PÍLDORAS DE CINE (Septiembre de 2019)
Se acaba lo bueno (las
vacaciones) y viene lo… lo necesario (el
trabajo). Ahora y siempre, para retener
el placer y minimizar el tedio, lo que nos queda son nuestras sabrosas ¡PILDORAS
DE CINE!
“QUIEN A HIERRO MATA”
El valenciano Paco Plaza (1973) cambia los terrores
fantásticos de “REC” y “Verónica” por las consecuencias de un
terror muy real que se ha vivido y aún se vive en demasiadas partes del
mundo: el narcotráfico. Luis
Tosar (47 años) interpreta a un enfermero de una residencia de ancianos que
tiene que cuidar a un viejo capo de la droga gallego aquejado de una enfermedad
degenerativa. El guión, que han redactado
a cuatro manos Juan Galiñanes y Jorge Guerricaechevarría (escritor habitual de Alex de la Iglesia)
sabe oscilar hábilmente entre el drama y el thriller y ofrece al final un giro
impactante e inesperado. Decir que lo
mejor de la película es la interpretación de Tosar no sería ninguna novedad (el
lucense siempre roza la perfección en cada trabajo), pero sí que hay que
descubrirse ante la espléndida dirección de los actores secundarios, entre los
que destacan Xan Cejudo, Ismael Martínez y Enric Auquer. Trato de
buscarle a esta muy interesante película los fallos y errores que mis
compañeros de visionado le hallaron, pero no lo consigo; a mí me gustó bastante y, veinticuatro horas
después, todavía continúo impresionado.
Calificación: 8 (sobre 10)
A la “Saga Fallen” (integrada en
el original inglés por “Olympus Has
Fallen”, “London Has Fallen” y la
recién estrenada “Angel Has Fallen”)
la conocemos mejor en España como la “Saga Objetivo”, ya que las tres películas
citadas han sido traducidas aquí como, respectivamente, “Objetivo: La Casa Blanca”, “Objetivo:
Londres” y, ahora, “Objetivo:
Washington DC”. En todas ellas, el
fornido Gerard Butler cambia la
espada y los abdominales de Leónidas por la pistola y el chaleco antibalas de
Mike Banning, de profesión: guardaespaldas del Presidente de los Estados Unidos. Quien también ha cambiado en esta tercera
entrega es el presidente en sí, ya que el Benjamin Asher que interpretaba el
estupendo Aaron Eckhart ha desaparecido del mapa y su lugar lo ocupa el antiguo
vicepresidente Allan Trumbull, encarnado nuevamente por el gran Morgan Freeman. Ni que decir tiene que quien espere una intriga
de índole política tipo “El ala oeste de
la Casa Blanca” mejor debería cambiarse de sala, porque lo que “Objetivo: Washington DC” ofrece es
simplemente una colección de buenas escenas de acción hilvanadas por un mínimo
hilo argumental trufado de tópicos, donde se adivina la identidad del villano
desde el primer instante y los diálogos son una colección de frases hechas sin
sustancia. Danny Huston (por si alguien no lo sabía, hijo de John Huston y
hermano de Anjelica Huston), Jada Pinkett-Smith
(esposa de Will) y el eterno “hombre pobre” Nick Nolte también deambulan por el film. Muy inferior a la notable primera parte, “Objetivo: Washington DC” está
funcionando muy bien en la taquilla de todo el mundo, de modo a casi nadie
extrañaría una nueva entrega, con un Mike Banning ya cincuentón defendiendo al
primer mandatario de turno ante cualquier amenaza proveniente de la tierra, el
mar o el aire.
Calificación: 6 (sobre 10)
“INFIERNO BAJO EL AGUA”
Sería un error tomarse en serio
una película sobre caimanes asesinos en cuyos créditos finales suena la canción
de Bill Haley And His Comets “See You
Later Alligator”. Partiendo de esta
premisa y asumiendo que tiene algún que otro susto y logra mantener la tensión
en sus escasos 87 minutos de metraje, “Infierno
bajo el agua” (infernal traducción del mucho menos explícito “Crawl”, “Arrastrarse”) supone un modesto pero simpático intento de clonar
los ingredientes de la simpar “Tiburón”
(1975) de Steven Spielberg. Al frente
del reparto, la “laberíntica” Kaya
Scodelario, en la piel de una nadadora espoleada por las ansias de triunfo
de su padre (Barry Pepper), al que
tiene que salvar de una inundación y del ataque de un par de cocodrilos con
bastante mala leche. Nada nuevo bajo el
sol (perdón, bajo el agua), pero al menos se pasa un rato entretenido al fresco,
lo cual siempre es de agradecer.
Calificación: 6 (sobre 10)
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