Julio…. El séptimo mes del año, el mes en que muchos
se van a la playa y otros optan por lanzarse a correr delante de un toro… Mes de vacaciones, mes de calor, mes de refugiarse
en una sala bien refrigerada … Lo
empezamos con una ración de breves pero intensas PÍLDORAS DE CINE.
Lo he dicho un millón de
veces: odio las etiquetas y me
aterroriza el bagaje que arrastran determinadas películas que vienen ensalzadas
por la crítica y/o el público. El exceso
de expectativas suele arruinarme el visionado de no pocas cintas, a las que,
mientras las estoy viendo, les busco y no les encuentro esos retazos de
maravilla y grandiosidad que se les han adjudicado. “Hereditary”, opera prima del antiguo
cortometrajista Ari Aster, es, desde luego, una película interesante, y que
sabe alejarse con inteligencia de los estándares del género terrorífico que nos
está llegando últimamente. A Aster no le
hacen falta los subidones bruscos de sonido, ni cepillarse a una docena de
adolescentes en un aparatoso baño de sangre para crear un clima de inquietud y
desasosiego. Es ésta sin duda la mayor
virtud del film: provocar un miedo más
profundo y arraigado, que no te deja que olvides fácilmente las imágenes y
sobre todo los sucesos contenidos en esta historia que tiene reminiscencias de “La
semilla del diablo”, de “La centinela” e incluso de la reciente “Babadook”. Grandísimas interpretaciones de un recuperado
Gabriel Byrne y, sobre todo, de una descomunal Toni Collette (la madre del niño
de “El sexto sentido”), y una escena (la del accidente de coche) que pasará a
las antologías del género. Una muy recomendable
propuesta dentro de un género al que le hacía falta madurar, aunque pienso que
epítetos como “La película más terrorífica desde ‘El exorcista’” o “La mejor
película de terror de las últimas décadas” desconcertarán y aun defraudarán a
quienes simplemente esperen ese tipo de terror convencional que este film no
ofrece.
Calificación: 8,5 (sobre 10)
“CON AMOR, SIMON”
Simon Spier (Nick Robinson) es un
chico estadounidense de buena familia, que va a un buen instituto y tiene un
grupo de buenos amigos… a los que nunca
se ha atrevido a revelarles que es gay.
Accidentalmente, su condición sexual es revelada a los ojos de todo el
mundo, y Simon deberá averiguar si su familia y amistades son todo lo
tolerantes y comprensivos que él necesita…
Una major como 20th Century Fox produce y distribuye esta encantadora
película diseñada para gustar a todo tipo de públicos… si bien uno se pregunta cuál sería el
desenlace de la historia si la acción aconteciera no en unos idílicos EEUU sino
en Rusia, Irán o Arabia Saudí, por poner tan sólo unos ejemplos… Lo cierto es que, coincidiendo en no pocos
elementos de tono y planteamiento con producciones como “Wonder”, “Con amor,
Simon” adapta con acierto la novela de Becky Albertalli y seguramente
convencerá a muchos jóvenes de que, aunque sus padres no tengan el magnífico
aspecto de Josh Duhamel y Jennifer Garner, serán capaces de comprenderles y
aceptarles cuando llegue el momento de salir del armario. Pasito a pasito se hace camino, y con
películas como “Con amor, Simon” se pone la primera piedra para continuar
normalizando la situación de un colectivo cada vez más visible.
Calificación: 7 (sobre 10)
“SICARIO: EL DÍA DEL SOLDADO”
“Sicario” (2015) me encantó, me
impactó, me dejó boquiabierto. Sobre
todo por sus tremendas e inolvidables secuencias de apertura y cierre, pero
también por su tono que mezclaba el thriller, el western y la denuncia
socio-política. Tres años después, y con
un par de bajas de extrema importancia (el director original Denis Villeneuve y
la protagonista Emily Blunt), nos llega una secuela centrada en los personajes “secundarios”
encarnados por Benicio del Toro y Josh Brolin, que ha dirigido el italiano
Stefano Sollima. “Sicario: El día del soldado” es más de lo mismo, obvio
por tratarse de una secuela perteneciente a lo que se pretende que se convierta
en una franquicia, si bien el guionista Taylor Sheridan se vuelve a esforzar
por darle sentido y coherencia a esta nueva historia fronteriza que mezcla el
narcotráfico con el terrorismo. Algo más
“blandita” que su predecesora, “Sicario: El día del soldado” contiene también alguna
que otra impactante secuencia de acción, pero el cambio tonal experimentado por
el personaje de Del Toro le resta sin duda algo de atractivo; la fiera se ha ablandado, y éso no es bueno
para las expectativas del espectador.
Calificación: 7 (sobre 10)
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