Cine actualidad/ “GLASS”


El múltiple proteccionismo del cristal

David Dunn, el único superviviente de un terrible accidente ferroviario, averigua que la tragedia fue provocada por Elijah Price (alias “Don Cristal”), un enajenado coleccionista de comics que está convencido de que David es un superhéroe.  Años después, y convertido ahora en un vigilante encapuchado conocido como “El Protector”, David descubre la existencia de un psicópata llamado Kevin Wendell Crump (bautizado como “La Horda”), poseedor de un trastorno múltiple de personalidad que alberga hasta 23 identidades diferenciadas.  David logra detener a Crumb, pero los dos son capturados por las fuerzas de seguridad y recluídos en un psiquiátrico…  en el que también se halla internado Don Cristal.

Cuando ví “El protegido” (2000) hace 19 años, confieso que no tuve la sensación de acabar de disfrutar una obra maestra del celuloide.  No me pareció mala, pero tampoco me encantó, me cautivó ni me fascinó.  De hecho, para mi gusto supuso un paso atrás con respecto a “El sexto sentido” (1999), la película que poco antes había encumbrado a su realizador, el hindú M. Night Shyamalan.  La carrera de Shyamalan, que aún tuvo un par de éxitos más, “Señales” (2002) y “El bosque” (2004), cayó progresivamente en picado con los fracasos comerciales consecutivos de “La joven del agua” (2006), “El incidente” (2008), “Airbender” (2010) y “After Earth” (2013), pero su exitosa asociación con el productor Jason Blum en “La visita” (2015) y, sobre todo, “Múltiple” (2016) logró hacerle renacer cual Ave Fénix de sus cenizas.  Fue en la escena final de “Múltiple” cuando, inesperadamente, la presencia de Bruce Willis repitiendo su papel de David Dunn de “El protegido” reveló que ambas películas transcurrían en el mismo universo, y enseguida se anunció que ambas formaban parte de una trilogía que iba a culminar muy pronto con “Glass”, que se estrenaba en España el pasado viernes.

Como dije al principio, “El protegido” no me entusiasmó en su momento, pero el creciente prestigio que, con el paso del tiempo, la ha ido convirtiendo en título de culto, me hizo revisarla nuevamente hace poco.  Y bueno, la segunda vez me gustó aún menos que la primera.  Desde mi humilde punto de vista, es excesivamente lenta, solemne y pretenciosa, y esa (inexplicable) fama de ser “la mejor película de superhéroes” jamás filmada me hace rechazarla aún un poquito más.  En cuanto a “Múltiple”, es cierto que alberga una virtud evidente e innegable (la portentosa interpretación de James McAvoy, capaz de dotar de credibilidad a todas las identidades que convivían en La Horda), pero tampoco puede decirse que me enamorase perdida e irremediablemente de ella.

Glass” (“Cristal”) es el cierre de la trilogía, y su título hace referencia al personaje interpretado por Samuel L. Jackson, el intrigante Elijah Price, cuyos huesos frágiles y quebradizos le granjearon el apodo de “Mr. Glass” (me pregunto quién tradujo “Don Cristal” y no “Señor Cristal”, que es más literal e incluso suena mil veces mejor).  Lo cierto es que la mayor parte de la película tiene como escenario el manicomio en el que David Dunn (Willis), Elijah Price (Jackson) y Kevin Wendell Grumb (McAvoy) se hallan bajo la custodia de la misteriosa doctora Ellie Staple (Sarah Paulson), especializada en el tratamiento de personas que se creen superhéroes o supervillanos.  Si bien el comienzo del film, con Dunn ya asumiendo su destino superheroico y Crumb vuelto a las andadas como La Horda, sí parecía altamente prometedor, en el momento en que el psiquiátrico se convierte en el escenario único de la acción, el espejismo se esfumó, al menos para mí.  Desde ese instante, el ritmo se vuelve lento, los planos se prolongan innecesariamente, los diálogos comienzan a sonar cursis y, lo que me resultó más extraño, todos los actores secundarios parecen campar a sus anchas, dejados de la mano de Dios (Shyamalan).  Para empezar, la “veterana” Charlayne Woodard (65 años), que interpreta a la madre de Samuel L. Jackson ¡a pesar de que este último tiene 70!, me resultó especialmente desquiciante;  su vestuario, su exagerada gesticulación e incluso el pésimo doblaje me echaron para atrás.  La antaño prometedora Anya Taylor-Joy está fatal como la imposible amiga de La Horda, abusando de unos mohínes que dan ganas de vomitar.  Y, aunque se agradece el esfuerzo de Spencer Treat Clark retomando, 19 años después, su rol de hijo de David Dunn, hay que admitir que el chaval tampoco es el mejor actor del universo.  Si a todo esto añadimos que los intérpretes que encarnan a los enfermeros del hospital parecen todos aficionados y que durante la (estupenda, esta sí) batalla final el director nos “obsequia” con una serie de insertos reiterativos en los que los secundarios antes citados (el hijo de El Protector, la madre de Don Cristal y la amiga de La Horda) corretean despavoridos de aquí para allá, tengo que decir que esa pretendida solemnidad a la que antes aludía bordea peligrosamente el más bochornoso de los ridículos.

Por todo lo expuesto, no puedo decir que me gustase especialmente “Glass”, como tampoco me encantaron las dos primeras películas de la “saga”.  Es mi opinión y no tengo por qué ocultarla.  ¡Mis felicitaciones a los afortunados que la vean y salgan maravillados y convencidos de que han visto una obra maestra!.

Luis Campoy

Lo mejor:  sin duda, la extraordinaria interpretación de James McAvoy
Lo peor:  entre otras cosas que no me gustaron, todos los actores secundarios, con especial mención a la madre de Don Cristal
El cruce: El protegido” + “Múltiple” + “Alguien voló sobre el nido del cuco
Calificación:  6 (sobre 10)

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