Cine actualidad/ “EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS”

Amanecer y ocaso de dos civilizaciones

“El Planeta de los Simios” ha demostrado, 51 años después de su publicación, ser un concepto sólido y palpitante capaz de sobrevivir a su creador Pierre Boulle, al productor visionario que lo llevó al cine (Arthur P. Jacobs), al director que lo plasmó en imágenes por primera vez (Franklin J. Schaffner), al maquillador que ganó el Oscar por su humanización de diversas razas de primates (John Chambers), al compositor que puso música a un film mítico (Jerry Goldsmith) y a la estrella que lo protagonizó (Charlton Heston).  Después de 5 películas, 2 series de televisión y un fallido remake que decepcionó a todo el mundo, 20th Century Fox logró hace 3 años resetear felizmente la franquicia con un título (“El origen del Planeta de los Simios”) que, sin llegar a ser una obra maestra, sí logró aunar entretenimiento y fantasía y, lo que es más importante, dignificar la ciencia ficción como hacía tiempo que nadie lograba.

A pesar de haber cambiado el ocupante de la silla de director (Rupert Wyatt desistió por diferencias creativas y en su lugar se fichó a Matt “Monstruoso” Reeves), el nuevo episodio de la franquicia simiesca no defrauda, sino que en algunos momentos incluso supera las expectativas creadas.  Han pasado diez años desde lo narrado en “El origen…”, y el chimpancé hiperdesarrollado César continúa rigiendo los destinos de una creciente comunidad simia que se ha refugiado en los bosques que circundan San Francisco.  En el exterior, un virus ha diezmado a la población humana y es lógico pensar que, a no mucho tardar, primates y hombres tendrán un encuentro no precisamente cordial, en el que se dirimirá el futuro del planeta…

Los primeros minutos de “El amanecer del Planeta de los Simios” remiten no sólo a las grandes películas “de monos” como “2001, Odisea del Espacio” o “Greystoke”, sino que, sin apenas recurrir a la palabra, son capaces de narrar los entresijos de una comunidad arcaica, con reminiscencias de “En busca del fuego” o “Un hombre llamado caballo”.  Durante un maravilloso cuarto de hora, Matt Reeves nos consigue convencer de que un puñado de monos creados por ordenador sienten, piensan y son capaces de conducirse según un código de conducta desarrollado durante una década de convivencia en libertad.  La verdad es que, cuando comienzan a aparecer los protagonistas humanos, la película se resiente más de lo previsto, y de ahí en adelante podría afirmarse que los intérpretes lampiños son lo peor de la cinta.  Con todo, no cabe duda de que los muchos logros destacan holgadamente por encima de los errores, y los deslumbrantes efectos visuales fabrican una larguísima secuencia épica que sirve de colofón a un film más que brillante.

Es cierto que personajes como el que encarna Gary Oldman destilan tanta antipatía y aversión que el espectador se desconcentra, y que hacia la primera hora de metraje se produce un bajón durante el que uno piensa que tal vez los mimbres iniciales hubieran constituído un mero espejismo que por desgracia no podía durar, pero de nuevo los simios se hacen con el dominio emocional del espectáculo, y la sensación de admiración y asombro ya no decae.  Si Gary Oldman y, en menor medida, Jason Clarke, Keri Russell y compañía podrían ser incluídos en la categoría de “puntos flacos”, la parte del león se la llevan el gran Andy Serkis y los otros actores que, con el cuerpo embutido en trajes elásticos repletos de sensores y potenciómetros, realizan increíbles interpretaciones basadas en la mímica y que serán trasladadas a la pantalla.  Se trata del sistema conocido como “MoCap” (“Motion Captura” o “Captura de Movimiento”), que nunca antes había resultado tan bien.

“El amanecer del Planeta de los Simios” constituye una grata sorpresa sobre todo porque utiliza su brillante tecnología desde dentro hacia fuera, logrando un muy instructivo retrato de la psicología humana y animal, que maravilla precisamente porque resulta casi imposible detectar que los expresivos simios digitales nacieron en un frío ordenador.

Luis Campoy

Lo mejor:  los maravillosos simios generados por ordenador
Lo peor:  los personajes humanos son planos y casi todos desagradables (¿alguien dijo “Godzilla”?)
El cruce:  “El planeta de los simios” + “Greystoke” + “El Rey León”

Calificación:  8 (sobre 10)

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