Las pelis del CineClub/ “TULLY”



El agotamiento de la maternidad

En su denodada lucha por traer a Lorca todas aquellas películas que no hayan tenido una exhibición “normal” en salas de cine convencionales, ayer el CineClub Paraíso (al que me honro en pertenecer) proyectó, con algunos meses de retraso, la cinta “Tully”, dirigida por Jason Reitman.

Jason (41 años) es hijo del famoso realizador de “Los Cazafantasmas”, Ivan Reitman, y debutó como director en 2005 con “Gracias por fumar”, a la que han ido siguiendo “Juno”, “Up In The Air” o “Una vida en tres días”.

Tully” es la última película de Jason Reitman, y cuenta nuevamente con un guión firmado por su habitual colaboradora Diablo Cody.  Cody, que antes de guionista fue bailarina de strip-tease, escribió el guión de “Tully” basándose en sus propias experiencias como madre madura, que es lo que es la protagonista del film.  Charlize Theron encarna a Marlo, una mujer de cuarenta años y dos hijos, uno de ellos aquejado de un extraño tipo de autismo.  Embarazada y a punto de salir de cuentas, Marlo se ve superada por su trabajo y sus obligaciones como madre y ama de casa, de modo que, al nacer su tercer retoño, se siente tan desesperada que decide recurrir a la joven Tully, una niñera nocturna para poder, al menos, dormir por las noches.  A partir de ese momento, Tully hará que la vida de Marlo sea más feliz y más desahogada…  al menos en apariencia.

Hasta aquí, el argumento “visible” de “Tully”, la parte de la historia que se cuenta en las reseñas sobre la película.  Sin embargo, hacia el final del film se produce un giro inesperado que hace que de repente nos demos cuenta de que lo que hemos visto no es sino el punto de vista de la protagonista Marlo, su percepción absolutamente subjetiva de la realidad.  Para mí, averiguar ésto constituyó un verdadero shock, tan impactante que, en plan autodesahogo, he decidido revelar aquí y ahora qué es lo que pasa en realidad, de modo que, hasta nueva orden, lo que viene son spoilers como la copa de un pino.  Estáis avisados.

**ALERTA SPOILER**
Cuando nace su tercer hijo (una niña), el hermano de Marlo, un ricachón montado en el dólar, le aconseja contratar a una niñera solamente para las noches, a lo que Marlo contesta que sólo permitiría que la ayudara alguien de su absoluta confianza.  A los pocos días, Marlo deja entrar en su casa a una joven babysitter que, efectivamente, sólo irá a la vivienda por las noches, y se ocupará de todo excepto de amamantar a la recién nacida, tarea que sólo puede desempeñar quien acaba de ser madre.  Entre Marlo y Tully, se establece una relación sorprendentemente cercana, hasta el punto de que no sólo se entienden a las mil maravillas sino que, a pesar de la juventud de Tully, parecen compartir experiencias comunes.  Una noche, a la vuelta de un viaje a la ciudad en el que se exceden en el consumo de alcohol, el coche en el que las dos viajan sufre un accidente y acaba cayendo a un río, pero del interior del vehículo sólo Marlo es rescatada.  En el hospital, mientras Marlo está inconsciente, la psicóloga del centro entrevista al marido de la protagonista, y le informa de que su esposa sufre preocupantes síntomas de agotamiento, como si llevara sin dormir muchísimas noches.  Cuando, como un trámite más, le pregunta cuál es el apellido de soltera de su esposa, éste responde:  “Tully”.  Porque la niñera Tully en realidad no existe ni nunca existió, sino que sólo se trata de una imaginación de Marlo, quien decidió que la única persona en la que confiaría para ayudarla a cuidar a su familia sería ella misma con unos cuantos años menos, de manera que sólo ella es quien durante todas esas semanas se ha ocupado de los niños y de todas las tareas de su casa, de ahí su tremenda falta de descanso…
**FIN SPOILER**

Lo que tan honradamente he marcado como “spoiler” es lo que determina que “Tully” no sea una película común basada en la odisea doméstica de una sufrida madre cuarentona, sino algo diferente, algo más, una ventana a un imaginativo análisis psicológico de una depresión galopante.  En cualquier caso, nadie puede negar que la baza más evidente de la cinta es la extraordinaria composición de Charlize Theron, candidata a cualquier premio de interpretación que no haya ganado ya.  Por cierto, quien da vida a la joven Tully es la canadiense Mackenzie Davis, vista en “Marte”, “Blade Runner 2049” y la serie “Black Mirror”, una prometedora actriz en alza.

Luis Campoy

Lo mejor:  Charlize Theron, el giro argumental final (si logras entenderlo)
Lo peor:  no llegar a entender el desenlace y creer que te enfrentas a una película al uso
El cruce:  por respeto a quienes no hayan visto la película, hoy no hay cruce que valga
Calificación:  8 (sólo después de haber pasado muchas horas asumiendo y asimilando el auténtico significado de la historia)

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