Cine actualidad/ “MI GRAN NOCHE”
Maldita
Nochevieja
Digo “Alex de la Iglesia” e
inmediatamente retrocedo al año 1995 (¡dos décadas ya!), cuando se estrenó “El
Día de la Bestia” y el fornido director vasco (30 años por aquel entonces) nos
deparó aquel superdisfrutable film lleno de terror, adrenalina y humor. La película protagonizada por Santiago Segura
y el malogrado Alex Angulo sigue siendo, para mí, la cúspide de una carrera
desigual en la que, como en botica, ha habido de todo: éxitos incuestionables (“La comunidad”, “Los
crímenes de Oxford”), decepciones (“Muertos de risa”, “800 balas”) y algunos fracasos
(“Perdita Durango”, “La chispa de la vida”).
Después del relativo triunfo en
taquilla de “Las brujas de Zugarramurdi” y lejano ya su paso por la dirección
de la Academia del cine español, De la Iglesia ha podido llevar a cabo su sueño
de rodar una película con el veterano Raphael, mito viviente de la canción
popular de los sesenta y setenta, al que ya “resucitó” utilizando una famosa
canción suya para bautizar a su antepenúltimo film, “Balada triste de trompeta”. En esta ocasión, “Mi gran noche” (que vuelve
a recuperar el título de uno de los temas icónicos del cantante linarense)
transcurre durante la grabación de una gala de Nochevieja, acontecimiento hoy
algo devaluado pero que hace años era lo más de lo más. Precisamente el propio Raphael es uno de los
personajes fijos en las cadenas televisivas nacionales durante las fiestas
navideñas, sobre todo desde que apareció en aquel indescriptible anuncio de la
Lotería, dirigido por Pablo Berger y coprotagonizado por Montserrat Caballé,
Marta Sánchez, David Bustamante y Niña Pastori.
Prisionero de su fama y tratando
de burlarse de su propia aura, Raphael se convierte en Alphonso, un divo
provisto de un peligroso lado oscuro que se enfrenta a un ídolo de jovencitas
(Adanne, obvio trasunto de Chayanne), al tiempo que cientos de figurantes se
hallan encerrados mientras se rueda el especial de Nochevieja y a las puertas
de los estudios de la cadena se produce una serie de disturbios como
consecuencia de un ERE que ha dejado en la calle a la mitad de la
plantilla. Así pues, son varios los
temas sobre los que ironiza De la Iglesia en su nueva película: la Navidad, la televisión, la música popular,
los recortes, la crisis económica…, y quizás en este afán de abarcar tanto es
cuando aprieta menos de lo que quisiera.
Porque “Mi gran noche” tiene un arranque sensacional, de esos que
apabullan al espectador, pero poco a poco va decayendo cuando la espectacularidad
se deshace en un maremágnum de pequeñas historias que no interesan todas por
igual, pero a las que se dota de alícuotas dosis de erróneo protagonismo. Esta es la causa de la notoria irregularidad
de la cinta, en la que se alternan momentos muy buenos con otros exageradamente
bufonescos, consecuencia del exceso de personajes y los excesivos líos que se
tejen en torno a ellos.
Hábil director de actores, De la
Iglesia consigue aceptable interpretaciones de casi todo el elenco, con
especial mención a Tomás Pozzi, Blanca Suárez, Hugo Silva o su esposa en la
vida real, la escultural Carolina Bang. Del duelo ficticio entre Raphael y Mario Casas
no hay duda de que es el primero el gran triunfador, componiendo una especie de
Darth Vader sin máscara con las dosis precisas de humor y amenaza. “Mi gran noche” resulta un divertimento aceptable
pero intrascendente: sus defectos se le
perdonan con simpatía, pero sus virtudes se olvidan demasiado pronto. Corren malos tiempos para la lírica, digo
para el humor casposo.
Luis Campoy
Lo mejor:
Raphael, un estrella convertida en estupendo actor
Lo peor:
el exceso de personajes y las nimias historias que les acaecen
El cruce:
“El ángel exterminador” + “Muertos de risa” + “Qué ruina de función”
Calificación: 6 (sobre 10)
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