Un
mercenario bocazas, violento… y muy divertido
“Deadpool” es una carta de amor a
los fans del comic creado por Fabian Nicieza (guión) y Rob Liefeld (dibujo). Una carta de amor y una súplica de perdón por
el desastre acaecido en la fallida “X-Men Origenes: Lobezno“.
Cuando Deadpool (Masacre en
España) irrumpió en los tebeos de Marvel Comics allá por 1991, la editorial no
estaba preparada para un personaje así:
deslenguado, malhablado, violento, amoral… No obstante, los textos y sobre todo los diálogos
pergeñados por Nicieza describían a alguien que, a pesar de todo, enseguida
acababa provocando la sonrisa y, por ende, la simpatía de los lectores. Muy pronto, el llamado “Mercenario bocazas”
contó con serie propia y se codeó con los pesos pesados del universo marvelita
(especialmente con los mutantes y Spiderman), de modo que a muchos nos llenó de
satisfacción el anuncio de que sería uno de los invitados de honor de Hugh
Jackman en la referida “X-Men Origenes: Lobezno“. Sin embargo, a algún iluminado se le ocurrió
la fantástica idea de que lo más adecuado era que aquel Masacre sui géneris (al
que daba vida un perdidísimo Ryan Reynolds) debía aparecer sin su característico
traje rojo y, lo que es peor en alguien que se caracteriza por su imparable
verborrea, mudo y con los labios cosidos.
Un auténtico despropósito, que se pegó el batacazo que se merecía.
Siete años después, y contando
con el actor Ryan Reynolds también en tareas de productor, Deadpool tiene una
segunda oportunidad en el cine… que esta
vez no ha desaprovechado. El propio
Reynolds, devoto admirador del personaje, ha dedicado estos años de su vida a
levantar este largometraje que, como decía al principio, es a la vez una disculpa
pero sobre todo, una ferviente declaración de amor. Y hay que reconocer que la cosa tiene su
mérito, ya que, para poder ser fiel a la esencia del viejo Wade Wilson
(identidad civil de Deadpool), la película ha sido calificada como “R” (Restricted)
debido a las abundantes dosis de violencia y lenguaje soez.
Queda claro que “Deadpool” no es
(o no debería ser) una película para niños, pero los adolescentes y los adultos
sin prejuicios y con muchas ganas de pasarlo bien, la disfrutarán de lo
lindo. Puede que, juzgándola fríamente,
sus evidentes carencias presupuestarias (razón por la cual su mastodóntica
recaudación la ha convertido en el gran sleeper de estos últimos años) y la
simplicidad de su guión (en el que sólo brillan, ¡y de qué manera! los apabullantes
e ingeniosísimos diálogos a cargo del protagonista), dejen un poco que desear, pero el sólo hecho de su
existencia, de su transgresora irreverencia, hará que los amantes del noveno
arte se lo pasen pipa. Destacar por
último la entregada composición de Ryan Reynolds, indudable alma mater del
proyecto, al que arropan unos muy efectivos Morena Baccarin, Ed Skrein y Gina
Carano.
PD: Hay escena post-créditos, luego no digáis que
no estáis advertidos…
Luis Campoy
Lo mejor:
los diálogos y, en general, la valiente fidelidad al espíritu del
personaje
Lo peor: se le notan un poco las limitaciones presupuestarias
y de guión
El cruce: “Kick-Ass” + “Wanted” + “Commando”
Calificación: 8 (sobre 10)
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