Cine actualidad/ “TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS”


Llega la gran favorita a los Oscar

La nueva película de los famosos Hermanos Coen…  no la dirigen los Hermanos Coen.  Ni siquiera la escriben, ni tampoco la producen.  La única conexión de hecho entre “Tres anuncios en las afueras” y la filmografía de los artífices de “Fargo” o·”Barton Fink” es la presencia ante las cámaras de la actriz Frances McDormand, protagonista de la citada “Fargo” y que, por cierto, está casada con Joel Coen, el mayor de los célebres hermanos.

Pero lo cierto es que “Tres anuncios en las afueras” (“Three Billboards Outside Ebbing, Missouri”, 2017) transita los mismos caminos que anteriormente recorrieron algunas de las más celebradas ficciones coenianas;  no sólo físicamente (en cuanto a la ubicación de la acción en sí) sino también temática y tonalmente.  Su director, el británico Martin McDonagh (47 años) ya había dado muestras de su peculiar estilo en la encantadora “Escondidos en Brujas” (2009), así como en la posterior y menos conocida “Siete psicópatas” (2012), pero en esta su tercera película hasta la fecha, alcanza un grado de madurez y saber hacer simplemente asombroso.

En las afueras del pueblo ficticio de Ebbing, sito en el condado de Missouri, existen tres vallas publicitarias en desuso.  Un día, una mujer de la localidad, Mildred Hayes, las contrata para publicar sendos anuncios criticando la negligente actitud de la policía local en la investigación de la violación y asesinato de su hija, acaecidos siete meses atrás.  La exteriorización del conflicto no dejará indiferente a nadie, y desencadenará una serie de acontecimientos totalmente inesperados…

Como he dicho anteriormente, el condado de Ebbing no existe en los mapas, pero el director y guionista McDonagh no ha escogido un nombre al azar:  en inglés, “ebbing” vendría a significar “decaimiento” o, aun mejor, “decadencia”.  Se trata de un lugar (el típico pueblo del medio oeste norteamericano) en el que nunca o casi nunca pasa nada y en el que todos o casi todos se conocen entre sí, un sitio donde el progreso y los problemas no son bienvenidos.  Por eso, ante la tragedia sufrida por la familia Hayes, la primera reacción de los habitantes de Ebbing es solidarizarse con la familia de la fallecida pero, cuando la madre decide tomar la iniciativa, los lugareños optan por cerrar filas en torno a la autoridad competente, porque, al fin y al cabo, todos son miembros de una pacífica e idílica comunidad en la que los unos y los otros deben protegerse entre sí.

Fueron varias las cosas que me sorprendieron y maravillaron de “Tres anuncios en la afueras”.  En primer lugar, la habilidad de Martin McDonagh para pergeñar una historia en la que, como en la vida misma, incluso en la peor tragedia afloran inesperados atisbos de comedia.  La facilidad con la que surgen los brotes de humor (negro, pero humor al fin y al cabo) deja al espectador favorablemente impresionado, y por ello capaz de entregarse sin resistencia a los hábiles tejemanejes de McDonagh.  El guión, que bebe no sólo de las fuentes de los Coen sino también de cierta corriente tragicómica explorada por Capra, Ford e incluso Allen, es capaz de reproducir secuencias de la vida cotidiana pero revistiéndolas de unas dosis extra de ironía y cinismo o de ternura y compasión, según el caso, servidas mediante unos diálogos aparentemente simples pero extraordinariamente eficaces.  Muchas veces me gusta reivindicar la importancia del diálogo en una creación literaria, y los que escribe McDonagh no tienen que ver nada con los que caracterizan a Aaron Sorkin, de quien hace unos días comentaba su libreto para “Molly’s Game”;  mientras los de Sorkin son una constante explosión de inventiva y genialidad, los que enriquecen “Tres anuncios en las afueras” aspiran a reflejar la llana naturalidad de lo corriente.  Pero me atrevería a afirmar que el aspecto del excelente guión de la película que más me cautivó fue la maravillosa creación de personajes, todos ellos con su propia alma y su propia voz, con peso específico en la trama, y caracterizados con apenas una afortunada pincelada.  También ayuda, y no poco, la sublime dirección de actores de McDonagh, que logra unas extraordinarias composiciones no sólo del estupendo trío protagonista (Frances McDormand, incomparable;  Woody Harrelson, entrañable;  Sam Rockwell, memorable) sino de prácticamente todos los miembros del elenco, desde la flamante nueva compañera del ex-marido hasta el pretendiente enano al que borda el gran Peter Dinklage de la serie “Juego de Tronos”, pasando por el dentista, el cura, la viuda del sheriff, el empleado de la agencia de publicidad o el pegador de carteles.

Si a todos los méritos de guión e interpretación hasta ahora reseñados, añadimos una dirección de corte clásico, una banda sonora llena de melancolía pero que jamás roba protagonismo y una espléndida fotografía, concluiremos que “Tres anuncios en la afueras” no es sólo una seria favorita a alzarse con los Oscars principales de la próxima edición (sus cuatro Globos de Oro recién conquistados son un buen aval), sino también y sencillamente una de las mejores películas estrenadas en los últimos años.  Una película absolutamente recomendable para todos aquéllos que saben que el Cine es mucho más que efectos especiales, explosiones y aventuras super heroicas.

Luis Campoy

Lo mejor:  el guión, en el que todos los personajes son memorables y se combinan a la perfección el drama y el humor;  la dirección de actores,  la interpretación del trío protagonista
Lo peor:  nada
El cruce  “Fargo” + “El hombre tranquilo”

Calificación:  9 (sobre 10)

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