis de terror, que han conseguido que el
escritor más adaptado de la actualidad se reconcilie por fin con el Séptimo
Arte.
Luis Campoy
Lo mejor:
la recuperación de los momentos más icónicos de “El resplandor”
Lo peor:
el intento fallido de recuperar los personajes más icónicos de “El resplandor”
El cruce:
“El resplandor” + “Los viajeros de la noche” + “La furia”
Calificación: 8 (sobre 10)
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