Cine actualidad/ “LA CHICA DEL TREN”
Suspense
ferroviario
Publicada en 2015, la novela “La
chica del tren”, de la escritora inglesa Paula Hawkins, llegó a vender, en el Reino
Unido, un ejemplar cada 16 segundos. Su
éxito fue, simplemente, arrollador, impulsado por el fervor del boca a boca de
los lectores (que la ensalzaron a través de Twitter y Facebook) y desafiando la
opinión de los críticos más sesudos, que llegaron a tacharla de “basura”. El caso es que, ante uno de estos
best-sellers tan incuestionables, las productoras de cine hacen cola con vistas
a hacerse con sus derechos para la pantalla, y, apenas un año después de su
lanzamiento en papel, ya tenemos en nuestras salas la correspondiente película.
Rachel es una mujer con graves problemas
de alcoholismo, a la que su marido ha abandonado para formar otra familia. Sola y decepcionada, Rachel toma cada día el
mismo tren a la misma hora, y, mientras está detenida, mira desde la ventana de
su vagón e imagina cómo será la vida de una pareja a la que supone idílica y
feliz. Pero, como es natural, las
apariencias engañan considerablemente…
No he leído la novela de Paul
Hawkins, aunque he investigado un poco y las reseñas hablan de un par de
diferencias significativas entre libro y película. Para empezar, la heroína literaria es una
mujer gris y poco atractiva, mientras que en el film la protagonista es nada
menos que Emily Blunt, una de las actrices más guapas de los últimos años. Por otro lado, me cuentan que la estructura
narrativa del relato peca de un exceso de linealidad, mientras que en la
versión al cine abundan los flashbacks más imprevistos y alevosos. Precisamente ésto fue lo que me descolocó
desde el principio, sumiéndome en un vórtice de ignorancia y extrañeza del que
me costó casi una hora recuperarme.
La película comienza narrando la
deprimente vida de Rachel, y de repente empiezan a aparecer personajes que uno
no sabe muy bien quiénes son y qué pintan en todo ese tinglado. Además, por alguna extraña razón, el director
de casting ha considerado divertido o necesario introducir a dos actrices de
aspecto físico y complexión idénticos,
de modo que el pobre espectador no tiene más remedio que preguntarse: “Pero ¿qué y quienes son esas señoritas? ¿Hermanas?
¿Primas? ¿Amigas y residentes en
Nueva York?”. La sensación de no saber
de qué iba todo aquel asunto, de que me estaban tomando el pelo con una trama
rocambolesca en la que la acción iba constantemente hacia delante y hacia atrás
me desesperó y me llegué a plantear seriamente abandonar la sala. Por fortuna, tuve un poco de paciencia y,
repentinamente (gracias a que hice trampas y consulté la trama del libro en la
Wikipedia), comencé a comprender y entender, lo que me hizo finalmente apreciar
e incluso disfrutar.
Me parece muy, pero que muy
arriesgada la apuesta del director Tate Donovan (“Criadas y señoras”) al narrar
la película de un modo que sólo complacerá a los conocedores del libro y que confundirá
al resto de los mortales. Con todo,
parece que los resultados en taquilla no han sido del todo malos, y ello se
debe no tanto a la convencional trama de misterio como al buen hacer de un
reparto en el que brilla con luz propia una oscarizable Emily Blunt, quien
realiza la mejor interpretación de su carrera.
La acompañan Rebecca Ferguson, Haley Bennett, Luke Evans, Justin Theroux
y Edgar Ramirez, todos ellos correctos y entregados a un thriller alcohólico
que, si se le presta un poco de paciencia, regala un desenlace inesperado.
Luis Campoy
Lo mejor:
Emily Blunt, directa al Oscar
Lo peor:
el galimatías narrativo de los primeros cuarenta minutos; el ¿intencionado? juego de equívocos entre
Rebecca Ferguson y Haley Bennett
El cruce:
“La ventana indiscreta” + “Extraños en un tren” + “Perdida”
Calificación. 6 (sobre 10)
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