Cine actualidad/ "PALMERAS EN LA NIEVE"

Memorias de Guinea

“Tenía una plantación en Africa, al pie del pico de Santa Isabel…”  A nadie le hubiera extrañado que ésas fuesen las primeras palabras que recitase la voz en off con la que se abre “Palmeras en la nieve”, un honorable intento de la cinematografía española por aproximarse al drama épico cuyo paradigma es la inolvidable “Memorias de Africa” del desaparecido Sydney Pollack.  Pero lo cierto es que nuestra historia no transcurre en Kenya, sino en la vieja colonia de Fernando Poo, ubicada en el corazón de Guinea Ecuatorial…

A principios de la década de los cincuenta del pasado siglo, el joven Kilian, acompañado por su hermano Jacobo, emprende viaje hacia Guinea, donde su padre lleva algunos años a cargo de una plantación de cacao.  En una hermosa y sensual Fernando Poo en la que empiezan a soplar vientos de cambio, Kilian estrechará lazos con los españoles allí residentes y, en su intento por implicarse también con sus trabajadores autóctonos, descubrirá las mieles y los peligros inherentes a los amores prohibidos…

Publicada en el año 2012, la novela “Palmeras en la nieve” de la escritora, filóloga y alcaldesa oscense Luz Gabás obtuvo desde el principio muy buenas críticas y, lo que es aún más importante, un importante éxito de ventas.  Su nostálgica descripción del Africa colonial, el modo en que narraba el principio del fin del colonialismo español y, sobre todo, la romántica y desgarradora historia de amor que vivían sus protagonistas, la convirtió en pieza codiciada para una futura adaptación al cine o la rtelevisión.

Producida por Atresmedia (no en vano artífice de una serie con la que guarda no pocas concomitancias, “El tiempo entre costuras”), “Palmeras en la nueve” ha sido realizada por Fernando González Molina, director de taquillazos como “Fuga de cerebros”,  “Tres metros sobre el cielo” o la secuela de ésta, “Tengo ganas de ti”.  González Molina ha acertado de pleno a la hora de rodearse de un equipo técnico de primer nivel, con Xavi Giménez (fotografía), Antón Laguna (diseño de producción) y Lucas Vidal (música) a la cabeza.  También ha sido encomiable la monumental dirección de casting, tanto a la hora de designar a los (muy entonados) actores secundarios como en cuanto a la coordinación de los figurantes nativos.  Sin embargo, es justo en el apartado interpretativo donde “Palmeras en la nieve” empieza a distanciarse de la excelente película que podría haber llegado a ser.  Porque, como ya he dicho alguna vez, cualquier producción con Mario Casas a la cabeza tiene un problema añadido.  Y es que Casas, muy apuesto él, posée una dicción catastrófica que, al menos a mí, me resulta poco menos que imposible de entender.  Por Dios, es que deberían subtitular cada uno de sus parlamentos, en aras de la excelsa labor de tantos y tantos dialoguistas damnificados por lo atropellado de su pronunciación.  En una película siempre son de agradecer los buenos actores de reparto que apoyan y arropan la actuación del protagonista, pero cuando todos y cada uno de ellos se “comen” a éste, es que alguien está haciendo algo mal…

Con una puesta en escena exquisita y una cinematografía que se recrea en la belleza y la fotogenia (aunque, en mi humilde opinión, sobran ciertos desnudos gratuitos), “Palmeras en la nieve" se engrandece con la aportación de enormes intérpretes como Emilio Gutiérrez Caba, Adriana Ugarte, Daniel Grao o Macarena García (¡qué inagotable es la cantera de “Amar en tiempos revueltos”!), con especial mención a esos dos grandes descubrimientos que son Alain Hernández y, sobre todo, Berta Vázquez, una auténtica fuerza de la Naturaleza que se apodera de la pantalla cada vez que aparece.

He oído los primeros rumores acerca de que “Palmeras en la nieve” podría llegar a convertirse en una miniserie que emitiría Antena 3, ya que al parecer se llegó a rodar muchísimo metraje que no se incorporó en el montaje final.  Si es así, me alegraré sobremanera, porque presiento que algunas subtramas tendrán un mayor y mejor desarrollo y porque mi difunto tío Pepe, de profesión guardia civil, estuvo destinado durante largos años en aquella hermosa y cálida Fernando Poo con la que de repente muchos queremos soñar.

Luis Campoy

Lo mejor:  la fotografía, la música…  Berta Vázquez
Lo peor:  la lamentable dicción de Mario Casas
El cruce:  “Memorias de Africa” + “El paciente inglés” + “Australia”

Calificación:  7 (sobre 10)

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