Cine actualidad/ “EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS”
El espía
que surgió de la cutrez
En 1995, el ex-director de la
Guardia Civil Luis Roldán fue detenido en Tailandia tras permanecer huído un
año, acusado de malversación y hurto. Al
parecer, fue un espía al servicio del CESID, Francisco Paesa, quien ocultó y
posteriormente traicionó a Roldán, quedándose con los 1.800 millones de pesetas
que éste había acumulado en concepto de comisiones. “El hombre de las mil caras” es la historia
de cómo Paesa fue capaz de engañar a Roldán y, de paso, a su familia, amigos… y a toda España.
El recibimiento crítico a “La
isla mínima” (2014) fue tan positivamente unánime que su director, Alberto
Rodríguez, tenía el listón muy alto a la hora de embarcarse en una nueva aventura
cinematográfica. Títulos como “7
vírgenes” o “Grupo 7” ya quedaban muy atrás, y su reputación exigía un proyecto
ambicioso y complejo. Tras barajar otras
opciones, Rodríguez se decidió por centrarse en una adaptación del libro “Paesa,
el espía de las mil caras” de Manuel Cerdán, un apasionante relato periodístico
sobre aquellos años 90 en los que todavía era posible que personajes como
Francisco Paesa o Luis Roldán camparan a sus anchas por España y el mundo
mundial.
Realizando algunos cambios
sustanciales al libro (por ejemplo, el protagonismo otorgado al piloto Jesús
Camoes, alter ego de Jesús Guimerá, hombre de confianza de Paesa y que aquí se
erige en narrador de la historia), Rodríguez se basa en títulos míticos como “Todos
los hombres del Presidente” para narrar con estilo de thriller una trama
compleja en la que el aburrimiento nunca hace acto de presencia y, por el
contrario, la tensión está hábilmente conducida y enriquecida con acertados
toques de humor.
Eduard Fernández, excelente como
siempre, crea un Paesa carismático y casi tierno que nos va sorprendiendo
escena tras escena; serio candidato al
Goya. José Coronado, hiperactivo a los
59 años, es el piloto Jesús Camoes, narrador y personificación del
espectador; el murciano Carlos Santos personifica
a Luis Roldán, algo así como el ladrón robado, que paga muy cara su confianza
en el embaucador Paesa; y Luis Callejo
(recientemente visto en “Tarde para la ira”) personifica al superministro Juan
Alberto Belloch, otro de los damnificados por las mentiras hiperrealistas de
Paesa.
Ya desde el principio me cautivó
la fotografía y la ambientación de la película, capaz de reconstruir a las mil
maravillas una época que todos recordamos con nitidez. Narrada con una habilidad endiablada y capaz
de resultar apasionante hasta para quien desconozca totalmente los sucesos
narrados, “El hombre de las mil caras” se merece mucha más repercusión
comercial de la que está teniendo, quizás porque el público adepto al cine
español continúa prefiriendo las risotadas descerebradas de “Cuerpo de élite”. Qué triste.
Luis Campoy
Lo mejor:
Eduard Fernández, la fotografía, la ambientación, el guión
Lo peor:
que no tenga la acogida popular que se merece
El cruce:
“Todos los hombres del Presidente” + “El topo” + ·”Sospechosos
habituales”
Calificación: 9 (sobre 10)
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