Cine actualidad/ “LA BRUJA”
El terror
de lo sugerido
He dicho muchas veces en esta
misma página que una de las claves para poder disfrutar una película (o una
obra de teatro, o un disco, o un libro…) es estar más o menos preparado para lo
que se va a obtener. En el caso concreto
del Séptimo Arte, y dejando aparte algunas muy raras y maravillosas excepciones,
no saber lo que se va a ver genera habitualmente una frustración difícil de
superar…
Ayer, cuando comentaba las
cualidades que hallé en mi visionado de ”La Bruja”, mi amigo Pablo contestó
textualmente: “Qué raro, porque a mí
todos los que la han visto me han dicho que es malísima”. Evidentemente, los contertulios de mi amigo
habían acudido al cine pensando encontrar una película… y habían hallado otra
muy distinta.
Nueva Inglaterra, siglo XVII. Una familia de puritanos tan puritanos que
son expulsados de su comunidad, se instala en un bosque alrededor del cual se
han tejido decenas de historias sobrenaturales.
Pronto sucederán hechos difícilmente explicables que les harán pensar
que el mismísimo Diablo les acecha muy de cerca…
Al igual que sucediera hace ya
algunos años con “El proyecto de la Bruja de Blair” (con la que guarda ciertas
concomitancias), “La bruja” viene precedida de una cierta fama que se concreta
en frases como “La mejor película de terror de la última década” y otras por el
estilo. He aquí el problema. Si uno entiende que “la mejor película de
terror” es aquélla en la que hay más apuñalamientos, decapitaciones, sustos,
golpes de efecto, monstruos y torrenciales ríos de sangre, desde luego está
apañado. Ahora bien, para quien piense
que una buena película (ya sea de terror o del género que sea) es la que
contiene la mejor ambientación, el mejor diseño de producción, el mejor vestuario
y, por encima de todo, la mejor fotografía, “La bruja” será todo un regalo y
una auténtica gozada.
Robert Eggers, de 33 años, es el
guionista y director de “La bruja”, que además es su ópera prima. Para Eggers, el terror no sólo se halla en un
bosque lóbrego, en una noche llena de ruidos o en una cabra que unos niños
dicen que habla. El verdadero terror
tiene un carácter mucho más cotidiano y se halla en los prejuicios de quienes se
toman la religión al pie de la letra, de quienes se saben de memoria cada pasaje
de la Biblia y obligan a los demás a memorizarlos también, de los que son
capaces de creerse a pies juntillas que un recién nacido se halla contaminado
por algún tipo de pecado y que las formas de redimirle pueden ser castigarle,
torturarle o directamente matarle. Ese es
el verdadero terror que se deja ver en “La bruja”, que realiza una crítica
sutil y poética de los fanatismos y de cómo la represión puede acabar
provocando el triunfo del demonio de lo reprimido.
Terror de índole psicológica,
terror de atmósfera y de ambiente, “La bruja” también se deja llevar en algunos
momentos por algunas mínimas concesiones a la galería que constituyen,
precisamente, sus mayores debilidades. Cuando
Eggers se olvida de que su film está vinculado a un subgénero en el que lo
sugerido tiene mucho más poder que lo mostrado, presenciamos un par de escenas
que chirrían innecesariamente, amén de un final que no sólo bordea sino que
sobrepasa las fronteras de lo ridículo. Pero
nada de ésto puede empañar las inmensas virtudes de una maravillosa fotografía captada
con luz natural (magistral Jarin Blaschke) o un elenco de lo más acertado en el
que sobresalen Ralph Ineson y Kate Dickie (ambos procedentes de la serie “Juego
de tronos”) y muy especialmente su magnética protagonista, la bella y
misteriosa Anya Taylor-Joy, uno de los mayores aciertos de casting de los
últimos años.
Luis Campoy
Lo mejor: la fotografía, la
ambientación, la protagonista Anya Taylor-Joy
Lo peor: las (pocas) escenas
de terror físico, la perplejidad del público ante un film que les cuesta
aceptar o entender
El cruce: “El proyecto de la
bruja de Blair” + “El crisol” + “El bosque”
Calificación: 8 (sobre 10)
Comentarios