Cine actualidad/ "EL LIBRO DE LA SELVA"
Asombrosa
selva pixelada
Recuerdo vagamente el día en que
mis padres me llevaron a ver “El libro de la selva” de Disney, allá por 1968,
en mi Alicante natal. Tendría yo unos 4
ó 5 años por aquel entonces, y lo que me cautivó fue sobre todo la ambientación
en aquella hermosa jungla bidimensional, que al principio era tan húmeda y
sinuosa que me hizo experimentar una vaga sensación de temor…
De un tiempo a esta parte, los
jerifaltes de Walt Disney Productions, no conformes con sus películas de
dibujos animados (ahora digitales… signo de los tiempos), con sus producciones
propias para toda la familia y con la explotación de los catálogos de Marvel y
Lucasfilms, han comenzado a trasladar a imagen real su propio acervo
animado. Títulos como “Alicia en el País
de las Maravillas” (Tim Burton), ”Maléfica” (Robert Stromberg) y la estupenda “La
Cenicienta” (Kenneth Branagh) no hacen sino confirmar una tendencia que no
tiene visos de extinguirse y que nos acaba de proporcionar una de las sorpresas
(agradables) del año.
Por si alguien no lo sabe,
recordaremos que “El Libro de la selva” (basada en "El libro de las tierras vírgenes" de Rudyard Kipling) narra la historia de Mowgli, un niño
que, perdido en la jungla de la India, es criado por una familia de lobos,
hasta que la amenaza de un malvado tigre le obliga a emprender una huída hacia
adelante en la que le acompañarán una pantera algo gruñona (Bagheera) y un
carismático y entrañable oso (Baloo).
Junto a estos estupendos amigos, Mowgli conocerá a una sensual serpiente
(Kaa), al coronel de la patrulla de elefantes (Hathi) y al líder de los simios
antropomórficos (Rey Louie), empeñado en que el “cachorro humano” le revele el
secreto de cómo los hombres son capaces de encender fuego…
Este nuevo “Libro de la Selva”
rodado en (aparente) imagen real ha corrido a cargo de Jon Favreau, actor
reciclado en director y que ha realizado películas como “Zathura”, “Iron Man 1
& 2” o “Chef”, en algunas de las cuales también ejercía funciones
interpretativas (sin ir más lejos, era el orondo guardaespaldas de Tony Stark
en las dos primeras películas del hombre de Hierro). La sorpresa a la que me refería anteriormente
tiene que ver con el inesperado nivel de magia y fascinación que Favreau ha
logrado en su ambiciosa apuesta.
Ambiciosa, porque el 95 % de los paisajes y personajes que vemos en
pantalla han sido generados por ordenador, por decisión expresa de Favreau
(sólo Mowgli, encarnado por el niño Neel Sethi es real y tangible). Normalmente soy muy crítico con el uso
abusivo de la tecnología, pero hay que reconocer que en este caso hay que
descubrirse ante una naturaleza infográfica que a todas luces parece
maravillosamente real.
La poesía, la fascinación, la
aventura, la amistad y el terror transitan por “El Libro de la Selva” de principio
a fin, respaldados por nombres como el del director de fotografía Bill Pope o
el compositor John Debney, quien, además de componer una excelente banda
sonora, ha tenido el acierto de recuperar las dos canciones de la película de
dibujos animados que todos recordamos: “Busca
lo más vital” y “Quiero ser como tú”. En
el terreno vocal, yo ví la película en versión doblada, de modo que no pude
disfrutar de la aportación de Bill Murray, Ben Kingsley, Scarlett Johansson,
Christopher Walken o Idris Elba, aunque hay que reconocer que Antonio Villar,
Mario Gas, Inma Gallego, Juan Atonio Gálvez y Héctor Garay cumplen con creces
su cometido.
Experiencia audiovisual de primer
orden (aún más disfrutable en 3D), “El Libro de la Selva” proporciona uno de
los momentos más agradables que pueden vivirse últimamente en una sala de cine,
sobre todo si uno va acompañado de su familia.
Luis Campoy
Lo mejor:
la selva digital, que roza la perfección
Lo peor:
nada
El cruce:
“El Libro de la Selva” (dibujos animados) + “Greystoke”
Calificación: 8,5 (sobre 10)
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