Cine actualidad/ "GODZILLA"
El
Rey de los Monstruos ha vuelto
Para conmemorar el sexagésimo
aniversario de su debut en la gran pantalla (“Japón bajo el terror del monstruo”,
1954) nos llega desde Hollywood un nuevo intento de revitalizar el mito del
gigantesco monstruo nipón. Bien es
cierto que ya hace 16 años la cinematografía yanqui había intentado, sin demasiado
éxito, una operación parecida, pero es ahora cuando las ejecutivos de Warner
Bros. han dado luz verde a un nuevo reboot de la franquicia, que, según parece,
ha contado con el beneplácito de Toho, la productora de los films originales.
“Godzilla” (2014) ha sido
dirigida por el poco conocido Gareth Edwards, que apenas había realizado un
largometraje (“Monsters”) con anterioridad.
Parece, pues, que a este señor le van los monstruos, y cuanto más
grandes, mejor. No es la nueva “Godzilla”
un remake estricto de ninguna película anterior de las muchas que integran la
inacabable saga japonesa, sino sólo un nuevo comienzo apto para el gusto
occidental. En este sentido, habría que
realizar varias puntualizaciones, como por ejemplo la primera y principal: en su propia película, este Godzilla no es
sino un personaje muy secundario que aparece en pantalla no mucho más de quince
minutos. Quienes le quitan el
protagonismo son dos “kaijus” (monstruos gigantes) conocidos como “Mutos”, que
tienen a su cargo los momentos más terroríficos de la cinta. Ese es otro demérito difícilmente
justificable: con toda una pléyade de
personajes propios detrás (King Gidorah, Rodan, Gigan, Mothra, Gamera…), los
artífices de este remake se han tenido que sacar de la manga dos criaturas
nuevas y que encima de todo copian la morfología del misterioso atacante de “Monstruoso”.
Impulsado por el relativo éxito
de “Pacific Rim”, el género llamado “Kaiju Eiga” (cine de monstruos gigantes)
trata de ponerse de nuevo de moda en todo el mundo. Las características de este tipo de films se
mantienen inalterables y en “Godzilla” se plasman con total claridad: criaturas gigantescas que se dan de hostias
de lo lindo, destrucción a tutiplén y personajillos humanos que viven risibles
historias dramáticas. Este es, sin duda,
el punto más débil de la película: la
excusa argumental para dosificar las secuencias de monstruos es tan baldía e
irrisoria que causa auténtica vergüenza ajena.
Ni las peripecias del militar que interpreta Aaron Taylor-Johnson ni las
desventuras de sus padres (Juliette Binoche y Bryan Cranston) ni la estéril
cruzada que lleva a cabo el científico japonés a cargo de Ken Watanabe tienen
el más mínimo interés y, por el contrario, más que emoción causan irritación.
Sin embargo, hay que reconocer
que Gareth Edwards se luce de lo lindo en la planificación, filmación y montaje
de las escenas de acción. Deudora
indisimulada del Spielberg de “Parque Jurásico”, “Godzilla” recrea varias
secuencias inolvidables que pasarán a la historia del género. Como muestra, basta recordar el primer ataque
del muto en la base militar y, sobre todo, la dantesca llegada del propio Godzilla,
jalonada por una lluvia que presagia no pocos desastres. Con momentos tan sublimes como éstos, uno
casi se olvida de lo flojito que es lo demás.
Casi.
Luis Campoy
Lo mejor:
las escenas de combate entre monstruos gigantes; la partitura de Alexandre Desplat
Lo peor:
los personajes humanos, con especial mención a Bryan Cranston y su
imposible peluquín
El cruce:
“Godzilla” + “Parque Jurásico” + “Alien” + “Pacific Rim”
Calificación: 7 (sobre 10)
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