Tú
también flotarás…
Era uno de los libros más
voluminosos que había leído, pero de inmediato se convirtió en uno de mis
favoritos… Cuando terminé “It (Eso)” de
Stephen King, allá por mayo de 1987, tuve la sensación de que, más que una
simple novela, acababa de disfrutar una obra maestra del género terrorífico,
una gran obra literaria. Por aquel
entonces, ya había leído otros relatos de King (“Carrie”, “Insólito esplendor”
alias “El resplandor”, “La zona muerta” o “Cujo”), pero el estilo y la amalgama
de recursos exhibidos en “It” me hicieron profesar una mucho mayor admiración
hacia el escritor oriundo de Maine, Estados Unidos…
Bajo su apariencia de pueblecito
tranquilo e idílico, la localidad norteamericana de Derry esconde un terrible
secreto: cada 27 años, una entidad
maligna que adopta la forma de un payaso surge de entre las sombras y perpetra
el secuestro y asesinato sistemático de decenas de niños y adolescentes, sin
que las autoridades locales hayan podido dar jamás con el asesino. Sólo un grupo de siete chicos (seis niños y
una niña), conocidos como “El club de los perdedores” serán capaces, afrontando
sus miedos más profundos, de enfrentarse al diabólico payaso que les ha
aterrorizado durante todo el verano…
Como la mayoría de los libros de
Stephen King, “It” fue llevado a la pantalla en 1990, si bien la pantalla en
cuestión no fue la grande, la de los cines, sino la pequeña, la doméstica, la que
presidía (y preside) la estancia principal de todos los hogares del mundo
mundial. En concreto, se trató de una
miniserie compuesta por dos capítulos de una hora y media cada uno que dirigió
un tal Tommy Lee Wallace, conocido por haberse ocupado de dos infumables
secuelas, “Halloween 3” y “Noche de miedo 2”, ninguna de ellas digna de mucha
consideración. Wallace realizó una
adaptación bastante fiel del libro, manteniendo su misma estructura temporal
(que alterna dos épocas, la niñez y la edad adulta de los personajes), y
contando con un reparto en el que destacaban los televisivos Richard Thomas (“Los
Walton”), John Ritter (“Apartamento para tres”) y Harry Anderson (“Juzgado de
guardia”), además del histriónico Tim Curry, responsable de causar no pocas
pesadillas a los infantes de la época gracias a su interpretación del maléfico
payaso Pennywise.
La idea de realizar una
adaptación de “It” para el cine venía rondando los despachos de Hollywood desde
hacía mucho tiempo, habiéndose casi concretado una película que iba a dirigir
el realizador de la primera temporada de “True Detective”, Cary Fukunaga. Sin embargo, a última hora los ejecutivos de
Warner Bros. parecieron desconfiar de la visión de Fukunaga y le reemplazaron
por el más maleable Andrés “Andy” Muschietti, argentino y responsable de la
estimable “Mamá”. Utilizando en parte el
guión que había co-escrito el defenestrado Fukunaga, Muschietti traslada la
parte infantil del relato de los años 60 a finales de los 80, y opta por llevar
a cabo apenas una adaptación parcial del libro, que se ciñe a los hechos que
acaecen cuando los protagonistas son niños (si bien, dado el monumental éxito en
taquilla que está obteniendo la película objeto de este comentario, los productores ya han
anunciado la puesta en marcha de un “Capítulo Dos” en el que se narrará el
resto de los acontecimientos imaginados por Stephen King).
Nunca he sido fan de la miniserie
de 1990, de la que sólo destacaría la interpretación del citado Tim Curry y la
ambientación sesentera en la que los pequeños protagonistas viven su aventura
iniciática. Cuando la acción se
trasladaba a los años 90, en más de una ocasión sufrí vergüenza ajena,
abochornado por lo ridículo de algunas situaciones y lo desfasado de algunos
efectos especiales que, involuntariamente, daban más risa que miedo. Sin embargo, tengo que reconocer que la
versión recién estrenada de Andy Muschietti me ha encantado. La reconstrucción de los últimos años ochenta
es primorosa, merced a una fotografía que sabe hacer poesía incluso del
horror. El guión (que, al ser actualizado
debido al cambio de década en que se sitúa, ha sufrido significativos cambios)
consigue dotar de vida propia a los jovencísimos protagonistas, luciendo además
unos estupendos diálogos que resultan del todo creíbles. La dirección de Muschietti es bastante competente,
dosificando los (abundantes) sustos sin olvidar que el relato no deja de ser
una historia iniciática en la que despuntan la amistad y el primer amor. En cuanto a la interpretación, el reparto
alcanza estimables cotas en las composiciones de Sophia Lillis, la nueva Lolita made in Hollywood (Beverly), Jaeden Lieberher (Bill) y Finn Wolfhard, de la serie de culto "Stranger Things" (Richie), amén
del siniestro payaso Pennywise al que en esta oportunidad de vida Bill
Skarsgard.
No revolucionará el género del
terror (ni lo pretende), no os llevará al punto límite de un horror
insoportable (ni lo necesita), pero “It” sin duda os hará pasar un buen mal
rato sin sentiros ofendidos en vuestra inteligencia, lo cual es un hito raro de
asimilar hoy en día.
Luis Campoy
Lo mejor:
la ambientación, los siete Perdedores, con especial mención a la
pizpireta Sophia Lillis
Lo peor:
los cambios con relación a la novela de Stephen King
El cruce:
“Cuenta conmigo” + “Stranger Things” + “Expediente Warren”
Calificación: 8,5 (sobre 10)
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