Cine actualidad/ “LA CUMBRE ESCARLATA”
Manderley
coloreado
En aquellas noches mágicas de
mediados de los setenta, cuando la televisión todavía era en blanco y negro,
muchos cinéfilos de este país aprendimos amar a directores míticos como Fritz
Lang, Roger Corman, Robert Mulligan, Jack Clayton o el más grande de todos, el
simpar Alfred Hitchcock. Sólo había dos
cadenas, y aun así era casi imposible no encontrar una buena película cada
día. De aquel entonces procede una
afición que no ha hecho sino crecer, incluso a pesar de que últimamente los
títulos míticos escasean, en aras de la más forzada comercialidad; mas quizás por ello, son de agradecer las
producciones que, como con cuentagotas, llegan a nuestra cartelera provistas de
ese halo de misterio y magia que ostentaban aquéllas de antaño.
Una joven huérfana se casa con un
misterioso aristócrata, que se la lleva a vivir a un viejo caserón donde también
reside su hermana, a la que le une una extraña relación. Poco a poco, la recién llegada va percibiendo
la existencia de entes sobrenaturales que sin duda pretenden transmitirle un
mensaje indescifrable, o tal vez prevenirla de un peligro mayor que el que
deviene del más allá…
El realizador mexicano Guillermo
del Toro saltó casi inmediatamente a la fama a raíz del éxito de su película
vampírica “Cronos”. Desde entonces, no
ha parado de aportar nuevas obras de culto al género fantástico, ya sea
realizadas en los Estados Unidos (“Mimic”, “Pacific Rim”) o incluso aquí en
nuestro país (“El espinazo del Diablo”, “El laberinto del Fauno”). Toda vez que su intento de llevar a la gran
pantalla “El Hobbit” (que acabó dirigiendo Peter Jackson) se vio finalmente
frustrado, Del Toro ha decidido embarcarse en un proyecto largamente acariciado
y que tiene como objetivo rendir un personal homenaje a aquellos films clásicos
de suspense y terror que tanto nos gustaban de adolescentes. En “La Cumbre Escarlata” se perciben
inequívocas referencias a “Suspense” de Jack Clayton, a “La Máscara de la Muerte
Roja” de Roger Corman y, sobre todo, a “Rebeca”, la maravillosa obra maestra de
Alfred Hitchcock. De hecho, el esquema
argumental es el mismo, sólo que cambiando a la inolvidable ama de llaves que
encarnaba dame Judith Anderson por una no menos inquietante hermana, a cargo de
Jessica Chastain.
Pero si algo distingue a “Rebeca”
de “La Cumbre Escarlata” es el uso y despliegue del color, un elemento del que
el thriller hitchcockiano carecía y que aquí se antoja indispensable. Del Toro es capaz de mimetizar la misma
atmósfera opresiva que caracterizada al relato de Daphne Du Maurier, pero echa
mano de una paleta cromática excepcional:
esos tonos rojos, verdes, amarillos y azules tan elementales y tan
bellos causan un shock tan enorme en el espectador que le dejan anonadado, introduciéndole
de ello en una trama que, analizada en frío, es un cúmulo de despropósitos que
culminan en una secuencia final granguiñolesca y ridícula. Pero ni siquiera la irrisoria sucesión de
apuñalamientos logra desvirtuar una de esas obras que hacen de la puesta en
escena su razón de ser, de la planificación su meta y del suspense su
credo. En este sentido, la dirección
artística, la fotografía y la música alcanzan cotas excelsas que sitúan a “La
Cumbra Escarlata” en un nivel sobresaliente del género fantasmagórico.
Al frente del reparto, una Mia Wasikowska
que parece un cruce entre Mia Farrow y Claire Danes, un Tom Hiddleston tan
fascinante como siempre (ambos ya habían coincidido en “Sólo los amantes
sobreviven” de Jim Jarmusch), una Jessica Chastain capaz de reeditar el sex
appeal macabro de toda una Madrastra de Blancanieves o un Charlie Hunnam que
mejor debería dedicarse a films más ligeros como “Pacific Rim”. Puede que los excesos del final (y algunos
balbuceos del principio) le resten unos pocos méritos, pero, aun así, “La
Cumbre Escarlata” es cine de verdad, de ese capaz de atraer a varias
generaciones de cinéfilos.
Luis Campoy
Lo mejor:
la puesta en escena, con especial mención al prodigioso uso del color
Lo peor:
el final, un estúpido juego de apuñalamientos
El cruce:
“Rebeca” + “Los otros” + “La guarida”
Calificación: 8 (sobre 10)
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