Con el paso del tiempo, he
aprendido que el impacto real que te causa una película no lo asimilas al
instante, sino una vez transcurridas unas horas o, mejor aún, unos días. Es entonces y sólo entonces cuando se es
capaz de analizarla más objetivamente, una vez roto el vínculo emocional que, al
encenderse la luces de la sala, está aún en su punto más álgido… Con respeto a “madre!”, la nueva película de
Darren Aronofsky, probablemente si hubiera escrito esta crítica a las 20:00
horas del pasado viernes, estoy seguro de que no hubiera dicho lo mismo que
ahora voy a expresar…..
Una mujer joven y su marido, ya
maduro, viven en una enorme casa en mitad de un bosque. Ella se ocupa de la restauración de la
vivienda, y él es un poeta que busca inspiración para volver a crear. Un día, reciben la visita de unos visitantes
inesperados y, a partir de ese momento, empiezan a sucederse una serie de acontecimientos
que convertirán su aparente paraíso en un auténtico purgatorio…
Últimamente, estoy adquiriendo la
sana costumbre de afrontar determinadas películas desde la más virginal
desinformación. De “madre!” no conocía
prácticamente nada, a excepción de su director y reparto, y creo que fue por eso
que recibí una monumental sorpresa y el impacto devastador de un puñetazo en el
estómago… que me dejó sin respiración.
Darren Aronofsky es un director neoyorquino
de 48 años de edad, que saltó a la fama inmediata con su primera película “Pi:
Fe en el caos” y que, desde entonces, a base de sucesivas empanadas mentales y
provocaciones varias, se ha labrado una carrera en la que destacan sus dos
últimas producciones, “Cisne negro” y “Noé”.
Con “madre!”, Aronofsky retoma el formato de thriller de “Cisne negro” y
le insufla la mística religiosa de “Noé”, dando lugar a una obra que, con toda seguridad, disgustará a
muchísima gente, al tiempo que logrará que unos pocos la amen apasionadamente. La inocencia casi virginal de una límpida
Jennifer Lawrence la convierte en la perfecta heroína, capaz a duras penas de
defender su hogar y su matrimonio ante la intrusión de una serie de personajes a
cada cual más ominoso e inquietante. Mas
la peripecia de la joven aspirante a madre, siendo realmente desasosegante, poco
a poco va evidenciando que esconde un sinfín de impactantes metáforas
religiosas basadas en los textos sagrados del cristianismo.
Visualizada con una estética
bellísima y logrando unas extraordinarias interpretaciones de Jennifer
Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris y Michelle Pfeiffer, “madre!” logra que el
espectador pase un mal rato inolvidable…
para bien o para mal. Su
apariencia de film de terror, los inevitables sustos que no hacen sino
confundir y su (previsible) revelación final son sólo algunos de los
ingredientes de un cocktail de terrible y dolorosa degustación, un poema
macabro cuyos versos nacen de conocidos pasajes de la Biblia y el Nuevo Testamento,
en una evocación muy poco sutil que tiene como punto álgido una secuencia
terriblemente indescriptible de la que es imposible abstraerse, ni siquiera al
cabo de varios días. “madre!” es tan
brillante en su puesta en escena como cruel y brutal en su temática, y su
propósito es aferrar al espectador por las tripas y retorcérselas con saña una
y otra vez. Prueba de que no es apta
para todo tipo de públicos son las calificaciones negativas que ha obtenido en
diversas páginas de internet o los silbidos y abucheos que la acompañaron en su
exhibición en el reciente festival de Venecia.
Cuando yo salí del cine, escribí que no estaba seguro de si acababa de
ver “una genial obra maestra de autor, o una estupidez histriónica llena de
simbolismos absurdos y gratuitos”. Hoy,
sin duda, me inclino mucho más por la primera opción.
Luis Campoy
Lo mejor:
la puesta en escena, Jennifer Lawrence, la osadía de crear una obra
única y provocadora
Lo peor:
la crueldad con la que golpea al espectador, la simpleza de su mensaje
final
El cruce:
“La semilla del diablo” + “La visita” + “Déjame salir”
Calificación: 8,5 (sobre 10)
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