Queridos
abuelitos
En 1999, el tema de conversación
de muchos cinéfilos del mundo era el sorprendente final de “El Sexto Sentido”. “¿Te lo esperabas?” “¿Lo habías visto venir?”. Lo cierto es que aquella primera película
mainstream del director hindú M. Night Shyamalan le convirtió de golpe en poco
menos que en un realizador de culto, y desde aquel instante sus siguientes
producciones eran recibidas con verdadera expectación… hasta que a los éxitos indiscutibles (“El
protegido”, “Señales”) les siguieron decepciones como “El bosque” o “El
incidente”. Pero como lo que mal anda,
suele acabar peor, todavía tenía que venir una hondonada más profunda y
oscura. “Airbender” fue un borrón tan
calamitoso que fueron muchos antiguos fans quienes proclamaron su animadversión
eterna hacia Shyamalan, y su hasta ahora último trabajo, “After Earth”, no hizo
sino desanimar más todavía a un buen número de personas.
Por eso, no éramos pocos quienes
esperábamos como agua de mayo el estreno de “La visita”, la nueva película del
realizador indio, máxime cuando en los trailers se adivinaba que se había decidido
a regresar a los territorios del terror, el género en el que más había
despuntado. En “La visita”, dos hermanos
acuden a pasar una semana a la casa de campo de sus abuelos maternos, con
quienes su madre no se habla desde muchísimo atrás. Lo que en principio parece una estancia
entrañable y divertida, poco a poco va adquiriendo tintes sospechosos que
culminarán en un evidente desasosiego…
Con “La visita”, Shyamalan
demuestra que de tonto no tiene un pelo.
Como dije anteriormente, regresa a un ámbito terrorífico, pero lo hace a
su manera, incorporando atractivos elementos de humor negro, ya presentes en el
mencionado tráiler que tan bien lucía en los cines. No sería un spoiler apuntar que el referente
directo de “La visita” es el cuento de “Hansel y Gretel”, el que dos
adolescentes perdidos en el bosque acaban en la casa de una aparentemente
venerable ancianita, que no duda en pedirle a la chica que se introduzca entera
en el horno… para limpiarlo. Siempre digo que la mezcla de géneros puede
resultar indigesta si no está bien equilibrada, pero en ese caso todos los
componentes tienen el peso adecuado.
Para empezar, el sentimentalismo de la familia rota que es incapaz de
volverse a reunir, a continuación, esos
bienvenidos apuntes humorísticos a costa de las excentricidades de los
ancianos; y, en el tramo final, el miedo
puro y duro, con buenos golpes de efecto y un desenlace que, nuevamente,
impacta al respetable.
“La visita” se adscribe a la
corriente conocida como “found footage” (metraje encontrado), que hace
referencia a esos títulos que supuestamente exhiben el material grabado por los
protagonistas reales de la historia, casi siempre después de que éstos hayan
perecido. Ejemplos de este subgénero
podrían ser “Holocausto caníbal” (la que la inició), “El proyecto de la bruja
de Blair”, “Monstruoso”, “Rec”, “Paranormal Activity” o la reciente “La horca”. La justificación que Shyamalan utiliza es un
documental en el que la joven protagonista de “La visita” trata de plasmar no
sólo el reencuentro con los abuelos, sino también el fin de las desavenencias
entre ellos y su madre, e incluso su propia melancolía en relación a su padre
ausente. Mientras tanto, su hermano
aporta algunos toques de modernidad que, la verdad, abochornan un poco, pero
por fortuna la historia encauza la senda hacia el terror y, entre susto y
susto, se le acaban por perdonar casi todos los fallos.
Creo que no conocía a ninguno de
los actores que ha reclutado M. Night Shyamalan para su retorno a los orígenes,
pero la mayoría de ellos cuajan una convincente interpretación, con especial
mención a la joven Olivia DeJonge y la veterana Deanna Dunagan.
Luis Campoy
Lo mejor:
el equilibrio entre terror y comedia
Lo peor:
los raps del inquieto Tyler, sobre todo en su traducción al español
El cruce: “El proyecto de la bruja de Blair” + “Hansel & Gretel” + “Scary
Movie”
Calificación: 7 (sobre 10)
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