Clásicos del cine/ “GRUPO SALVAJE”
Lirismo y
catarsis
Como he confesado alguna vez, mi
infinito amor por el cine me viene desde la cuna, ya que fueron mis padres
quienes, película tras película, me lo fueron inculcando. No obstante, no siempre me permitían
compartir con ellos aquella afición, y es que, cuando era bien sabido que los
niveles de sexo y violencia sobrepasaban el máximo permitido, el pequeño Luis
se quedaba leyendo y dibujando en casa de sus abuelos. Seguramente aquella tarde del verano de 1974
realicé algunos bonitos dibujos de superhéroes, mientras mis papás se
adentraban en el brutal universo de “Grupo
salvaje”, cuyo estreno en España se había demorado cinco años a causa de
sus impactantes y sangrientos tiroteos…
Estamos en 1913 y el Viejo Oeste
americano está muriendo en aras de su inevitable modernización. Una banda de forajidos que se hacen pasar por
soldados intentan perpetrar un atraco en la oficina del ferrocarril de Texas,
pero sufren una emboscada por parte de una partida de cazarrecompensas y se ven
obligados a refugiarse en tierras mexicanas.
En el país vecino, contactan con las fuerzas del General Mapache, enfrentado
a las huestes de Pancho Villa y que les propone un último gran golpe: robar un tren cargado de armas, a cambio de
una irrechazable cantidad de oro...
“Grupo salvaje” (“The Wild
Bunch”, 1969) tiene su origen en un guión que el después prestigioso Walon
Green había redactado en 1965, basándose en un relato del ex-cowboy Roy
Sicker. Para dirigirlo, se eligió al
impredecible Sam Peckinpah (1925-1984), quien ya había realizado famosos
westerns como “Duelo en la alta sierra”
o “Mayor Dundee” e incluso había
guionizado “Villa cabalga” para Buzz
Kulik. Lo primero que hizo Peckinpah fue
meter mano en el guión de Green, acentuando el tono crepuscular y, por
supuesto, las dosis de violencia, las cuales un productor llegó a considerar
“infilmables”. Para encarnar al
protagonista Pike Bishop, el primer actor en quien se pensó fue Lee Marvin,
quien finalmente se decantó por el musical “La
leyenda de la ciudad sin nombre”, por lo que en su lugar se contrató al
excelente William Holden (“El crepúsculo de los dioses”, “Sabrina”, “Picnic”, “El puente sobre el
río Kwai”). Holden sería el Pike perfecto: maduro, solemne, violento y digno hasta el
final. Para arroparle, Peckinpah logró
reunir un estimulante elenco: Ernest Borgnine (impagable
secundario, ganador del Oscar por “Marty”)
como Dutch; Robert Ryan (“Los
profesionales”) como el “renegado” Thornton; el veterano Edmond O’Brien (“El jorobado
de Notre Dame”, “La condesa descalza”)
como Sykes; Warren Oates (compinche de Peckinpah en “Duelo en la alta sierra” y “Mayor
Dundee”) como Lyle; Ben Johnson (innumerables los westerns
en los que participó) como Tector, hermano del anterior; y los mexicanos Jaime Sánchez como el impulsivo e idealista Angel y Emilio “Indio” Fernández como el
general Mapache. Otros intérpretes que
pueden verse en “Grupo salvaje” son Strother
Martin, Bo Hopkins, L.Q. Jones o Alfonso Arau.
A pesar de que la duración de la
versión definitiva del film (2 horas y 25 minutos) da a entender que se trata
de una película lenta o demasiado larga, lo cierto es que el trabajo del
montador Lou Lombardo es
sencillamente magistral, dotando de un preciso ritmo interno a las muchas
escenas intimistas y, sobre todo, convirtiendo a las secuencias de acción en
auténticas joyas mil veces imitadas desde entonces. La utilización de la cámara lenta y la
filmación desde diversos ángulos parece que fueron iniciativas de Lombardo,
quien trabajó estrechamente con el director de fotografía Lucien Ballard. Ballard,
artífice de la cinematografía de “Atraco
perfecto”, “Duelo en la alta sierra”
o “La hora de las pistolas” supo
captar a la perfección la idea de Packinpah de retratar el ocaso de toda una
forma de entender la vida y el existir, a través de unos personajes en la recta
final de su trayectoria. La vibrante
partitura de Jerry Fielding, experto
en reutilizar sonoridades militares mezclándolas con temas del folklore
popular, contribuye también a crear la peculiar atmósfera que envuelve al
relato.
Llena de momentos que han pasado
a la historia del Cine (el famosísimo plano de los niños jugando cruelmente con
el escorpión y las hormigas, los terribles pero fascinantes tiroteos que abren
y cierran el film, el asalto al tren militar, el dramático paseo de Pike,
Dutch, Lyle y Tector en pos de su destino…), “Grupo salvaje” es una obra de transición tanto temática como
técnicamente, un puente entre lo viejo y lo nuevo (en 1969 supuso una auténtica
revolución), que Sam Peckinpah quiso utilizar como exorcismo de la violencia que
asolaba un mundo en conflicto. Todo un
clásico del Séptimo Arte que me hubiera gustado poder disfrutar, como todo aquéllo
que realmente merece la pena, en una enorme pantalla grande.
Luis Campoy
P.D.: El año pasado se
divulgó la noticia de que nada menos que Mel
Gibson, otro de los máximos exponentes de la violencia cinematográfica,
estaría preparando una versión “actualizada” de “Grupo salvaje” en la que los protagonistas serían Michael Fassbender, Jamie Foxx y Peter Dinklage. Ya veremos
qué resulta finalmente de todo ello…
Comentarios
En resumen la peli es brillante "a veces", y otras es cansina, Willian Holden tambien brilla pero solo a veces (no es actor de mi deboción está claro), en cuanto a los secundarios, mas de lo mismo.
En definitiva el que se deja llevar por una caza sin fin, pues bueno, pero los chinos lo han hecho hasta la saciedad y "Kill Bill" despues, "Pacino" y "Keanu" y "Bronson" y "Cruise" y "Stallone" y "Willis" y "Bond" y su p.m. .
De que se libra esta, quizas por que es de las primeras en hacerlo (Ya lo hizo "La policia montada del Canada"). A los que necesitan tener sus agallas de sangre simplemente decirles que hay una clínica de reabilitación y sangrías en Burgos que ...