PILDORAS DE CINE (Julio 2019)

La vida sigue…  Después de la tempestad, viene la calma, y después del  dolor agudo, quizás como paliativo, vienen las…  ¡¡PÍLDORAS DE CINE!!


EL REY LEON
Un cuarto de siglo después del estreno en cine de la versión original de dibujos animados, y cuando el famosísimo musical que se derivó de su banda sonora aún continúa en cartel, “El Rey León” regresa a las pantallas, sólo que más grande y más realista.  El actor y director Jon Favreu (conocido por su papel de “Happy” Hogan en las películas de Marvel), que hace 3 años se apuntó un gran éxito de crítica y público con su versión “en imagen real” (lo pongo entre comillas porque los animales no dejaban de ser, todos, criaturas digitales generadas por ordenador) de “El libro de la selva”, ha sido el encargado de hacer lo mismo con una de las joyas de la corona de Disney, la sensacional producción de 1994 (reconozco que se trata de mi film de animación favorito de todos los tiempos) que dirigieron ex aequo Rob Minkoff y Roger Allers partiendo de un guión de Linda Woolverton que asumía influencias de obras shakesperaianas como “El Rey Lear”, “MacBeth” o incluso “Hamlet”.  De todos los remakes disneyanos que nos han llegado últimamente, me atrevo a afirmar que esta nueva “El Rey León” es la más fidedigna y, por tanto, la menos innovadora en cuanto a preservación de la esencia primigenia original.  ¿Por qué hacer, entonces, una nueva versión que mantiene prácticamente el mismo libreto, casi los mismos diálogos, parte de las voces de doblaje e incluso la partitura y las canciones?  Pues hombre, en primer lugar hay una inequívoca vocación crematística que apela de lleno a la nostalgia, y, en segundo, es justo reconocer que los potentísimos ordenadores de la Factoría del Ratón Mickey han logrado crear  un espectáculo grandioso ante el que hay que postrarse como hacen los antílopes, las jirafas y demás animales de la sabana en la archifamosa secuencia inicial.  Si no fuese porque las criaturas que estamos (ad)mirando hablan y a veces hasta cantan, podría parecer que nos hallamos ante un documental dela National Geographic, tal es el grado de realismo y verosimilitud que se ha obtenido.  Un poco triste que tal despliegue sólo haya servido para volver a pintar encima de un lienzo que, calcado casi plano a plano, continúa siendo para todo el mundo la versión mejor y definitiva de las desventuras de Simba, Mufasa, Scar, Nala y compañía.
Calificación: 7,5 (sobre 10)

YESTERDAY
El éxito apoteósico de “Bohemian Rhapsody” (y antes de “Mamma Mia!”) ha propiciado la realización de diversas películas en las que artistas de rock o pop (o su catálogo de canciones) se erigen en protagonistas de la función.  Con guión del gran Richard Curtis basándose en un relato escrito por un tal Jack Barth, “Yesterday” nos plantea una genial hipótesis:  ¿qué sucedería si, repentinamente, el mundo se hubiera olvidado de los Beatles y de todos los maravillosos temas que compusieron, y sólo un músico de tres al cuarto los recordara, atribuyéndose los méritos de todas sus composiciones?  Ciertamente, el punto de partido es una maravilla argumental, pero hay que reconocer que el viejo Curtis (guionista de algunas de mis películas favoritas como “Cuatro bodas y un funeral”, “Notting Hill” o “Love Actually”) en esta ocasión ha puesto el piloto automático y ha perpetrado unos diálogos sin chispa al servicio de unos personajes demasiado estereotipados que viven una historia tan previsible como convencional.  Lo mejor de todo, y ello no es mérito de Curtis sino del director Danny Boyle (“Trainspotting”, “Slumdog Millionaire”) es lograr que realmente parezca que canciones como “Yesterday”, “Let It Be” o “Hey Jude” las estamos escuchando por vez primera, junto a una sorprendida Humanidad que hasta ese momento no ha sido consciente de lo que se ha estado perdiendo.  En cuanto al plano actoral, la sobreactuada Kate McKinnon y la muy minusvalorada Lily James ceden todo el protagonismo al debutante Himesh Patel (que no es hermano de Dev Patel, el héroe de “Slumdog Millioonaire”, aunque los personajes de ambos en las dos películas se apellidan igual:  Malik), que, si bien como actor es más bien poco carismático, deslumbra como cantante al ser él mismo quien interpreta los grandes éxitos de Lennon & McCartney.
Calificación:  7 (sobre 10)

ANNABELLE VUELVE A CASA
Cuando leí que la tercera entrega dela muñeca diabólica Annabelle, spin-off de la estupenda “Expediente Warren” (“The Conjuring”) iba a ser una especie de “Noche en el museo” en clave terrorífica, se me hizo la boca agua.  Lamentablemente, el resultado no es ni mucho menos tan redondo como me esperaba, en gran parte debido a que el creador del “warrenverso”, James Wan, ha cedido la batuta al guionista Gary Dauberman.  Ambientada en 1972, la cinta comienza con los protagonistas indiscutibles de la saga, los parapsicólogos Ed (Patrick Wilson) y Lorraine (Vera Farmiga) Warren, quienes depositan a cierta muñeca poseída en su ya famoso “cuarto de artefactos”, con la orden tajante de no penetrar jamás en tal estancia y, sobre todo, de no abrir bajo ningún concepto la urna bendecida en la que yace el endemoniado juguete.  Naturalmente, alguien se saltará a la torera tal recomendación, y el Mal con mayúsculas campará a sus anchas en sus formas más variadas y amedrentadoras.  Por desgracia, lo que podía haber sido una de las cumbres del horror moderno, se queda prácticamente en tierra de nadie cuando Dauberman va desperdiciando sistemáticamente todas y cada una de las posibilidades que su propio guión le ofrece:  va creando un clima agobiante, plantea una escena que parece que va a conseguir que te defeques de miedo en la butaca….  y de repente cambia de escenario y es como si allí no hubiera pasado nada.  ¿Alguien dijo “decepción”…?  ¡Yo sí lo digo!
Calificación:  6,5 (sobre 10)

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