PÍLDORAS DE CINE - Abril 2017
Semana Santa: vacaciones, procesiones… y, cada vez menos, devoción y fe. La fe que llevamos años y años propugnando en
este blog es la que se profesa a la vida, al ocio y, especialmente, al cine,
ese Séptimo Arte que se disfruta mejor cuando se toma en píldoras, ¡píldoras de
cine!
“LIFE (Vida)”
Hace ya meses que salieron los
primeros trailers de “Life”, y los primeros comentarios apuntaban a que se
trataba de una enésima actualización de “Alien”, aquí conocida como “El octavo
pasajero”. Más recientemente, algún
iluminado insinuó que nos hallábamos ante una especie de precuela de “Venom”,
esa adaptación del villano de los comics arácnidos que Sony planea llevar a
cabo. Finalmente no ha sido así, pero sí
existen evidentes concomitancias con la celebradísima película de Ridley
Scott. De aquélla toma el entorno
espacial, la irrupción de una especie alienígena hostil y el tratamiento de
terror angustioso que reviste la trama.
Eso sí, por alguna razón los personajes, sus motivaciones y su
interacción me pareció tan poco interesante que durante los primeros 15 ó 20
minutos bostecé espacialmente. Por
fortuna, el director sueco-chileno Daniel Espinosa consigue retomar el pulso en
cuanto se desata la acción, y el resto del film es un entretenido thriller que
a ratos remite también a “Prometheus” y en otros momentos a “The Martian”… todas ellas del maestro Ridley Scott; ¿casualidad…?
En cuanto a los actores, pocas veces he visto tan fuera de lugar a mi
adorado Jake Gyllenhaal, siendo una estupenda Rebecca Ferguson la que sale
mejor parada de este al cabo simpático divertimento que finaliza con un final
lo suficientemente abierto como para dar pie a sucesivas secuelas…
Calificación: 7 (sobre 10)
“POWER RANGERS”
Recuerdo haber visto algunos
episodios de la serie televisiva “Power Rangers” hace ya bastantes años, y mi
actitud oscilaba entre la burla descarada y la fascinación infantil hacia un
producto en el que lo cutre adquiría auténtica relevancia y la amistad se
ensalzaba de manera heroica. Esas son
también las claves de la película que ha dirigido Dean Israelite, y que, dadas
mis inexistentes expectativas, me sorprendió gratamente. Para empezar, los productores parecían tan
convencidos del éxito de este film, que, seguros de que se trata del inicio de
una prometedora franquicia, han reservado la acción pura y dura para el último
tercio, dedicando la mayor parte del metraje a presentarnos con tranquilidad a
los personajes . Este insospechado mimo
en la caracterización de los protagonistas se traduce en un aceptable retrato
juvenil de cinco muchachos poco convencionales que además representan a
diversas etnias e incluso a diversas sexualidades. Nuevamente, la amistad que va surgiendo entre
ellos es el primer foco de interés, y así el espectador (incluso el más reacio)
es partícipe de cómo unos chavales ordinarios se convierten en una especie de
superhéroes destinados a proteger a la Tierra de una terrible amenaza… grotesca y cutre como en la televisión, pero
terrible al fin y al cabo. Porque la
última media hora de “Power Rangers” es un desacomplejado divertimento en el
que se suceden los mamporros, las carreras y los rayos, sólo que uno ya ha
empatizado tanto con los héroes que se les perdona de sobras las ingenuidad de su
inofensiva pero espectacular batalla decisiva.
Calificación: 7 (sobre 10)
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