MINI-PÍLDORAS DE CINE (Noviembre 2016)

Llega Noviembre y ya han quedado atrás la polémica Hispanidad, el polémico Halloween importado de los USA e incluso la polémica “cobra” de Bisbal a Chenoa.  Es un buen momento para hablar de cine, o mejor, para tomar nuestra habitual ración de cine en píldoras…

LA NOVIA
Suelo decir que, para disfrutar una película, es conveniente saber qué es lo que vas a ver;  así, nos ahorraríamos perder el tiempo con productos que no nos interesan o que simplemente no se adecúan a nuestros gustos o necesidades.  En concreto, si uno es admirador declarado de la obra de Federico García Lorca y espera una adaptación canónica y fiel de su gran “Bodas de sangre”…  mejor que ni se acerque a ver “La novia”.  Porque lo que hace la película de Paula Ortiz es aprovechar el hilo argumental de la pieza lorquiana para crear un espectáculo de pirotecnia audiovisual en la que lo importante no es el fondo sino la forma.  ¡Y qué forma!  Vuelvo a insistir en que el séptimo arte es un compendio de los otros seis, pero lo que realmente le caracteriza es la imagen.  Para muchos creadores, la película ideal sería aquélla en la que las imágenes lo contasen todo, sin tener que recurrir a los peajes de las palabras y los diálogos.  El film que nos ocupa no es ni mucho menos ideal, pero sí cumplió (y rebasó) todas mis expectativas.  La fotografía, la composición de planos, el montaje y el sonido me parecieron excepcionales, así como la música del japonés Shigeru Umebayashi.  Inma Cuesta está apasionada y apasionante, Asier Etxeandía correctito pero desaprovechado, y los secundarios Luisa Gavasa y Carlos Alvarez-Novoa (fallecido poco después de finalizar el rodaje) dan lo mejor de sí;  al melenas Alex García le recetamos lo mismo que a Mario Casas: un curso intensivo de dicción y fonética.  El Teatro Guerra de Lorca acogió la exhibición de esta película rescatada por el simpar Cine Club Paradiso.
Calificación:  7 (sobre 10)

DOCTOR STRANGE
Nunca me gustó el Doctor Extraño.  O sea, el diseño del personaje me encanta, con esa barbita entrecanosa y esa preciosa capa roja, pero sus aventuras caleidoscópicas a través de universos lisérgicos y multicolores me parecían de lo más aburridas.  Sin embargo, hay que reconocer que Disney/Marvel suele saber a la perfección cómo trasladar a la pantalla sus productos.  “Doctor Strange”, la película, respeta las claves de la historieta pero le confiere un acabado visual que combina la fantasía de “Más allá de los sueños” con la imaginería arquitectónica de “Origen”.  Supongo que, para no abusar del componente estrictamente mágico, es por lo que se han metido con calzador tantas escenas de combate cuerpo a cuerpo;  jamás pensé que unos hechiceros tuvieran que estar tan en forma como para pasarse media película corriendo de acá para allá.  En la parte interpretativa, hay que reconocer que, con Benedict Cumberbatch al frente del reparto, la mitad del camino ya está andado.  El londinense es sin duda uno de los mejores actores de la actualidad, y está en un permanente estado de gracia en el que es capaz de mimetizarse en cada nuevo personaje.  Chapeau!  Chiwetel Ejiofor y Tildas Swinton le acompañan, y Mads “Hannibal” Mikkelsen se esfuerza por hacer creíble a un villano demasiado esquemático.  A destacar los efectos visuales, un paso más allá en todas las direcciones, demostrando que todavía es posible la magia en la pantalla (nunca mejor dicho).
Calificación:  7,5 (sobre 10)

EL CONTABLE
Desgraciadamente, los trailers suelen contar demasiado de una película:  revelan sus mejores momentos, destripan sus diálogos más afortunados y, lo que es peor, muestran sin tapujos cuál va a ser su tono, su idiosincrasia.  En el caso de “El contable”, me llevé una grata sorpresa al comprobar que, además de desarrollarse según los parámetros argumentales recogidos en los avances, se detenía con la suficiente parsimonia en un aspecto que para mí es muy interesante:  la descripción del autismo.  El protagonista, encarnado por Ben Affleck, padece un autismo muy acusado, para cuya superación se ha entregado a las artes intimidatorias de la defensa personal.  Al mismo tiempo, la particularidad de sus pautas cerebrales le lleva a poseer un dominio rocambolesco sobre las matemáticas.  Tan compleja personalidad de lugar a una película bastante entretenida que, como digo, retrata el autismo…  y la manera en la que NO hay que afrontarlo.  Un hierático Ben Affleck, aún con más cara de palo que de costumbre, encarna al protagonista, apoyado por dos secundarios de auténtico lujo:  el siempre magistral J.K. Simmons y una sensible Anna Kendrick, quien sin embargo resulta poco creíble como interés sentimental del contable asesino.
Calificación:  7 (sobre 10)


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